(CNN) – El presidente de Rusia, Vladimir Putin, rompió la burbuja de varias expectativas en su discurso sobre el estado de la nación este martes. No declaró la ley marcial ni anunció una nueva oleada de movilización militar. De hecho, recicló las mismas líneas sobre su justificación para invadir Ucrania hace casi un año, y no esbozó ninguna visión de cómo podría terminar la guerra que él mismo empezó.
Pero Putin sí proporcionó al menos un titular, al anunciar que Rusia suspende su participación en el tratado de reducción de armas nucleares Nuevo START.
“Estados Unidos y la OTAN declaran abiertamente que su objetivo es la derrota estratégica de Rusia”, dijo. “¿Y qué, después de eso se supone que les vamos a dejar que se paseen por nuestras instalaciones (nucleares)?”.
Putin se refería a las quejas de funcionarios de EE.UU. acerca de que Rusia estaba violando el Nuevo START, el más reciente acuerdo de control de armas vigente y que rige los dos mayores arsenales nucleares del mundo, al negarse a permitir las inspecciones estadounidenses de sus instalaciones nucleares.
“Quieren infligirnos una derrota estratégica y trepar por todas nuestras instalaciones nucleares”, dijo Putin. “Por eso quiero anunciar hoy que Rusia suspende su participación en el tratado START”.
El líder del Kremlin se apresuró a añadir que Rusia no se retira totalmente del tratado, sino que solo suspende su participación. Pero precedió sus declaraciones sobre el control de armas con una larga diatriba sobre los supuestos objetivos de Occidente al proporcionar ayuda a Ucrania.
“No sé cómo referirme a esto si no es como el teatro del absurdo”, dijo Putin. “Sabemos que la OTAN es cómplice de los intentos del régimen de Kyiv por atacar nuestras bases aéreas. Y los drones utilizados para ello han sido equipados y modernizados por especialistas de la OTAN. ¿Y ahora quieren venir a inspeccionar nuestras bases? Dada la confrontación actual, esto parece un disparate total”, insistió.
La suspensión del Nuevo Tratado START mantiene en cierto modo un statu quo incómodo. Según el acuerdo, Estados Unidos y Rusia pueden realizar inspecciones de los emplazamientos de armas del otro para verificar su cumplimiento, pero esas inspecciones entraron en suspenso desde 2020 debido a la pandemia de covid-19.
El discurso de Putin, por tanto, no tuvo nada nuevo. En su intervención dispersa, de 1 hora y 45 minutos de duración, ofreció algunas opciones de un menú de quejas sobre Occidente y repitió las mismas justificaciones para su guerra a gran escala contra Ucrania.
Su discurso, de hecho, recordó al que emitió por televisión el 24 de febrero de 2022, cuando anunció el inicio de la invasión de Ucrania, la llamada “operación militar especial” de Rusia. Putin repitió la misma afirmación infundada de que Moscú no tenía otra opción que usar la fuerza contra Ucrania. Y volvió a culpar a Occidente del conflicto.
“Quiero repetirlo: fueron ellos quienes desencadenaron la guerra”, dijo Putin. “Y nosotros usamos y seguimos usando la fuerza para detenerla”.
Estas declaraciones parecen dirigidas a un público nacional que, en muchos sentidos, ha visto alterada su sensación de normalidad. Por ello, Putin también interpretó al tranquilizador líder de los tiempos de guerra, al guardar un minuto de silencio por los soldados muertos en Ucrania y prometiendo que Rusia creará un fondo especial para ofrecer ayuda a las familias de los veteranos y soldados muertos en Ucrania y reforzar las prestaciones sociales para ellos.
El presidente de Rusia también abordó indirectamente parte del descontento en las filas que ha llegado al Kremlin tras una movilización parcial el pasado otoño. La movilización ha sido asediada por dificultades logísticas que han minado la moral, problemas de abastecimiento y desorganización general, lo que ha provocado una gran indignación en la sociedad rusa. Putin prometió que las rotaciones en Ucrania serían más predecibles y que los soldados disfrutarían de unos permisos muy necesarios.
“El servicio en la zona de la operación militar especial, todo el mundo lo entiende muy bien, está asociado con un estrés físico y psicológico colosal, con riesgos cotidianos para la salud y la vida”, dijo. “Por lo tanto, considero necesario establecer para los movilizados, en general para todo el personal militar, para todos los participantes de la operación militar especial, incluidos los voluntarios, permisos regulares de al menos 14 días y al menos una vez cada seis meses, excluyendo el tiempo de viaje, para que cada soldado tenga la oportunidad de visitar a sus familias, de estar cerca de sus parientes y amigos”.
Esta afirmación puede interpretarse de otra manera: los rusos necesitan prepararse para una larga guerra, así que los soldados deben esperar algo de tiempo de descanso y recuperación.
La respuesta al discurso de Putin por parte de muchos ucranianos fue, para aquellos que se molestaron en prestar atención, totalmente despectiva.
Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de la Oficina Presidencial de Ucrania, sugirió que Putin había perdido el rumbo. “Putin demostró públicamente su irrelevancia y confusión”, dijo en Twitter. “Porque en todas partes hay ‘nazis, marcianos y teorías de la conspiración’”.
Es una apreciación burlona, pero en muchos sentidos acertada. La principal conclusión para los rusos del discurso de Putin fue: están rodeados de enemigos, ellos empezaron la guerra y no hay luz al final del túnel de la “operación militar especial”.