(CNN Español) –– Pese a estar ubicado sobre una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, Uruguay sufre desde hace un par de semanas problemas desabastecimiento de agua potable en su capital.
El agua sigue fluyendo por las cañerías, pero desde hace varios días su sabor es más salado por el exceso de sodio, lo cual generó quejas de los usuarios y preocupaciones de salud entre los médicos.
¿A qué se debe este cambio? A que, ante el déficit hídrico y la escasez de agua dulce en el río Santa Lucía y en sus embalses por la sequía que sufre el país, la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) decidió empezar a partir del 26 de abril a realizar una mezcla diferente del agua disponible. Eso supone tomar una parte del agua de una fuente más cercana al río de la Plata, el estuario que recibe aguas oceánicas saladas.
“Decidimos en el día de hoy empezar a mezclar en forma diferente (…) El agua ‘aguas abajo’ puede tener mayor salinidad, pero nos vemos obligados a que por lo menos la cantidad de agua dulce que tenemos segura nos dure hasta finalizar mayo”, dijo en rueda de prensa el presidente de OSE, Raúl Montero, al realizar el anuncio.
Una semana después, OSE volvió a pedir el aval del Ministerio de Salud Pública para aumentar por segunda vez los niveles de sodio en el agua corriente. “Estamos en un escenario que si no bombeamos aguas abajo del Santa Lucía, desde donde hay agua del río de la Plata, lo que trae como consecuencia un aumento de los cloruros y del sodio, no podríamos abastecer el sistema metropolitano de agua continua. Si no lo hacemos, tendríamos también un problema sanitario gravísimo”, dijo este lunes la vicepresidenta de OSE, Susana Montaner, en la radio FM Del Sol.
Inmediatamente, las autoridades de la empresa estatal y del Ministerio de Salud Pública aclararon que la medida y el sabor del agua no tienen efectos nocivos para la salud. Sin embargo, Salud Pública recomendó que “aquellos que tengan hipertensión, en caso de ser posible, consumir agua embotellada” y que las personas que tengan “recomendación médica de una dieta restringida en sal, deberán extremar los controles de presión arterial y no descuidar sus controles médicos”.
Esta situación generó muchas críticas y quejas en la opinión pública, una protesta llamada “movilización por el agua” frente al Ministerio de Salud Pública este lunes, un anuncio de interpelación de los ministros de Ambiente y de Salud Pública por parte de la oposición política, decenas de memes en redes sociales, y duplicó la venta de agua embotellada en la capital uruguaya, que también empezó a escasear en algunos comercios barriales.
Ante la situación, la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular de Uruguay advirtió sobre el riesgo que supone este aumento de sodio en el agua para la población. En un comunicado, explicó que “casi el 37% de los uruguayos tienen presión arterial elevada” de los cuales un tercio “no lo sabe”. Agregó que los uruguayos ya consumen en promedio un 66% más del sodio recomendado por la OMS.
La esperanza de las autoridades y de la población es que, a partir de junio, con el invierno, lleguen más lluvias que permitan superar este problema.