(CNN) – Hace seis años, la prima de Greta Rico, Fernanda, fue encontrada muerta en una bolsa de basura en una calle de México.
Le habían disparado tres veces y había signos de violencia sexual.
Mientras su familia esperaba más respuestas —que finalmente nunca obtuvieron— hubo un problema especialmente apremiante: ¿Quién cuidaría de la hija de 3 años de Fernanda, Nicole?
El padre de Nicole estaba ausente. Su abuela materna había muerto cinco años antes.
Su tía Siomara, una mujer soltera que a sus 27 años nunca esperó ser madre, dio un paso adelante y se hizo responsable de su sobrina.
“Ella nunca quiso ser mamá, y en realidad fue muy enfática al respecto”, dijo Rico, una fotoperiodista que ha documentado la historia de Siomara en un proyecto que ella llama Madre Sustituta. “Y luego, por lo que pasó, cuando decidió cuidar a Nicole, fue muy, muy difícil para ella. Me atrevería a decir que todavía es difícil. Pero se aman mucho y ya tienen una dinámica natural de madre e hija”.
Las fotos de Rico ilustran cómo ha sido la vida de Siomara y Nicole en los últimos años, de los altibajos, y ella quiere crear conciencia sobre el feminicidio, la forma más extrema de violencia de género que se define como el “asesinato intencional de mujeres por ser mujeres”.
La mayoría de los países, incluido Estados Unidos, no distinguen los feminicidios de otros homicidios. México es uno de al menos 16 países que lo hacen. Pero los grupos de derechos de las mujeres en el país han dicho que muy pocos asesinatos se clasifican como feminicidios y que no se lleva a suficientes perpetradores ante la justicia.
La muerte de Fernanda nunca fue investigada, indicó Rico, y no fue clasificada como feminicidio a pesar de que había evidencia de violencia sexual.
“Muchas mujeres aquí en mi país, desde hace algunos años, sentimos que a las autoridades simplemente no les importan nuestras vidas, simplemente no les importa lo que nos pase”, comentó Rico.
Le gustaría ver a su Gobierno hacer más para ayudar a los huérfanos del feminicidio y sus cuidadores, quienes dice que casi siempre son mujeres en su país: las hermanas, las tías, las abuelas.
“No hay políticas públicas para apoyar a estas mujeres”, dijo Rico. “Ni siquiera existe un término legal para llamar a estos cuidadores. Y no hay ningún tipo de ayuda para esos niños”.
Desde que murió Fernanda, Siomara y Nicole se han mudado nueve veces. Rico dijo que no ha sido fácil para Siomara mantener un trabajo que le permita la flexibilidad que necesita para cuidar a Nicole.
“Es una niña que tiene un trauma, que necesita muchos cuidados, que necesita mucho apoyo psicológico”, dijo Rico. “Y esto ha sido difícil para mi prima porque muchas veces necesita pedir permiso de su trabajo tal vez para cambiar el horario o tal vez para no ir de vez en cuando. Lo que siempre acaba pasando es que la despiden. Ha cambiado mucho de trabajo desde que empezó todo”.
Siomara ahora trabaja en ventas en un centro comercial y ha podido mantener el trabajo durante un año, que es el tiempo más largo que ha logrado permanecer empleada desde la muerte de su hermana.
Lo que ha sido de gran ayuda es la reciente inscripción de Nicole en un internado especial que se creó para niñas que provienen de situaciones vulnerables. Ahora vive allí cinco días a la semana y recibe la educación y el apoyo psicológico que necesita. También le ha dado más estabilidad.
“Ella no se muda de la escuela una y otra vez, y no cambia de amigos una y otra vez”, dijo Rico. “Ahora tiene muchos buenos amigos. De hecho, dormirán juntos en la misma habitación. Ya tienen una rutina. Se preocupan mucho el uno por el otro; entre ellos también existe un fuerte vínculo. Son como una familia”.
Siomara recogerá a Nicole los viernes y pasarán juntas los fines de semana, así como los días festivos y las vacaciones.
