Londres (CNN) – El rescate a toda velocidad de Credit Suisse pudo haber evitado que estallara la crisis bancaria actual, pero representa un trato complejo para Suiza.
Las preocupaciones acerca de que la caída de Credit Suisse llevara a un colapso bancario más amplio dejó a los reguladores suizos con pocas opciones buenas. Una alianza con su rival más grande, UBS, ofrecía la mejor oportunidad de restablecer la estabilidad en el sector bancario a nivel mundial y en Suiza, y proteger la economía del país a corto plazo.
Pero deja a Suiza expuesta a una sola institución financiera enorme, incluso cuando todavía existe una gran incertidumbre sobre el éxito de la megafusión.
“Uno de los hechos más establecidos en la investigación académica es que las fusiones bancarias casi nunca funcionan”, dijo Arturo Bris, profesor de finanzas en la escuela de negocios suiza IMD.
También existe la preocupación de que el acuerdo provoque enormes pérdidas de puestos de trabajo en Suiza y debilite la competencia en el vital sector financiero del país, que en general emplea a más del 5% de la mano de obra nacional, o casi 212.000 personas.
Mientras tanto, los contribuyentes ahora están sujetos a pérdidas potenciales futuras de hasta 9.000 millones de francos suizos (US$ 9.800 millones) en UBS derivadas de ciertos activos de Credit Suisse, siempre que esas pérdidas superen los 5.000 millones de francos (US$ 5.400 millones). El estado también garantizó explícitamente un salvavidas de 100.000 millones de francos suizos (US$ 109.000 millones) a UBS, en caso de que lo necesite, aunque sería reembolsable.
El partido socialdemócrata de Suiza ya pidió una investigación sobre lo que salió mal en Credit Suisse, argumentando que el “supermegabanco” recién creado aumenta los riesgos para la economía suiza.
La desaparición de una de las instituciones más antiguas de Suiza sorprendió a muchos de sus ciudadanos. Credit Suisse es “parte de la identidad de Suiza”, dijo Hans Gersbach, profesor de Macroeconomía en la universidad ETH de Zúrich. El banco “ha sido fundamental en el desarrollo de la Suiza moderna”.
Su colapso también ha manchado la reputación de Suiza como un centro financiero global seguro y estable, particularmente después de que el gobierno despojó a los accionistas de los derechos de voto para cerrar el trato.
Las autoridades suizas también eliminaron a algunos tenedores de bonos antes que a los accionistas, cambiando la jerarquía tradicional de pérdidas en un colapso bancario y asestando otro golpe a la reputación del país entre los inversores.
“Las repercusiones para Suiza son terribles”, dijo Bris de IMD. “Para empezar, la reputación de Suiza se dañó para siempre”.
Eso beneficiará a otros centros de gestión de patrimonio, incluido Singapur, dijo a CNN. Los singapurenses están “celebrando… porque va a haber una gran entrada de fondos en otras jurisdicciones de gestión de patrimonio”.
¿Muy grande para fallar?
Con aproximadamente US$ 1.700 millones, los activos combinados de la nueva entidad ascienden al doble del tamaño de la producción económica anual de Suiza. Por depósitos y préstamos a clientes suizos, UBS ahora será más grande que los próximos dos bancos locales combinados.
Con una participación de mercado de aproximadamente el 30% en la banca suiza, “vemos demasiado riesgo de concentración y control de participación de mercado”, escribieron los analistas de JPMorgan en una nota la semana pasada antes de que se concretara el acuerdo. Sugirieron que la entidad combinada tendría que salir o hacer una oferta pública inicial de algunos negocios.
El problema de tener un solo banco grande en una economía pequeña es que si se enfrenta a una corrida bancaria o necesita un rescate —lo que hizo UBS durante la crisis de 2008— la potencia financiera del gobierno puede ser insuficiente.
Con 333.000 millones de francos (US$ 363.000 millones), los depósitos locales en la nueva entidad equivalen al 45% del PIB, una cantidad enorme incluso para un país con finanzas públicas sanas y bajos niveles de deuda.
Por otro lado, UBS se encuentra en una posición financiera mucho más sólida que durante la crisis de 2008 y deberá acumular un colchón financiero aún mayor como resultado del acuerdo. El regulador financiero suizo, FINMA, dijo que “supervisará muy de cerca la transacción y el cumplimiento de todos los requisitos de la ley de supervisión”.
El presidente de UBS, Colm Kelleher, subrayó la salud del balance general de UBS este domingo en una conferencia de prensa sobre el acuerdo. “Al haber sido director financiero [en Morgan Stanley] durante la última crisis financiera mundial, soy muy consciente de la importancia de un balance sólido. UBS seguirá siendo sólido como una roca”, dijo.
