La nave se separó del cohete Ariane 5 28 minutos después del lanzamiento. A lo largo de los próximos 17 días, Juice desplegará sus paneles solares, antenas y otros instrumentos, a lo que seguirán tres meses de pruebas y preparación de los instrumentos.
Estaba previsto que la misión Jupiter Icy Moons Explorer, o Juice, despegara este jueves a las 8:15 a.m., hora de Miami, a bordo de un cohete Ariane 5 desde el puerto espacial europeo de Kourou, en la Guayana Francesa. Pero un rayo pospuso el lanzamiento, que ha sido reprogramado para el viernes a las 8:14 a.m., hora de Miami.
Las condiciones meteorológicas suelen causar retrasos y aplazamientos en los lanzamientos. Para que los cohetes puedan despegar con seguridad, deben cumplirse unos criterios meteorológicos específicos. El telescopio espacial James Webb, que se lanzó a bordo de un Ariane 5 desde el mismo lugar en diciembre de 2021, también sufrió retrasos similares debido a las condiciones meteorológicas adversas en torno a Kourou.
La Juice tardará ocho años en llegar a Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar. Durante su largo recorrido, la nave utilizará algunas ondas gravitatorias al pasar por la Tierra, la Luna y Venus para facilitar el viaje.
Una vez que la Juice llegue a Júpiter, en julio de 2031, la nave pasará unos tres años y medio orbitando el gigante gaseoso y sobrevolando tres de sus lunas: Ganímedes, Calisto y Europa. Hacia el final de la misión, Juice se centrará únicamente en orbitar Ganímedes, lo que la convertirá en la primera nave espacial en orbitar una luna del sistema solar exterior.
Ganímedes, Calisto y Europa son mundos cubiertos de hielo que podrían contener océanos subterráneos potencialmente habitables.
Por su parte, se espera que la misión Europa Clipper de la NASA, que se lanzará en 2024, llegue a Júpiter en abril de 2030 y realice cerca de 50 sobrevuelos de Europa, llegando a situarse a solo 25 kilómetros (16 millas) por encima de la superficie de esa luna.
Juntas, ambas misiones podrían revelar algunos de los mayores misterios sobre Júpiter y sus lunas.
De cerca al rey del sistema solar
La exploración de Júpiter comenzó con las misiones Pioneer y Voyager de la NASA, en la década de 1970, seguidas de misiones dedicadas a Júpiter como Galileo y la sonda Juno. Juno orbita Júpiter y sobrevuela algunas de sus lunas desde 2016.
La misión Juno tiene como objetivo principal caracterizar las tres lunas heladas y determinar si tienen océanos, así como descubrir las características que hacen única a Ganímedes y determinar si estas lunas son habitables. La misión utilizará un conjunto de 10 instrumentos para lograr estos objetivos.
Los científicos planetarios quieren saber la profundidad de los océanos, si contienen agua salada o dulce y cómo interactúa esa agua con la capa de hielo de cada luna. Ganímedes, Calisto y Europa también tienen superficies diferentes. La misión Juice podría explicar la actividad que produce el aspecto oscuro o pálido y estriado de algunas lunas.
Ganímedes es la luna más grande del sistema solar, mayor que Plutón y Mercurio, y es la única que tiene un campo magnético similar al de la Tierra. Los instrumentos de la Juice pueden revelar la rotación, la gravedad, la forma, la estructura interior y la composición de la luna jupiterania, así como escudriñar su corteza helada mediante radar.
La Juice analizará Júpiter y sus lunas para entender cómo el entorno magnético y de radiación influyó en su formación. Comprender el origen de Júpiter puede ayudar a los científicos a aplicar sus hallazgos en planetas similares al gigante gaseoso.
El campo magnético de Júpiter es 20 veces más fuerte que el de la Tierra y su entorno de radiación es muy duro, lo que afecta a sus lunas. La misión Juice investigará la interacción entre Júpiter y sus lunas, incluyendo auroras, puntos calientes, emisiones de radio y ondas de partículas cargadas.
Potencial de vida
Aunque las tres lunas están envueltas en gruesas capas de hielo, el núcleo de cada una de ellas podría estar calentándose, y ese calor podría hacer de los océanos interiores posibles hábitats para la vida pasada o presente.
La Juice puede buscar en las lunas indicios de los componentes básicos de la vida, incluidos elementos como el carbono, el oxígeno, el nitrógeno, el hierro y el magnesio.
Misiones previas a Saturno, como Galileo y Cassini, confirmaron la existencia de agua líquida en planetas y lunas lejanas del Sol, así como la probabilidad de agua subterránea.
“Creo que [la misión] Juice confirma que en los últimos 20 años han cambiado nuestros conocimientos sobre dónde buscar posibles hábitats”, afirma Michele Dougherty, profesora de Investigación de la Royal Society en el Imperial College de Londres e investigadora principal del magnetómetro de la Juice.
La vida, tal y como la entendemos en la Tierra, requiere agua líquida, una fuente de calor y materia orgánica, “y luego se necesita que esos tres primeros ingredientes sean lo suficientemente estables durante un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para que pueda ocurrir algo”, afirma Dougherty.
“Con [la] Juice, queremos confirmar que hay agua líquida en estas lunas, saber sus fuentes de calor. Otros elementos también podrán detectar a distancia si hay material orgánico en la superficie. Se trata de reunir todos estos ingredientes”, explica.
Sobrevivir a Júpiter
La Juice, la nave del tamaño de un camión, está diseñada para soportar el largo viaje a Júpiter y sus condiciones extremas. Dos paneles solares en forma de cruz suministrarán energía a la nave y unas cámaras de plomo protegerán sus componentes electrónicos más sensibles.
La misión, dirigida por la ESA (Agencia Espacial Europea), incluye aportes de la NASA y de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial. Las pruebas y el modelado de los cinturones de radiación de Júpiter permitieron a los ingenieros prepararse para lo que se encontrará la Juice.
“Un logro clave de este modelo para nosotros fue demostrar que lo que al principio parecía un lugar peligroso no estaba completamente fuera de nuestro alcance”, dijo Christian Erd, director de la nave espacial Juice y del sistema, en un comunicado. “Unos tres años y medio en Júpiter supondrán una exposición a la radiación similar a la de un satélite de telecomunicaciones en órbita terrestre geoestacionaria durante 20 años, algo en cuya gestión tenemos mucha experiencia”.
Para ayudar a la Juice a sobrevivir, su viaje fue diseñado para pasar 21 veces por Calisto y solo dos por Europa. Europa es la luna más cercana a Júpiter y se encuentra dentro de su halo de radiación. Solo dos órbitas de esa luna harán que la nave espacial experimente un tercio de su exposición total a la radiación.
Algunos de los instrumentos de la Juice están blindados, mientras que otros estarán expuestos a los elementos para sondear las atmósferas de Júpiter y sus lunas. Múltiples imágenes y sensores captarán y enviarán datos en diferentes longitudes de onda.
Dada la distancia final entre la nave y la Tierra, se tardará 45 minutos en enviar una señal unidireccional a Júpiter. Pero eso no es nada comparado con los años que habrá que esperar para que la Juice llegue a Júpiter.
Los científicos ya están anticipando los datos únicos que dará la misión Juice.
“Creo que el momento más crítico es el primer sobrevuelo de Ganímedes”, afirma Dougherty. “En el primero o los dos primeros sobrevuelos es cuando vamos a confirmar la existencia de un océano”.
Katie Hunt de CNN contribuyó a este informe.