(CNN) – California se prepara para otro poderoso río atmosférico esta semana, continuando la embestida de bruscos cambios meteorológicos tras un año de sequía a niveles históricos.
Muchos vieron con buenos ojos la llegada de intensas lluvias y nevadas de este invierno boreal, que se necesitaban desesperadamente para reabastecer los embalses del estado, gravemente agotados, y las aguas subterráneas.
Pero las tormentas siguieron llegando. California se enfrenta ahora a su duodécimo río atmosférico importante desde que comenzó el desfile de fuertes tormentas a finales de diciembre.
“Se trata de un número inusualmente alto de tormentas este invierno en California”, dijo Daniel Swain, científico del clima de la Universidad de California en Los Ángeles. “Se mire por donde se mire, no importa cómo hagas estas definiciones formales, esto es inusualmente numeroso”.
Determinar cómo contar los ríos atmosféricos es una conversación en curso en la comunidad científica.
Mientras que Swain dijo que California ha registrado 12 ríos atmosféricos significativos en lo que va de la temporada, Chad Hecht, meteorólogo del Centro de Meteorología Occidental y Extremos Hídricos (CW3E) de la Institución Scripps de Oceanografía, dijo que el centro ha contabilizado 29 hasta ahora, incluyendo algunos sistemas más débiles y sistemas que solo rozaron California. Seis de las tormentas entran en la categoría de graves o extremas, según Hecht.
“Estos números son probablemente más altos que muchas de las cifras que se ven en los medios de comunicación porque sus criterios para un río atmosférico son probablemente más estrictos y consideran los impactos que traen”, dijo Hecht. “Hay [también] casos en los que un río atmosférico se dirige principalmente al noroeste del Pacífico, pero toca las porciones del extremo noroeste de California, digamos el condado de Del Norte, con condiciones débiles”.
Las tormentas débiles y moderadas tienden a ser menos impactantes y principalmente traen precipitaciones beneficiosas al estado, dijo. Mientras tanto, los ríos atmosféricos de gama alta son los grandes productores de lluvia y nieve, que provocan impactos más graves.
Hecht dijo que este año ya superó la media anual de ríos atmosféricos del estado. Muchos de ellos llegaron en una rápida serie de tormentas a principios de enero.
“Normalmente nos referimos a estos tipos sucesivos de ríos atmosféricos como ‘familias AR’”, dijo Hecht a CNN.
“Aunque las familias AR no son tan infrecuentes, no se registran todos los años y el tramo de nueve que tuvimos justo al inicio del año fue una familia más activa de lo que solemos registrar”.
Aunque el embate de lluvia y nieve ayudó a aliviar la sequía, también han sido tormentas destructivas y mortales.
Un río atmosférico es como una cinta transportadora de humedad que se origina sobre las aguas tropicales del océano Pacífico. Pueden transportar más de 20 veces la cantidad de agua que transporta el río Mississippi, pero en forma de vapor. A medida que estas tormentas azotaron el estado en rápida sucesión, el suelo se sobresaturó y se volvió vulnerable a inundaciones y deslizamientos de tierra.
No está claro cómo la crisis climática podría estar influyendo en el número de tormentas que azotan la costa oeste.
Pero los científicos del clima han relacionado la crisis climática con un aumento en la cantidad de humedad que contiene la atmósfera, lo que significa que las tormentas –como los huracanes y los ríos atmosféricos que están afectando a la costa oeste en este momento – serán capaces de traer más humedad hacia el interior de lo que lo haría sin el cambio climático, que a su vez conduce a un aumento en las tasas de precipitación y las inundaciones repentinas.
Swain dijo que la tormenta de esta semana será otro evento que se fortalecerá rápidamente y podría incluso acercarse a lo que se conoce como una “bomba ciclónica”, esto es, una tormenta que se intensifica rápidamente a un ritmo de al menos 24 milibares de presión en 24 horas. Se espera que la tormenta afecte a una amplia zona de la costa de California, desde la bahía de San Francisco hasta el sur de California.
“Esta [tormenta] va a traer toda una letanía de preocupaciones que son probablemente mayores de lo que habíamos previsto inicialmente hace unos días”, dijo Swain. “Francamente, incluso la lluvia moderada generalizada en este punto va a exacerbar las condiciones de inundación en algunos lugares, por lo que no es la mejor noticia”.
A pesar de estos peligros, Swain afirma que California tiene suerte de contar con algunas pausas entre los ciclos de tormentas. Y los meteorólogos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) informaron la semana pasada que esperan que la temporada de lluvia y nieve del Oeste termine probablemente en abril.
“Por mucho que la gente piense que ha sido un invierno implacable, en realidad hemos tenido algunas pausas de al menos una semana y, en algunos casos, de varias semanas entre estas secuencias”, dijo. “Si hubiéramos tenido este invierno y todo lo que ha sucedido de forma consecutiva sin ninguna interrupción durante los ciclos de tormentas, el nivel de inundaciones y daños en California habría sido mucho mayor”.
Las tormentas también terminaron con los nefastos efectos de la sequía, en particular los cortes de agua obligatorios en algunas partes del estado.
Según el último informe del Monitor de Sequía de EE.UU., la sequía severa ya solo cubre el 8% del estado, con poco más de un tercio del estado que permanece en algún nivel de sequía, la cantidad más baja en casi tres años.