(CNN Español) – A pesar de haber explotado apenas unos minutos después de despegar este jueves, el Starship de SpaceX, el cohete más potente construido hasta la fecha, cumplió varios objetivos que tenía la compañía con su lanzamiento de prueba. Por eso, lejos de considerar que el incidente representa un fracaso, la empresa de Elon Musk ahora se centra sobre lo que serán sus próximos desafíos.
“Con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad del Starship mientras SpaceX sigue trabajando para que la vida sea multiplanetaria”, dijo la empresa en un tuit tras la explosión.
De manera similar, Musk publicó en Twitter que el lanzamiento había permitido que el equipo “aprenda mucho”, de cara al próximo lanzamiento que, anticipó, será en unos meses.
En ese sentido, el vuelo de prueba de este jueves representó apenas un pequeño paso en el contexto de un gran proyecto. Antes de que Starship pueda completar su primera gran misión o transportar astronautas, SpaceX tiene importantes desafíos que resolver sobre su tecnología.
¿El primer paso? Aprender a poner al Starship en órbita. De acuerdo con la compañía, el vuelo de prueba de este jueves sólo pretendía alcanzar velocidades cercanas a las orbitales y dar una vuelta parcial al planeta.
En la mira de Space, además, está la tarea que le encomendó la NASA a la nave Starship: servir como módulo de aterrizaje lunar, transportando a los astronautas desde una nave separada hasta la superficie lunar en la misión Artemis III, prevista para 2025. Sin embargo, antes de que esa misión pueda si quiera despegar, la empresa deberá demostrar que el cohete es capaz de llegar a la Luna.
La enorme masa del vehículo obligará a la empresa a reponer combustible de la nave espacial cuando aún se encuentre en la órbita terrestre. Puede que sean necesarios más de una docena de lanzamientos —sólo con propulsante—para que un único módulo de aterrizaje lunar de Starship tenga suficiente combustible como para atravesar el vacío de 384.500 kilómetros que existen entre la Tierra y la Luna.
Eso en el largo plazo, porque en el corto si SpaceX quiere hacer un nuevo lanzamiento necesitará otra licencia de lanzamiento aprobada por la Administración Federal de Aviación. Aunque se espera que obtenerla sea más sencillo que lo que costó conseguir la autorización de la prueba de este jueves.
El administrador de la NASA, Bill Nelson, explicó a CNN que uno de los desafíos de Starship es que eventualmente necesitará reponer combustible estando órbita. “Tienen un largo camino por recorrer pero este un buen comienzo”, indicó. De hecho, el funcionario coincidió con Musk y calificó el lanzamiento de “verdadero logro”.
“Parece que superaron la primera etapa de este gran cohete monstruoso. Es un verdadero logro. Trataremos de obtener un informe sobre qué pasó con la segunda etapa, pero estoy muy animado por el hecho de que hayan llegado hasta aquí2, dijo Nelson a CNN.
Además, aclaró que el lanzamiento de este jueves y la posterior explosión no afectan al objetivo general de volver a llevar gente a la Luna en los próximos años. “Así es como funciona SpaceX. Prueban estas cosas. Realmente lo intentan, y a veces explota”, dijo.
La nave Starship fue presentada en su momento por Musk y por SpaceX como la encargada de llevar humanos a Marte y la que desempeñerá un papel clave en los planes de la NASA para regresar humanos a la Luna por primera vez en medio siglo.
Con información de Jackie Wattles and Adrienne Vogt