“A veces no quiero que se quede en la escuela, pero estoy sola con esto y es la única forma en que puedo seguir trabajando”, dijo.
Antes de que muriera su hermana, Siomara tenía planes de continuar sus estudios, tal vez viajar al extranjero. Esos planes quedaron suspendidos.
Ser mamá ha sido una lucha a veces, le dijo a su prima.
“Hay días en los que siento que no puedo”, afirmó Siomara. “Me duele mucho tener mis sueños (dejados) de lado. Pero cuando pienso en (Nicole), me doy cuenta de que ella me necesita”.
Siomara y Nicole eran cercanas antes de la muerte de Fernanda. Cuando Siomara era más joven, era la “tía buena onda”, llevaba a Nicole al cine y la mimaba con juguetes.
Ahora no solo son como madre e hija, según Rico, sino que también son mejores amigas.
“Ha sido muy, muy hermoso estar cerca de ellas, verlas fortalecerse juntas”, comentó. “Una de las cosas que me ha resultado interesante es que he visto que crearon una relación de confianza muy fuerte. No hay forma de que le pase algo a Nicole y que ella no le diga a mi prima. Ella le cuenta todo todo el tiempo”.
En su proyecto fotográfico, Rico quiere mostrar las duras situaciones por las que han pasado las dos, pero también los momentos de alegría. Dice que Nicole, que ahora tiene 9 años, es una chica divertida e inteligente.
“Si le preguntas, ‘¿Qué quieres ser cuando seas grande?’, Ella responderá: ‘Quiero ser astronauta’”, señaló Rico. “Ahora está obsesionada con el espacio. La compramos como una nave espacial de cartón la Navidad pasada y está obsesionada con jugar con su nave espacial”.
Han alentado a Nicole a seguir su corazón, donde sea que la lleve. Su amor por los dinosaurios recientemente hizo que Rico y Siomara se dieran cuenta de lo problemáticos que pueden ser los roles de género en su país.
“Para que te des una idea de lo que es la sociedad mexicana, en la sección de niños solo puedes encontrar cosas de dinosaurios, como ropa o juguetes”, dijo Rico. “Nunca jamás verás un pijama rosa de dinosaurios en la sección de niñas. Esta no es una opción aquí. Si la llevamos de compras, simplemente le decimos que elija lo que quiera. No importa la sección donde lo elija”.
Nicole sabe que su madre murió, pero no que la mataron. Rico dijo que tendrán esa conversación a tiempo y que trabajan con expertos en su escuela para encontrar la mejor manera de hacerlo.
“La realidad es que ella sí sabe que pasó algo, porque todo fue muy raro y muy rápido, y pasaron y se dijeron muchas cosas, sobre todo en el momento del funeral”, dijo Rico.
A los pocos meses del funeral, Nicole comenzó a llamar a Siomara “mamá”, y todavía lo hace hoy. Siomara nunca le dijo que la llamara así; simplemente sucedió.
Pero Siomara quiere dejar en claro que Fernanda —y las circunstancias que rodearon su trágica muerte— nunca se olvidan.
“Quiero que la gente sepa que aunque la amo mucho y siempre la cuidaré, no soy su madre”, dijo Siomara. “Soy su tía y tuve que convertirme en su madre porque mataron a mi hermana”.
Rico dijo que con demasiada frecuencia en su país, las personas idealizan los sacrificios que hacen estos cuidadores y se olvidan de tratar de solucionar el problema del feminicidio o ayudar a los cuidadores a manejar las consecuencias.
“Mucha gente piensa que debido a que estos niños están con alguien que realmente los ama y los cuida, esa será la solución”, dijo. “Y la realidad es que es súper difícil. Aunque mi prima quiere mucho a Nicole y la apoyaba mucho, no tenía las herramientas necesarias para ayudar a una niña con trauma. No tenía las herramientas para enfrentar la brutal situación de que alguien mató a su hermana, y tampoco para enfrentar su propio dolor”.
Rico dice que se necesita más, del Gobierno y la comunidad, para ayudar a mujeres como Siomara.
“La realidad es que están haciendo este trabajo y enfrentan estas situaciones solas”, asegura.