(CNN) – De cara al Draft de la NFL, (la Reunión Anual de Selección de Jugadores) siempre hay un prospecto salido de la universidad con el que todo el mundo queda fascinado, a pesar de no ser el jugador perfecto.
A veces, se debe a los rasgos físicos mostrados en el Combine; a veces, a su personalidad; o a veces, a su exhibición en su pro day particular frente a los ojeadores.
El chico de oro de este año es Anthony Richardson y, en su caso particular, ha impresionado en todas las fases del proceso.
Richardson corrió la carrera de 40 yardas más rápida de todos los mariscales de campo, además de saltar más alto y más lejos en el Combine.
Pero fue en su pro day, en la Universidad de Florida, donde su gran brazo y sus habilidades en todos los sentidos encendieron las redes sociales e hicieron que a los equipos se les cayera la baba con su potencial.
Literalmente, estuvo a punto de lanzar el balón fuera del edificio cuando uno de sus potentes lanzamientos golpeó el techo de las instalaciones cubiertas.
Richardson se convirtió en el prospecto más tentador del draft; los informes indican que algunos lo ven como el próximo Josh Allen –un diamante en bruto que tardará años en perfeccionarse, pero que tiene un potencial de élite– y que los equipos, hasta los Panthers de Carolina en el puesto número uno, están considerando llevárselo.
Son esas asperezas las que podrían hacerle descender en el orden del draft. Pero la perspectiva del “y si…” que viene con Richardson –y con solo 20 años de edad– es una a la que los directores generales y entrenadores de toda la liga no han podido ignorar durante años.
El analista de la NFL Lance Zierlein lo describió como un jugador con “tamaño, fuerza y capacidad atlética de élite para la posición de quarterback… potencial para rendir en una variedad de esquemas ofensivos… fuerza de brazo para lanzar hacia el fondo del campo y en ventanas estrechas” en su perfil oficial del draft, pero también señala su imprecisión en el pase.
Con la posibilidad de que nueve selecciones de las 12 iniciales estén en manos de equipos necesitados de pasadores, Richardson podría encontrar un nuevo hogar en cualquier parte de la liga.
Diamante en bruto
Richardson irrumpió en la escena del fútbol americano no por su habilidad para lanzar el balón, sino para atraparlo.
En su primer partido con la Eastside High School de Florida, Richardson jugó como receptor y fue sorprendido realizando una extraordinaria recepción con una mano, similar a la de Odell Beckham Jr. con los Giants de Nueva York.
Ese video, publicado hace más de cuatro años, se ha convertido en un presagio del atletismo por el que Richardson es ahora conocido.
Richardson dice que se ha hecho un nuevo tatuaje en el que se lee “1 de 1” para describir sus habilidades únicas.
“Mucha gente dice que soy una raza diferente. Siempre le digo a la gente que no soy de la Tierra”, declaró Richardson a ESPN. “Soy superdotado, tengo talento. Siento que Dios me hizo diferente, y solo trato de usar eso en mi vida diaria”.
Rápidamente se ganó el puesto de quarterback titular, antes de decidir asistir a la Universidad de Florida; la universidad estaba a solo 15 minutos de su instituto.
El comienzo de Richardson con los Gators fue decepcionante: el primer año no jugó e intentó solo 64 pases en el segundo.
No fue hasta su tercer año en la universidad cuando dejó huella, siendo titular en 12 partidos y lanzando para 2.549 yardas de pase, 17 touchdowns y nueve intercepciones, cuando el equipo terminó con un récord de 6-6 con él al timón. También corrió para 654 yardas y nueve anotaciones más.
Esto significa que Richardson solo ha jugado 13 partidos universitarios en su carrera antes de entrar en el draft. Según ESPN, esa sería la menor cantidad de partidos universitarios de un mariscal de campo de primera ronda en el draft si es seleccionado en dicha ronda, junto con Mitch Trubisky, desde 2002.
A pesar de la falta de experiencia, la evidencia en la cinta muestra que Richardson tiene capacidad.
La electricidad de Richardson con el balón en las manos no se limita al lanzamiento; el joven quarterback ha realizado carreras de touchdown de 45, 60, 73, 80 y 81 yardas en las dos últimas temporadas.
Pero a pesar de esas jugadas increíbles, tanto lanzando como corriendo el balón, Richardson necesitará “mucho trabajo para alcanzar un techo potencialmente alto”, según la evaluación de Zierlein.
“Su precisión en lanzamientos cortos y sencillos dejó mucho que desear debido, en parte, a un juego de pies deficiente y a un ritmo inconsistente. Los problemas de juego de pies pueden corregirse, pero el desafío será determinar si puede ser al menos un pasador funcionalmente preciso en el siguiente nivel”.
Pero es esa esperanza de que Richardson pueda aprovechar al máximo su potencial lo que tiene intrigados a los equipos.
Según FiveThirtyEight, el valor de Richardson en el draft se disparó de una elección de media primera ronda al final de la temporada universitaria a una elección entre las cinco primeras en cuestión de meses.
Los analistas comparan a Richardson con Cam Newton, un quarterback físicamente dominante con algunos problemas de precisión.
En 2011, Newton venía de una emocionante temporada final con Auburn, ganando el Trofeo Heisman y el campeonato de la NCAA, y finalmente pasó a tener una carrera extremadamente exitosa en la NFL con las Panthers de Carolina, incluyendo ganar el premio al jugador más valioso de la NFL (MVP, por sus siglas en inglés) en 2015.
Igualar la producción de un MVP es un listón muy alto, pero el techo de Richardson es tal que la trayectoria de Newton es lo que espera un equipo que lo seleccione entre los cinco primeros del draft.
Richardson también continuaría la tendencia de los equipos de priorizar a los pasadores en el draft que pueden destacar tanto lanzando como corriendo el balón. Trevor Lawrence, Trey Lance y Justin Fields, en 2021, y Joe Burrow, Tua Tagovailoa, Justin Herbert y Jalen Hurts, en 2020, pueden contar con movilidad en su arsenal de armas.
Y nadie quiere perderse la elección de un mariscal de campo franquicia; nadie quiere ser los Bears de Chicago eligiendo a Trubisky en lugar de Patrick Mahomes. Mientras que Mahomes ha ganado dos anillos de Super Bowl y dos MVP de la liga, Trubisky está en su tercer equipo y se ha establecido en un papel de respaldo.
Este jueves, Richardson podría ser seleccionado en primer lugar o podría quedar fuera de los primeros 10.
Su rara combinación de atletismo y un gran brazo es un prospecto intrigante y podría hacer que los gerentes generales se tiren de los pelos si deciden pasarlo por alto o podría transformar totalmente sus prospectos si alcanza su potencial.