(CNN) – Durante una entrevista sin precedentes concedida a CNN desde el interior de la tristemente célebre prisión iraní de Evin, el estadounidense que lleva más tiempo encarcelado en ese país le hizo una petición emotiva al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que ponga “la libertad de los estadounidenses inocentes por encima de la política” e intensifique sus esfuerzos para conseguir su liberación.
“Me sigue preocupando profundamente que la Casa Blanca no se dé cuenta de lo grave que se ha vuelto nuestra situación”, declaró Siamak Namazi en una conversación telefónica con Christiane Amanpour, de CNN.
Con la voz a veces entrecortada, Namazi añadió: “El simple hecho de que haya decidido correr este riesgo y aparecer en CNN desde la prisión de Evin debería decirles lo grave que se ha vuelto mi situación en este punto”.
A Namazi, de 51 años, lo arrestaron en 2015, cuando se encontraba en un viaje de negocios en Irán, en lo que la ONU ha descrito como una “detención arbitraria”. Se le acusó de tener “relaciones con un Estado hostil”, en referencia a Estados Unidos, ya que Namazi tiene doble nacionalidad iraní y estadounidense.
Estados Unidos ha acusado a Irán de tomar a Namazi y a otros extranjeros encarcelados en Irán como “rehenes”.
Dirigiéndose directamente a Biden, dijo: “Le imploro, señor, que ponga la vida y la libertad de estadounidenses inocentes por encima de toda la política implicada y que haga lo necesario para poner fin a esta pesadilla y llevarnos a casa”.
Namazi es uno de los tres ciudadanos estadounidenses detenidos en la prisión de Evin, en Teherán, conocida por su largo historial de abusos contra los derechos humanos y considerada un emblema del régimen autoritario en Irán.
Los otros dos estadounidenses-iraníes presos en la cárcel de Evin son Emad Sharghi, empresario, y Morad Tahbaz, ecologista de 66 años. Ambos fueron detenidos por primera vez en 2018.
En junio pasado, el diario The New York Times publicó un artículo de opinión de Namazi en el que criticaba el intento de Biden de rescatar a los prisioneros estadounidenses en Irán por haber “fracasado estrepitosamente”. En enero pasado llevó a cabo una huelga de hambre de siete días y escribió una carta abierta a Biden en la que le pedía que cumpliera su promesa de traerlos de vuelta a casa.
En la entrevista concedida este jueves a CNN, Namazi acusó a la administración de Barack Obama de “abandonarlo” en las negociaciones de 2016, cuando la administración consiguió la liberación de otros cuatro presos estadounidenses detenidos en Irán —entre ellos el periodista de The Washington Post Jason Rezaian— tras la firma del histórico acuerdo nuclear con Irán de 2015.
“Cuando estaba en esa habitación del tamaño de un armario, completamente solo, había una cosa que consideraba cierta, y es que el Gobierno de Estados Unidos estaba luchando para liberarme”, dijo a CNN, reflexionando sobre las primeras semanas de su detención.
Afirmó que el exsecretario de Estado John Kerry prometió liberarlo en “semanas”.
“Solo sé que me abandonaron. Sé que me prometieron que el gobierno estadounidense me liberaría semanas después”, dijo. “Estoy perpetuamente a tres semanas de una libertad que me es permanentemente esquiva”.
Un portavoz de la Casa Blanca condenó este jueves el encarcelamiento de presos estadounidenses por parte de Irán, calificándolo de inhumano y contrario a las normas internacionales. El portavoz afirmó que Estados Unidos se había comprometido a garantizar la libertad de los ciudadanos estadounidenses detenidos injustamente en el extranjero, y que estaba en contacto regular con la familia de Namazi.
Al cierre de esta edición, el Gobierno de Irán no había respondido a la solicitud de comentarios de CNN.
Estados Unidos y otros países occidentales acusan regularmente a Teherán de retener a ciudadanos con doble nacionalidad como peones políticos en las negociaciones con Occidente. En marzo de 2022, la trabajadora humanitaria británica-iraní Nazanin Zaghari-Ratcliffe fue puesta en libertad tras seis años de detención en Irán. La liberación se produjo cuando el Reino Unido saldó una deuda de 400 millones de libras contraída con Irán hace décadas, aunque Teherán ha negado que esté relacionada con la liberación de la presa.
Las esperanzas de liberación de prisioneros estadounidense-iraníes han flaqueado en los últimos meses, ya que las negociaciones entre Teherán y Washington sobre la reactivación del acuerdo nuclear —del que el expresidente Donald Trump se retiró en 2018— llegaron a un punto muerto.
En virtud del acuerdo, Irán frenó su programa de enriquecimiento de uranio a cambio de un alivio de las sanciones.
Los equipos negociadores de Teherán y Washington no se han reunido para mantener conversaciones multilaterales indirectas desde hace casi un año. La sangrienta represión de las protestas por parte del régimen, desencadenada por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, el año pasado, también parece haber asestado un duro golpe a las conversaciones.
En octubre pasado, el padre de Namazi, Baquer Namazi, de 85 años, pudo salir de Irán por motivos médicos, después de que el gobierno levantara la prohibición de viajar que pesaba sobre él desde hacía años. Namazi es un exfuncionario de la Unicef que tiene problemas cardíacos. Tanto el padre como el hijo fueron acusados de colaborar con el gobierno estadounidense en 2015.
Namazi recibió un permiso de 10 días para ver a su padre antes de que el anciano de 85 años regresara a Estados Unidos.
“Le permitieron salir, reunirse con el resto de nuestra familia y recibir la atención que necesitaba para su enfermedad potencialmente mortal”, dijo Siamak Namazi a CNN. “Solo puedo esperar que convoquen ese mismo espíritu de humanidad para hacer lo que sea necesario por su parte, para que el resto de nosotros —Morad, Emad y yo — también podamos reunirnos con nuestras familias y empezar a dejar atrás este oscuro pasado”.
Dirigiéndose directamente a Biden, dijo: “Le imploro, señor, que ponga la vida y la libertad de estadounidenses inocentes por encima de toda la política implicada y que simplemente haga lo necesario para acabar con esta pesadilla y llevarnos a casa”.
– Ben Kirby, Claire Calzonetti y Ana Bickford contribuyeron con este reportaje.