(CNN) – Hace solo siete años que se fotografiaron por primera vez gatitos de las arenas en libertad. Como era de esperar, las imágenes de estos pequeños felinos peludos se hicieron virales en Internet. Poca gente había visto antes a estos peludos habitantes del desierto y los científicos sabían muy poco sobre la especie.
Pero gracias a una nueva investigación, esto está empezando a cambiar. En marzo se publicó en la revista Journal of Arid Environments un estudio de cuatro años de duración sobre los gatos de las arenas, también conocidos como gatos del desierto. Se trata del mayor conjunto de datos sobre el área de distribución de los gatos de las arenas jamás registrado y revela cómo sobreviven estos escurridizos felinos salvajes en entornos duros y secos del norte de África, el Cercano Oriente y el suroeste y centro de Asia.
En apariencia, los gatos de las arenas son similares a sus parientes domésticos, pero son ligeramente más pequeños y tienen orejas más grandes para oír a sus presas. Aunque igualmente adorables, estos gatos no son para acariciar. Son asesinos letales, y el informe encontró pruebas de que se alimentan de roedores y reptiles, incluidas serpientes venenosas.
“Comen varias [presas] por noche para obtener su aporte energético y no beben nada”, afirma el Dr. Grégory Breton, director gerente de Panthera France, la organización mundial para la conservación de los felinos salvajes, y coautor del estudio. “Dependen de la sangre de sus presas para obtener líquidos y agua”.
Los felinos también son extraordinariamente sigilosos. Su color arenoso los camufla en el entorno desértico, entierran sus heces y no dejan restos de sus presas, mientras que la arena barre rápidamente las huellas de sus patas.
Esta naturaleza esquiva es sin duda una de las razones por las que no se han reportado muchos avistamientos de gatos de las arenas, afirma Breton. Aunque la especie se registró científicamente por primera vez en 1858 (tras ser avistada en el norte del Sáhara por un soldado francés), desde entonces solo se han publicado unos pocos artículos de investigación sobre ella, muchos de ellos con escasos datos.
Sin embargo, el misterio que rodea al gato de las arenas despertó la curiosidad de Breton, que empezó a investigar la especie en 2013. “Son muy fascinantes porque no se ha hecho nada realmente sobre ellos”, dice, y añade que un conocimiento más profundo de la especie podría ayudar a dar forma a los esfuerzos de conservación.
Los pequeños felinos recorren enormes distancias
El estudio, realizado en colaboración entre Panthera, el zoológico de Colonia y el zoológico de Rabat, se centró en una zona de desierto abrasador en el sur de Marruecos, donde las temperaturas pueden alcanzar hasta 50 °C. Un equipo de cinco personas, incluidos científicos y un veterinario, capturó y colocó radiocollares VHF a 22 gatos de las arenas y los siguió y observó intermitentemente entre 2015 y 2019. Los resultados fueron sorprendentes, dice Breton. “Estamos rechazando muchas de las suposiciones que se tenían antes”.
El primero es una nueva estimación del área de distribución del gato de las arenas. Estudios anteriores sugerían que los gatos de las arenas se desplazaban por un área de hasta 50 kilómetros cuadrados, pero el equipo de Breton demostró que su área de distribución es mucho mayor: un gato de las arenas cubrió un área de hasta 1.758 kilómetros cuadrados en poco más de seis meses. El informe señala que los gatos de las arenas parecen recorrer distancias mayores que cualquier otro felino de su tamaño, incluidos los gatos de patas negras y los gatos monteses africanos. De hecho, su área de distribución rivaliza incluso con la de felinos mucho mayores, como leones, tigres y leopardos, afirma Breton.
El estudio también sugiere que los gatos de las arenas pueden llevar un estilo de vida nómada, cambiando de hogar en función de las lluvias o las condiciones ambientales. Aunque hay que seguir investigando para confirmar esta teoría, Breton cree que sería “un verdadero avance” porque no se conoce ninguna otra especie de gato salvaje que sea nómada. “El entorno desértico es el motor de sus hábitos y comportamiento”, añade.
Gatos de las arenas, en peligro
Las conclusiones del informe podrían tener graves consecuencias para el estado de conservación del gato de las arenas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) clasifica actualmente a la especie en la categoría de “menor preocupación”, pero la nueva información sobre el tamaño de su área de distribución podría significar que la población es menor que las estimaciones anteriores, por lo que los autores instan a la IUCN a reconsiderar su inclusión en la lista.
Breton cree que los gatos de las arenas pueden estar más amenazados de lo que se pensaba, “dada su área de distribución, los limitados recursos y la fragilidad del ecosistema”.
Breton señala que su hábitat desértico es extremadamente frágil y vulnerable al cambio climático. También hay amenazas locales, como los perros pastores, que a veces matan a los gatos de las arenas; los gatos domésticos, portadores de enfermedades peligrosas para las especies silvestres; y también ha habido casos de gatos de las arenas capturados para el comercio ilegal de mascotas, añade.
Urs Breitenmoser, copresidente del Grupo de Especialistas en Felinos de la Comisión de Supervivencia de Especies de la IUCN, ve con buenos ojos la nueva investigación sobre esta “especie de felino poco estudiada”. Cree que será útil en la revaluación en curso de la inclusión del gato de las arenas en la lista. Pero advierte que el estudio se refiere a una zona del extremo occidental de la amplia área de distribución del gato de las arenas.”La cuestión será hasta qué punto la nueva información es representativa de toda la especie y su área de distribución”, afirma.
Breton cree que seguir investigando será clave para proteger a los gatos de las arenas y anima a otros científicos a realizar estudios similares en toda el área de distribución de la especie. “Necesitamos comprender mejor su comportamiento, cómo se mueven y utilizan el paisaje, e identificar claramente las amenazas”, afirma.