(CNN Español) – Quizás te lo has preguntado, ¿puede una enfermedad como la diabetes causar ceguera? La respuesta es sí y esta no es la única. En este episodio, el Dr. Elmer Huerta nos explica qué es lo que puede llevar a una persona a perder la visión así como evitarlo. El consultorio está abierto. ¡Bienvenido!
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Hola, bienvenidos a este nuevo episodio de “En consulta con el Dr. Huerta”, tu podcast favorito de salud por CNN en Español. Te saluda el doctor Elmer Huerta, espero que estés bien.
Creo que es una discusión inútil tratar de valorar con certeza cuál de los sentidos es el más importante o necesario.
El tacto, el oído, el gusto, el olfato y la vista nos relacionan por igual con el mundo externo, y la vida se limita sin cualquiera de ellos. Pese a esto, mucha gente piensa que la vista es más importante.
Hoy veremos cuáles son las causas más importantes de ceguera en el mundo, centrando nuestra atención en el aspecto preventivo para que, independientemente de tu edad, puedas tomar las medidas necesarias para evitarla en algún momento de tu vida.
Las causas más frecuentes de la ceguera
Lamentablemente, como veremos durante este episodio, mucha gente queda ciega simplemente por no saber detalles elementales y, por lo tanto, no practicar las medidas más sencillas de prevención.
De acuerdo con el Estudio Global de Carga de Enfermedades, publicado en diciembre de 2020, las causas más frecuentes de ceguera en personas de 50 años o más son:
- Cataratas,
- Glaucoma,
- Degeneración macular
- Y daño en la retina causado por la diabetes.
Veamos uno por uno en qué consisten. Debido a que el 80% de esos casos de ceguera son prevenibles, el episodio se centrará en cómo evitar esas condiciones.
¿Qué son las cataratas?
Las cataratas fueron la causa número uno de ceguera en el mundo entre adultos mayores de 50 años en 2020. Con más de 15 millones de personas ciegas debido a esa condición, constituyó casi el 45% de los 33,6 millones de casos.
Las cataratas se definen como la opacificación de los lentes cristalinos del ojo.
El lente cristalino es la parte del ojo que, como su nombre lo indica, permite completamente el paso de la luz a la retina del ojo, por lo que cuando se vuelve opaca las imágenes no llegan con claridad a la retina y la persona va perdiendo progresivamente la visión.
Las cataratas se presentan de una forma lenta y progresiva, causando síntomas relacionados con la calidad de la visión, tales como ser sensible a la luz o tener mala visión nocturna, y que pueden afectar la habilidad para manejar vehículos en la noche.
También pueden ocurrir visión nublada, borrosa o fugaz y pérdida de percepción de la intensidad y el tono de los colores, un hecho que mucha gente operada de cataratas resalta como algo que había olvidado y que se alegra de haber recuperado.
Los síntomas empiezan con mayor intensidad a los 60 años. A los 75, la mayoría de las personas tienen ya cataratas.
Factores contribuyentes
Los factores que pueden acelerar la formación de cataratas incluyen:
- Diabetes,
- Inflamaciones y heridas del ojo,
- Historia familiar de cataratas,
- Uso a largo plazo por vía oral de medicamentos corticosteroides,
- Exposición a rayos X,
- Fumar cigarrillos
- Y excesiva exposición a la luz ultravioleta del sol.
Sin duda que las cataratas pueden prevenirse.
En el caso de la diabetes, con el control riguroso de la enfermedad. En el caso de heridas en los ojos, cuidándolos con anteojos para evitar accidentes en el trabajo. También ayuda dejar de fumar cigarrillos y proteger los ojos de los rayos ultravioletas usando siempre anteojos de sol.
Respecto al uso de corticoesteroides, es siempre importante seguir las indicaciones del médico para lograr los beneficios del medicamento, minimizando los efectos secundarios que se puedan presentar.
El tratamiento definitivo de las cataratas es la cirugía, en la que se reemplazan los lentes opacos por lentes artificiales, los cuales corrigen los síntomas de la persona afectada. En ocasiones, ciertos lentes artificiales pueden tener la capacidad de corregir el astigmatismo, presbicia —o dificultad para ver de cerca— y miopía —o dificultad para ver de lejos.
