Crédito: Ronald Dumont/Hulton Archive/Getty Images

Londres (CNN) – La noticia de que se realizaron cambios a las obras del exitoso autor de literatura infantil Roald Dahl ha provocado la ira de algunos escritores destacados, entre ellos Salman Rushdie, ganador del premio Booker, quien calificó las modificaciones de “censura absurda”.

Dahl, quien murió en 1990 a los 76 años, fue el creador de personajes como Matilda, BFG, Fantastic Mr. Fox, Willy Wonka y los Twits. Sus libros han vendido más de 300 millones de copias y se han traducido a 63 idiomas. También se han producido numerosas adaptaciones para cine y televisión de su obra.

Sin embargo, a Dahl se le ha considerado un autor polémico durante mucho tiempo y en 2020 su patrimonio se disculpó oficialmente por los comentarios antisemitas que hizo en vida.

Ahora se ha conocido que las ediciones actuales de sus libros, publicadas por Puffin, incluyen el siguiente texto en la parte inferior de la página de derechos de autor: “Las palabras importan. Las maravillosas palabras de Roald Dahl pueden transportarte a mundos diferentes y presentarte a los personajes más maravillosos. Este libro fue escrito hace muchos años, por lo que revisamos periódicamente el lenguaje para asegurarnos de que todos puedan seguir disfrutándolo hoy en día”.

Estas revisiones las han trabajado los “lectores de sensibilidad” de una organización llamada Inclusive Minds, que se describe a sí misma como “un colectivo de personas apasionadas por la inclusión, la diversidad, la igualdad y la accesibilidad en la literatura infantil, y comprometidas a cambiar la cara de los libros infantiles”.

En un extenso reportaje que publicó este sábado, el diario británico The Daily Telegraph reveló que había encontrado cientos de cambios en varios libros infantiles de Roald Dahl. Un minucioso análisis de sus periodistas descubrió que se había eliminado o reescrito el lenguaje relacionado con el género, la raza, el peso, la salud mental y la violencia. Entre otras cosas, se eliminaron palabras como “gordo” y “feo”, así como descripciones en las que se utilizaban los colores blanco y negro.

Los periodistas que realizaron la investigación encontraron 59 cambios únicamente en “Las brujas”, y cientos más en otros libros populares de Dahl, como “Charlie y la fábrica de chocolate” y “Matilda”.

Rushdie acudió a Twitter este sábado para expresar su oposición a la decisión de Puffin, en conjunto con el patrimonio del difunto autor.

“Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda. Puffin Books y el patrimonio de Dahl deberían estar avergonzados”, tuiteó Rushdie.

Rushdie, de 75 años, no es ajeno al debate sobre la censura. Tras la publicación de su novela “Los versos satánicos” en 1988, el entonces líder iraní ayatolá Ruholá Jomeini emitió una fetua pidiendo su muerte. El autor, nacido en la India, perdió la vista en un ojo luego de sufrir una agresión en una conferencia en Nueva York el año pasado.

Incluso el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, se ha sumado a la polémica sobre Dahl y se ha pronunciado en contra de la actualización de los libros.

Este lunes, en una rueda de prensa en la que se le preguntó si era correcto censurar los libros infantiles, el portavoz de Sunak empleó la terminología del propio Dahl: “Cuando se trata de nuestro rico y variado patrimonio literario, el primer ministro está de acuerdo con el BFG [el ‘buen amigo gigante’] en que no hay que ‘fabricar palabras’”.

El portavoz añadió que “es importante que las obras literarias y de ficción se preserven y no sean retocadas”. Luego afirmó: “Siempre hemos defendido el derecho a la libertad de expresión”.

En un comunicado enviado a CNN, el patrimonio del autor, la Roald Dahl Story Company, explicó que la revisión actual con Puffin, y en asociación con Inclusive Minds, comenzó en 2020, el año antes de que las obras de Dahl fueran adquiridas por Netflix.

La declaración señaló: “Queremos asegurarnos de que las maravillosas historias y personajes de Roald Dahl las sigan disfrutando todos los niños de hoy. Cuando se publican nuevas tiradas de libros escritos hace años, no es raro revisar el lenguaje utilizado y actualizar otros detalles, como la portada y el diseño de las páginas. Nuestro principio rector ha sido mantener el argumento, los personajes, la irreverencia y el espíritu mordaz del texto original. Los cambios introducidos han sido pequeños y cuidadosamente estudiados”.

Suzanne Nossel, CEO de PEN America, una red de escritores que protegen la libertad de expresión, respondió airada a la noticia de las revisiones en las redes sociales.

En un hilo de 13 tuits, dijo que la organización estaba “alarmada” por los cambios, que se habían hecho en “un supuesto esfuerzo por limpiar los libros de lo que pudiera ofender a alguien”.

Escribió: “Si empezamos el camino de intentar corregir los desprecios percibidos en lugar de permitir a los lectores recibir y reaccionar ante los libros tal y como están escritos, corremos el riesgo de distorsionar la obra de grandes autores y enturbiar la lente esencial que la literatura ofrece sobre la sociedad”.

Philip Pullman, el aclamado autor de la serie fantástica “His Dark Materials”, adoptó una postura algo diferente ante la noticia. Aunque no expresó su apoyo a los cambios, declaró este lunes al programa “Today” de Radio 4 de la BBC que había que dejar que los libros de Dahl “se desvanecieran”.

Destacó el hecho de que, sean cuales sean los cambios que se introduzcan hoy, millones de ediciones antiguas circulan por escuelas, bibliotecas, tiendas de segunda mano y otros lugares.

Dijo: “Todas esas palabras siguen ahí. ¿Vas a reunir todos los libros y tacharlas con un gran bolígrafo negro?”.

Pullman reconoció que el lenguaje cambia con el tiempo y dijo que se debería animar a los niños a escoger autores alternativos. Sobre los libros de Dahl, dijo: “Dejemos que se desvanezcan… leamos a mejores escritores”.