(CNN) – El destino de Credit Suisse podría decidirse en las próximas 24 horas después de una semana complicada para el segundo banco más grande de Suiza.
Los inversores y clientes retiraron su dinero de Credit Suisse en los últimos días, mientras el caos se extendía por el sector bancario mundial tras el colapso de dos prestamistas estadounidenses.
Las acciones del banco perdieron un 25% en el transcurso de la semana, a pesar de recibir un préstamo de emergencia de US$ 54.000 millones del Banco Nacional Suizo. El precio de los contratos financieros diseñados para proteger a los inversores contra posibles pérdidas en sus bonos se disparó a niveles récord.
Se retiraron más de US$ 450 millones de los fondos europeos y estadounidenses administrados por el banco entre el lunes y el miércoles, según Morningstar.
El salvavidas del banco central suizo, anunciado el miércoles por la noche después de que las acciones se desplomaran a un nuevo mínimo histórico, compró tiempo a Credit Suisse. Pero para el viernes, los analistas especulaban que sería necesario un rescate en toda regla, y comenzaron a surgir reportes sobre una posible adquisición por parte de su mayor rival suizo, UBS.
Reuters y el Financial Times, citando a personas familiarizadas con el asunto, informaron que los reguladores suizos instaban a los bancos a llegar a un acuerdo antes de que los mercados abrieran el lunes para reforzar la confianza en el sistema bancario del país. El Financial Times dijo que se esperaba que las juntas directivas de UBS y Credit Suisse se reunieran por separado durante el fin de semana.
Credit Suisse y UBS se negaron a comentar con Reuters.
BlackRock, que posee el 4% de Credit Suisse, negó un reporte separado del Financial Times que indicaba que estaba elaborando una oferta alternativa por la totalidad o parte del banco asediado.
“BlackRock no participa en ningún plan para adquirir todo o parte de Credit Suisse, y no tiene interés en hacerlo”, dijo un portavoz de BlackRock a CNN.
Credit Suisse, que se encuentra entre los 30 bancos más importantes del sistema financiero mundial, lleva años contra las cuerdas tras una serie de escándalos, enormes pérdidas y traspiés estratégicos. Sus acciones han bajado un 75% en los últimos 12 meses. Pero la crisis de confianza escaló rápidamente este mes.
El colapso del Silicon Valley Bank la semana pasada, el mayor de un prestamista estadounidense desde la crisis financiera mundial de 2008, hizo que los inversores huyeran de otros jugadores percibidos como débiles.
Entonces Credit Suisse lanzó otra bomba. Al publicar su informe anual el martes, el banco de 167 años reconoció una “debilidad material” en sus informes financieros y agregó que no había identificado adecuadamente los riesgos potenciales para sus estados financieros.
Al día siguiente, su mayor accionista —el Saudi National Bank— dejó en claro que no inyectaría más dinero en el banco, después de gastar US$ 1.500 millones el año pasado por una participación de casi el 10%. Eso asustó a los inversores.
En una nota del jueves, los analistas bancarios de JPMorgan escribieron que una adquisición por parte de UBS era el resultado más probable.
UBS probablemente escindiría el negocio suizo de Credit Suisse, ya que la participación de mercado combinada representaría alrededor del 30% del mercado bancario nacional de Suiza y significaría “demasiado riesgo de concentración y control de participación de mercado”, agregaron.
En un artículo del sábado, el Neue Zürcher Zeitung —un periódico de Zúrich, sede de ambos bancos— dijo que “el futuro de Credit Suisse se decidirá este fin de semana”. Se espera que el gobierno suizo haga una declaración el domingo por la noche, añade.
Anna Cooban y Rob North contribuyeron a este artículo.