¿Qué es glaucoma?
Veamos ahora la segunda causa de ceguera en el mundo, el glaucoma.
El glaucoma es una enfermedad del ojo que tiene como característica principal el aumento de la presión del humor acuoso o líquido que tenemos dentro del órgano, lo que puede causar daño en el nervio óptico, produciendo primero una pérdida de visión en los costados del campo visual, ocasionando la llamada visión tubular, y terminando en la ceguera.
- De acuerdo con la anormalidad anatómica que lo causa, existen dos grandes tipos de glaucoma: el de ángulo abierto
- y el de ángulo cerrado o estrecho.
El glaucoma de ángulo abierto se desarrolla silenciosamente durante varios años y no suele causar síntomas, provocando una pérdida gradual de la visión, lo que le vale el sobrenombre de “ladrón silencioso de la vista”. Generalmente afecta a los dos ojos al mismo tiempo.
El glaucoma de ángulo cerrado, que afecta en un inicio a un solo ojo, es menos común que el glaucoma de ángulo abierto, y puede causar cambios repentinos como visión borrosa, halos alrededor de las luces y deficiente visión nocturna. Este tipo de glaucoma requiere un tratamiento inmediato, ya que puede conducir a la ceguera total y permanente si no se trata.
¿Cómo se diagnostica el glaucoma?
El glaucoma se diagnostica de un modo muy rápido y fácil en la oficina del médico oftalmólogo, quien durante el examen completo del ojo —que todos debemos tener, especialmente después de los 40 años— pone unas gotas de anestesia en los ojos y, usando un dispositivo llamado tonómetro, mide la presión de los ojos, cuyo valor normal debe estar entre 10 a 21 milímetros de mercurio.
El tratamiento del glaucoma incluye medicamentos para bajar la presión ocular o hacer que el ojo produzca menos líquido, en forma de gotas para los ojos o en píldoras.
También es posible operar los ojos, creando una nueva abertura o implantando tubos de drenaje para que el líquido pueda circular libremente y salir del ojo.
Dicha cirugía puede usar los clásicos bisturíes de acero o los rayos láser, y se hace de manera ambulatoria en el consultorio del oftalmólogo.
Ceguera por degeneración macular
Veamos ahora en que consiste la degeneración macular.
La degeneración macular, también llamada degeneración macular relacionada con la edad, es una de las principales causas de pérdida de la visión en los estadounidenses de 60 años o más y destruye poco a poco la llamada visión central.
Para entender esta enfermedad es necesario primero saber qué es la mácula y en qué consiste la visión central.
La mácula es una pequeñísima región de la retina, del tamaño de una lentejita de 5 milímetros, y está localizada en el fondo del ojo, en una zona muy próxima a la formación del nervio óptico que lleva las imágenes al cerebro.
La mácula tiene la propiedad de ser la parte más sensible de la retina y es la que usamos cuando queremos fijarnos en los detalles de lo que estamos viendo, por ejemplo al tratar de leer las letras más pequeñas de una etiqueta. Esa es la llamada visión central, que nos sirve para ver los objetos con claridad y realizar tareas como leer y conducir.
Al afectarse la mácula, entonces, perdemos la visión de los detalles y, progresivamente, la visión general.
Dos tipos de enfermedad
La degeneración macular es una enfermedad silenciosa que no causa dolor. Es de dos grandes tipos: la húmeda y la seca.
La degeneración macular húmeda se produce cuando ocurre un crecimiento y proliferación de pequeños vasos sanguíneos anormales debajo de la mácula, los que a menudo producen pequeñas cantidades de líquido debajo y alrededor de ella.
Este tipo de degeneración macular causa visión borrosa como síntoma inicial y ocasiona un rápido daño de la mácula.
Por su parte, la degeneración macular seca ocurre cuando las células de la mácula degeneran y mueren lentamente. Dado que la macula es tan importante para la visión de detalles, la persona va perdiendo poco a poco la visión central. Un síntoma temprano muy común es que la persona mire las líneas rectas como si estuvieran torcidas.
¿Cómo diagnosticarla?