Kelleher agregó que UBS recortaría el banco de inversión de Credit Suisse “y lo alinearía con nuestra cultura de riesgo conservadora”.
Andrew Kenningham, economista jefe para Europa de Capital Economics, dijo que “la cuestión de la concentración del mercado en Suiza es algo que se abordará en el futuro”. “El 30% [de participación de mercado] es más alto de lo que idealmente desearía, pero no tan alto como para que sea un problema importante”.
El acuerdo “eliminó quirúrgicamente la parte más preocupante del sistema bancario [de Suiza]”, dejándolo más fuerte, agregó Kenningham.
Empleos y competencia
Sin embargo, el acuerdo tendrá un efecto adverso en los empleos, y probablemente se sume a los 9.000 recortes que Credit Suisse ya anunció como parte de un plan de recuperación anterior.
Para Suiza, la amenaza es aguda. Los dos bancos emplean colectivamente a más de 37.000 personas en el país, alrededor del 18% de la fuerza laboral del sector financiero, y es probable que se superpongan.
“La sucursal de Credit Suisse en la ciudad donde vivo está justo en frente de la de UBS, lo que significa que una de las dos ciertamente cerrará”, escribió Bris de IMD en una nota este lunes.
En una llamada con analistas la noche de este domingo, el director general de UBS, Ralph Hamers, dijo que el banco intentaría eliminar 8.000 millones de francos (US$ 8.900 millones) de costos al año para 2027, de los cuales 6.000 millones de francos (US$ 6.500 millones) provendrían de la reducción del personal.
“Somos claramente conscientes de los factores sociales y económicos suizos. Seremos empleadores considerados, pero debemos hacerlo de manera racional”, dijo Kelleher a los periodistas.
El acuerdo, hecho a toda prisa, no solo no protege los puestos de trabajo en Suiza, sino que no contiene disposiciones especiales sobre cuestiones de competencia.
UBS ahora tiene un “poder casi monopólico”, lo que podría aumentar el costo de los servicios bancarios en el país, según Bris.
Aunque Suiza tiene docenas de bancos regionales y de ahorro más pequeños, incluidos 24 bancos cantonales, UBS es ahora un jugador aún más dominante. “Todo lo que hagan… influirá en el mercado”, dijo Gersbach de ETH.
El brazo bancario suizo de Credit Suisse, posiblemente su joya de la corona, podría haber estado sujeto a una venta futura como parte de los términos del acuerdo, agregó.
Sin embargo, una escisión del banco nacional ahora parece poco probable, después de que UBS dejó en claro que tenía la intención de conservarlo. “El banco suizo Credit Suisse es un buen activo que estamos muy decididos a mantener”, dijo Kelleher este domingo.
La integración es difícil
A US$ 3.250 millones, UBS obtuvo Credit Suisse por un 60% menos de lo que valía el banco cuando los mercados cerraron dos días antes. Queda por ver si eso finalmente resulta ser una ganga. Las grandes fusiones están notoriamente cargadas de riesgos y, a menudo, no brindan los rendimientos prometidos a los accionistas.
UBS argumenta que al expandir su franquicia global de gestión de riqueza y activos, el acuerdo generará valor para los accionistas a largo plazo. “La fortaleza de UBS y nuestra familiaridad con el negocio de Credit Suisse nos coloca en una posición única para ejecutar esta integración de manera eficiente y efectiva”, dijo Kelleher. UBS espera que el acuerdo aumente sus ganancias para 2027.
Se espera que la transacción se cierre en los próximos meses, pero la integración total de las dos instituciones llevará de tres a cinco años, según Phillip Straley, presidente de la empresa de análisis de datos FNA. “Hay una gran cantidad de riesgo de integración”, dijo.
Moody’s afirmó este martes sus calificaciones crediticias de UBS, pero cambió la perspectiva de parte de su deuda de estable a negativa, juzgando que la “complejidad, el alcance y la duración de la integración” plantean riesgos para el banco.
Señaló los desafíos para retener al personal clave de Credit Suisse, minimizar la pérdida de clientes superpuestos en Suiza y unificar las culturas de “dos organizaciones algo diferentes”.
Según Kenningham de Capital Economics, el “historial de matrimonios forzados en el sector bancario es mixto”.
“Algunos, como la compra de Barings por parte de ING en 1995, han resultado duraderos. Pero otros, incluidos varios durante la crisis financiera mundial, pronto pusieron en duda la viabilidad del banco adquirente, mientras que otros han resultado muy difíciles de implementar”.