Izium, Ucrania (CNN) – Un soldado ruso que supuestamente disparó a un civil en un ataque extraordinario captado en cámara por un dron ucraniano es acusado en ausencia de crímenes de guerra por la policía ucraniana.
El expediente de pruebas contra él incluye llamadas telefónicas entre el soldado y su esposa y amigo interceptadas durante una investigación de meses sobre el ataque ruso cerca de la ciudad de Izium el pasado mes de junio.
Los archivos de audio se compartieron en exclusiva con CNN antes de una conferencia de prensa en Járkiv para anunciar los cargos este martes.
La policía identificó al soldado como Klim Kerzhaev, un comandante moscovita de 25 años que servía en la 2ª División de Fusiles Motorizados del 1er Ejército de Tanques del Distrito Militar Occidental. Se le acusa de intento de asesinato de un civil, crimen de guerra tipificado en el artículo 438 del Código Penal de Ucrania.
El ataque también fue captado en imágenes aéreas por soldados ucranianos, que lanzaron una singular misión de rescate fijando un trozo de papel con las palabras “sígueme” a un pequeño dron, una operación que apareció en un reciente documental del cineasta ucraniano Lyubomyr Levytsky.
“Estamos viendo esto como si estuviera en la televisión, como una telenovela. Una película de terror en la que los rusos matan a civiles”, declaró a CNN el jefe del departamento de investigación de la policía de Járkiv, Serhii Bolvinov.
Además de las imágenes del dron, Bolvinov explicó que la investigación incluyó exámenes forenses del vehículo y del lugar de los hechos —realizados tras la liberación de Izium por las tropas ucranianas en septiembre—, así como pruebas obtenidas por la policía cibernética, que rastreó las cuentas de redes sociales y las llamadas telefónicas del soldado.
CNN solicitó comentarios sobre el caso al Ministerio de Defensa ruso en el momento de la publicación este martes, después de que se levantara el embargo sobre la información.
Bolvinov dijo que éste es solo uno de los cientos de presuntos crímenes de guerra rusos que su equipo está investigando actualmente solo en la región de Járkiv, incluido el descubrimiento de cientos de cadáveres en fosas comunes en Izium. Cuenta con más de 900 investigadores en su equipo, y la mayor parte de su trabajo actual se centra en casos de crímenes de guerra.
El viernes de la semana pasada, la Corte Penal Internacional dictó órdenes de detención contra el presidente Vladimir Putin y la funcionaria rusa Maria Lvova-Belova, acusados de deportar ilegalmente a Rusia a miles de niños ucranianos.
Sus vidas podrían haber acabado
El verano pasado, el matrimonio formado por Valeria Ponomarova y Andrii Bohomaz se dirigía en coche a Izium para ayudar a los ancianos padres de Bohomaz a escapar de la ciudad controlada por Rusia.
La pareja se equivocó de camino y se acercó sin querer a la línea del frente, donde se encontraban las tropas rusas.
Los soldados ucranianos que se encontraban en las inmediaciones habían observado el incidente desde lejos con un dron de reconocimiento, que enviaron cerca del lugar de los hechos para captar las extraordinarias imágenes de la pareja intentando huir.
El video muestra a la pareja abandonando el coche para ponerse a salvo, pero dando media vuelta cuando las explosiones cayeron demasiado cerca de ellos. Volvieron a disparar contra ellos, dejando a Bohomaz gravemente herido. Ponomarova intentó trasladar a su marido detrás del coche y envolver sus heridas con toallas para contener la hemorragia.
Los soldados rusos se encontraban a unos 30 metros del coche de la pareja, según la policía, por lo que era demasiado peligroso para las tropas ucranianas sacarla.
Así que enviaron el dron de vuelta después de recargarlo y pegarle un papel blanco con las palabras “sígueme”, para guiar a Ponomarova a un territorio más seguro.
Ponomarova vio un dron sobre su cabeza, pero no estaba segura de qué lado estaba. “Me di la vuelta, caí de rodillas y grité con el llanto más agónico”, dijo Valeria Ponomarova. “No sabía de quién era. De nuestras fuerzas o del enemigo”, dijo más tarde durante el documental.
Ponomarova dijo que finalmente siguió al dron, pensando que era la única manera de conseguir ayuda para su marido herido.
Pero poco después de que ella se marchara, un equipo de soldados rusos se acercó al coche a pie, recogió al herido Bohomaz y lo arrojó a una zanja cercana.
Milagrosamente, sobrevivió.
Conversaciones cargadas de improperios
Las imágenes del dron mostraron que Ponomarova no vio lo que sucedía a sus espaldas, ya que continuó a pie por la carretera destrozada por la batalla, incluso sorteando líneas de minas antitanque.
Cuando los soldados consiguieron poner a salvo a Ponomarova, le dijeron que no era posible volver a por su marido, ya que había tropas rusas en el lugar.
De momento, se acusó a un soldado ruso. Además de las imágenes del dron, las pruebas recopiladas por los investigadores ucranianos contra él incluyen grabaciones de llamadas telefónicas interceptadas con su esposa y un amigo.
En una de las conversaciones, cargada de improperios, el soldado le dice a su mujer que “hoy maté a un puto hombre”, después de disparar contra un coche desde su vehículo de combate de infantería de la era soviética. Inmediatamente después, el soldado vuelve a la conversación informal y le pide a su mujer que “hoy ponga algo de dinero en mi teléfono, ¿vale?”.
En una llamada a un amigo un día después, repite la confesión de haber matado a un hombre, y cuando su amigo le pregunta cómo se sintió, responde: “Me han disparado al pu** coche. Me importa una m***”. CNN ha traducido las grabaciones de audio facilitadas por la policía, pero no puede verificarlas de forma independiente.
Bohomaz consiguió salir de la zanja para pedir ayuda a pesar de las graves heridas.
“Oí que empezaba a llover y empecé a temblar”, cuenta Bohomaz en el documental “Follow Me”. “Después de una noche en la trinchera volví en mí por la lluvia”.
“Comprendí que tenía que salir de alguna manera”, añadió.
Bohomaz consiguió ponerse a salvo cojeando hacia la posición ucraniana.
“Tardé unos 30 o 40 minutos”, dijo. “Pero caminé con paradas, porque sentía mucho dolor”.
Nueve meses después de sobrevivir al ataque, Bohomaz sigue en tratamiento por múltiples heridas de metralla en el cerebro, el pecho y la columna vertebral.
CNN se puso en contacto con la pareja para pedirles comentarios sobre el proceso legal que se está iniciando contra el soldado ruso, pero no recibió respuesta.
“Es un crimen terrible”, dijo Bolvinov. “Sus vidas podrían haber acabado en esta encrucijada, pero por suerte lograron sobrevivir”.