Los exámenes oculares completos regulares pueden detectar la degeneración macular antes de que la enfermedad provoque la pérdida de la visión, y los tratamientos, a pesar de no restaurar la visión, puede retrasar su pérdida.
Se piensa que el fumar cigarrillos, una alimentación deficiente en vitaminas y minerales, la exposición intensa a la luz del sol y no tener un adecuado control de la presión arterial pueden contribuir al desarrollo de la degeneración macular.
El tratamiento de la degeneración macular depende de la etapa en la que se encuentra la enfermedad y el tipo.
¿Cuál es el tratamiento para la degeneración macular?
Lamentablemente, en la actualidad no existe un tratamiento curativo para la degeneración macular temprana, por lo que el tratamiento habitual es el seguimiento por el oftalmólogo para tener exámenes oculares regulares. Una alimentación saludable y balanceada, con abundantes frutas y vegetales, hacer actividad física regularmente y dejar de fumar también puede ayudar.
Algunos estudios han encontrado que, para la degeneración macular intermedia en uno o ambos ojos, los suplementos dietéticos especiales de vitaminas y minerales pueden evitar que se convierta en degeneración macular tardía o que la degeneración macular de un ojo pueda pasar al otro.
Esa formulación de dosis altas de vitaminas y minerales antioxidantes incluye:
- 500 miligramos de vitamina C,
- 400 unidades internacionales de vitamina E,
- 10 mg de luteína,
- 2 mg de zeaxantina,
- 80 mg de zinc (como óxido de zinc),
- y 2 mg de cobre (como óxido cúprico).
La evidencia no muestra beneficios al tomar estos suplementos para personas con degeneración macular seca en una etapa temprana.
Por su parte, la degeneración macular húmeda, que tampoco tiene tratamiento curativo, tiene terapias que pueden retrasar en algo el progreso de la enfermedad.
El tratamiento para la degeneración macular húmeda
Recordemos que en la degeneración macular húmeda ocurre una proliferación y crecimiento de vasos sanguíneos debajo de la mácula, por lo que los tratamientos están encaminados a eliminar dicho crecimiento.
Uno de los tratamientos más usados consiste en inyectar directamente en el ojo un medicamento llamado inhibidor de factor de crecimiento endotelial vascular, o VEGF por sus siglas en inglés, el cual actúa impidiendo la proliferación de los vasos sanguíneos en la mácula.
La ceguera por la diabetes
Por último, la ceguera causada por la diabetes o retinopatía diabética, es la principal causa de ceguera en adultos en edad laboral. Se produce —generalmente en ambos ojos— cuando los niveles altos de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos de la retina.
Los vasos sanguíneos dañados pueden hincharse y tener fuga de líquidos, ocurriendo en ocasiones que se formen vasos sanguíneos anormales.
La retinopatía diabética es más frecuente en diabetes de largo curso y cuando los niveles de azúcar en la sangre, presión arterial y colesterol se encuentran demasiado altos durante largo tiempo. También es más frecuente en:
- Fumadores de cigarrillos,
- Personas negras,
- Hispanos,
- Nativos americanos
- Y nativos de Alaska.
Cuando se hace a tiempo, el tratamiento de la retinopatía diabética puede reparar el daño ocular e incluso prevenir la ceguera en la mayoría de las personas. Algunas terapias incluyen:
- La fotocoagulación de la retina con láser, que forma una barrera de tejido cicatricial que retarda el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos,
- Extirpación total o parcial del humor vítreo,
- Reinserción de la retina si esta se desprendió por la enfermedad,
- E inyección de medicamentos inhibidores de VEGF y de corticosteroides.
Tips para evitar perder la visión
En resumen, para evitar la ceguera es muy importante iniciar y mantener un estilo de vida saludable, con alimentación sana y ejercicios diarios, no fumando cigarrillos, protegiendo los ojos de los rayos ultravioletas y los accidentes de trabajo, y, si se tienen enfermedades crónicas como presión alta o diabetes, recibir y mantener un tratamiento médico constante.
Por último, una revisión periódica de los ojos por el oftalmólogo, empezando a los 40 años, puede encontrar problemas tempranos, que pueden controlarse antes de que empeoren
Recordemos que un gramo de prevención vale más que una tonelada de curación.