(CNN) – Un satélite de la NASA que observó las erupciones solares y ayudó a los científicos a comprender los poderosos estallidos de energía del sol cayó a la Tierra esta semana, casi 21 años después de su lanzamiento.
La nave espacial retirada Reuven Ramaty High Energy Solar Spectroscopic Imager (RHESSI), que se lanzó en 2002 y se dio de baja en 2018, volvió a entrar en la atmósfera de la Tierra este miércoles aproximadamente a las 8:21 p.m. ET, según la NASA.
La nave espacial de 725 kg volvió a entrar en la atmósfera sobre la región del desierto del Sahara a 26 grados de longitud y 21,3 grados de latitud, según el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
La NASA esperaba que la mayor parte de la nave espacial se quemara mientras viajaba a través de la atmósfera, pero algunos componentes podrían haber sobrevivido al reingreso. El riesgo de daño para cualquier persona en la Tierra como resultado del regreso de RHESSI fue bajo: aproximadamente 1 en 2.467, según la NASA.
“En este momento, la NASA no ha recibido ningún informe de daños o perjuicios asociados con el reingreso”, dijo la agencia en un comunicado.
La nave espacial estaba equipada con un espectrómetro de imágenes, que registraba los rayos X y los rayos gamma del sol. Desde su posición anterior en la órbita terrestre baja, el satélite capturó imágenes de electrones de alta energía que transportan una gran parte de la energía liberada en las erupciones solares, dijo la NASA.
Antes de RHESSI no se habían tomado imágenes de rayos gamma o imágenes de rayos X de alta energía de las erupciones solares, y los datos de la nave espacial proporcionaron pistas vitales sobre los fenómenos y sus eyecciones de masa coronal asociadas.
Estos eventos solares liberan la energía equivalente a miles de millones de megatones de TNT en la atmósfera del sol en cuestión de minutos y pueden tener efectos en la Tierra, incluida la interrupción de los sistemas eléctricos.
A lo largo de los años, RHESSI documentó la enorme variedad en el tamaño de las erupciones solares, desde diminutas nanofulguraciones hasta superfulguraciones masivas que eran decenas de miles de veces más grandes y explosivas.