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Investigadores de la UNAM analizan cómo reciben la información las personas con autismo
00:55 - Fuente: CNN

(CNN) – La tasa de menores diagnosticados con autismo en Estados Unidos no ha dejado de crecer desde el año 2000, pero dos nuevos informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) ponen de manifiesto disparidades en los tipos de menores a los que se diagnostica el trastorno del espectro autista y retrocesos en la detección precoz.

Según los CDC, en 2020, aproximadamente 1 de cada 36 menores había sido diagnosticado de autismo a la edad de 8 años, es decir, alrededor del 2,8 %. Eso está por encima de una prevalencia de 1 de cada 44, en 2018, y 1 de cada 150 menores, en 2000.

Pero según los CDC, esta tendencia a largo plazo “se ha interpretado en gran medida como mejoras en la identificación más equitativa de [trastorno del espectro autista], particularmente para menores en grupos que tienen menos acceso o enfrentan mayores barreras para obtener servicios”.

Por primera vez, el diagnóstico fue más frecuente entre los menores asiáticos, negros e hispanos que entre los menores blancos. Los investigadores de los CDC señalan que este cambio “puede reflejar una mejor detección, concienciación y acceso a los servicios entre los grupos históricamente desatendidos”. De hecho, entre 2018 y 2020, la prevalencia del autismo aumentó más del doble de rápido entre los menores asiáticos, negros e hispanos que entre los blancos.

Estos hallazgos se basan en datos de vigilancia de 11 comunidades que participan en la Red de Monitoreo de Autismo y Discapacidades del Desarrollo de los CDC. Los datos no son representativos a nivel nacional y varían mucho según el lugar: desde una prevalencia de 1 de cada 22 menores, en California, hasta aproximadamente la mitad, en Maryland.

Los CDC afirman que se necesita más investigación para comprender esta variación, que podría estar relacionada con las diferencias en las estrategias utilizadas para identificar y diagnosticar la condición.

Sin embargo, algunas tendencias se han mantenido constantes.

La prevalencia del autismo es significativamente mayor entre los niños que entre las niñas: en 2020, la diferencia se cuadruplicó. Pero fue el primer año en que se diagnosticó autismo a más del 1 % de las niñas de 8 años.

Además, persisten las disparidades en la identificación del autismo en menores que también tienen una discapacidad intelectual. En 2020, más de la mitad de los menores negros diagnosticados con autismo tenían también una discapacidad intelectual, frente a menos de un tercio de los menores blancos. Según los investigadores, este hallazgo sugiere la necesidad de detectar y evaluar mejor los problemas de desarrollo más allá de la capacidad cognitiva.

En general, es más probable que a los menores con discapacidad intelectual se les diagnostique antes el autismo. Pero la detección precoz es importante para todos los menores con autismo, ya que ayuda a ponerlos en contacto con recursos e intervenciones útiles.

En los últimos años, se ha avanzado mucho en la detección precoz del autismo: un informe anterior de los CDC reveló que los menores nacidos en 2014 tenían un 50 % más probabilidades de recibir un diagnóstico de autismo o educación especial a los 4 años que los nacidos en 2010.

Otro nuevo informe publicado por los CDC, este jueves, muestra que hubo evidencia de una mejora continua en estas tendencias hasta febrero de 2020, pero las tendencias se invirtieron cuando la pandemia de covid-19 golpeó con “niveles más bajos sostenidos” de evaluaciones e identificación de autismo en la mayor parte de la red de vigilancia.

En los primeros seis meses de la pandemia, hubo 217 evaluaciones menos por cada 1.000 menores de 4 años que cuatro años antes. También hubo casi tres identificaciones menos por cada 10.000 menores, según el informe de los CDC.

“Las alteraciones debidas a la pandemia en la evaluación oportuna de los menores y los retrasos en la conexión de los menores con los servicios y el apoyo que necesitan podrían tener efectos duraderos”, afirmó la Dra. Karen Remley, directora del Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo de los CDC. “Los datos de este informe pueden ayudar a las comunidades a comprender mejor cómo afectó la pandemia a la identificación precoz del autismo en los menores y anticipar las necesidades futuras a medida que estos niños crecen”.