Nueva York (CNN) – Hace sólo unos años, Kim Kardashian teñía sus propias prendas moldeadoras en un fregadero con bolsitas de té. La idea se ha convertido en Skims, una marca de US$ 3.200 millones que ha catapultado a la estrella de la telerrealidad a la categoría de titán empresarial.
“En mi caso, simplemente buscaba una solución al hecho de que me encanta llevar ropa moldeadora y no había ningún color que se adaptara a mi tono de piel, por no hablar de la mayoría de mis amigas”, declaró este martes a Poppy Harlow, presentadora de CNN This Morning, en la Cumbre Time 100. Añadió que en aquel momento “no había nada intermedio” entre el color pálido y el negro en ropa moldeadora.
Skims está valorada en unos US$ 3.200 millones y fue nombrada una de las empresas más influyentes de Time para 2023. Para Kardashian, el objetivo de la marca era cubrir una necesidad que no existía en el mercado: ofrecer una amplia variedad de colores de prendas moldeadoras para mujeres. Su destreza empresarial se ha expandido más allá de Skims con una firma de capital privado que cofundó el año pasado llamada SKYY Partners.
Kardashian dijo a Harlow que confía “absolutamente” más en su instinto que en los datos cuando se trata de encontrar empresas en las que SKYY pueda invertir.
“Las empresas que tengo ahora se respetan y confían unas en otras plenamente y por igual para funcionar y hacer lo nuestro. Si confías así en los demás, puede ser absolutamente mágico”, afirmó.
A medida que envejece, Kardashian, de 42 años, se da cuenta de que ahora puede permitirse el lujo de elegir a las personas de las que quiere rodearse. “Si estás en un lugar y te tomas tu tiempo, te das cuenta de que no quieres en absoluto hacer negocios con gente con la que no quieres pasar las vacaciones y que no te gusta”, dijo.
“Suena muy sencillo, pero durante gran parte de mi carrera no tuve la oportunidad de elegir con quién quería hacer negocios o qué tratos hacía o tener la oportunidad de conocerlos”, dijo a Harlow.
Otro aspecto de la vida de Kardashian es su interés por la reforma de la justicia penal. Hace unos cinco años, Kardashian colaboró con el expresidente Donald Trump para conmutar la pena de Alice Marie Johnson, una delincuente no violenta que había cometido un delito de drogas por primera vez.
Fue un momento que cambió su vida, dijo.
“No tenía ninguna relación con el sistema judicial. A medida que fui descubriendo cómo ayudar a alguien y cómo marcar la diferencia y sacarlo de allí, fui realmente ingenua respecto a todos los problemas de nuestro sistema [de justicia]”, dijo. “Una vez que vi que era capaz de marcar la diferencia, no podía parar ahí”.
Kardashian dijo que liberar a Johnson fue una “experiencia bastante fácil” para ella, pero admitió que sabía que no debería haberlo sido. “Se necesitan de 10 a 20 años para hacer lo que hice en seis meses, y no me di cuenta de la lucha en ese momento. Para mí, fueron unas pocas llamadas telefónicas y eso realmente me impactó …. que ese proceso tiene que cambiar”.
Dijo que se había puesto en contacto con el presidente Joe Biden para que ayudara a conmutar la pena de otras personas, pero que no había obtenido respuesta.
Por ello, la misión de Kardashian de convertirse en abogada está cada vez más cerca de hacerse realidad. Tiene previsto presentarse al examen del colegio de abogados de California en 2025. “Sería tan feliz como siendo abogada a tiempo completo y haciendo eso”, dijo sobre renunciar a su vida frente a la cámara.