París (CNN) – El tercer sitio cultural más visitado de París necesita una renovación. Tras 50 años cautivando a los amantes del arte y la arquitectura con su construcción de dentro afuera, el Centro Pompidou cerrará durante cinco años para una reforma.
El museo, que alberga galerías, una biblioteca y un restaurante dentro de su innovador exterior de tuberías y conductos, permanecerá cerrado de 2025 a 2030 para someterse a las reparaciones y obras que, según las autoridades, son necesarias para garantizar el futuro del inusual edificio.
La ministra de Cultura de Francia, Rima Abdul Malak, anunció las obras a principios de mes afirmando que el proyecto de modernización y eliminación del asbesto, cuyo costo se estima en 260 millones de euros (US$ 282 millones), “perpetuará su supervivencia”.
Inicialmente estaba previsto que el cierre tuviera lugar a partir de septiembre de 2023, pero se ha pospuesto hasta después de los Juegos Olímpicos de Verano que se celebrarán en París en 2024.
Situado en el corazón de París, el Pompidou, que debe su nombre al expresidente Georges Pompidou, atrae a varios millones de visitantes al año y ofrece además una de las mejores vistas de la ciudad.
La remodelación pretende reinventar la “utopía original” del Centro Pompidou, respondiendo al mismo tiempo a los retos culturales, sociales y medioambientales de los próximos años, según declaró a CNN Laurent Le Bon, presidente del recinto.
Uno de los aspectos más destacados de la renovación será una nueva terraza de 1.500 metros cuadrados con vistas al oeste de la ciudad. Las obras también ayudarán a reducir la factura energética del centro en un 60%. “Somos probablemente uno de los edificios que más energía consume de Francia, así que es una buena noticia”, dijo Le Bon.
“Nuestra Señora de las Tuberías”
Mientras tanto, los visitantes seguirán teniendo acceso a algunas de las obras más destacadas del Centro Pompidou. Los 400.000 libros de su biblioteca pública se trasladarán a Le Lumière, una sede temporal en el barrio parisino de Bercy, mientras que las obras de arte de su Museo Nacional de Arte Moderno se expondrán en París, en el resto de Francia y en el extranjero.
Diseñado por los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers, ambos creadores de algunos de los edificios más famosos de los últimos 50 años, el Centro Pompidou se construyó en un antiguo estacionamiento. El propio Pompidou se inspiró en los museos de arte del otro lado del Atlántico.
“Me gustaría, apasionadamente, que París tuviera un centro cultural como el que han intentado crear en Estados Unidos con desigual éxito hasta ahora, que fuera a la vez un museo y un centro de creación”, declaró en una entrevista al diario Le Monde en 1972.
Pero cuando se elaboraron los planos arquitectónicos con tubos y tuberías exteriores, el entonces presidente se enfrentó al escepticismo. Los críticos dijeron que sus tuberías azules, rojas y verdes y su arquitectura náutica chocarían con el clásico aspecto haussmaniano de la llamada Ciudad de las Luces.
“La apodaron el trasatlántico, la refinería, Nuestra Señora de las Tuberías”, recuerda Laurent Le Bon. “Cuando emergió de la tierra en pleno corazón de París, en realidad estamos en el París histórico, en el Marais, causó un choque estético”.
Sin embargo, el edificio que el poeta francés Francis Ponge describió como “un corazón, un músculo, una bomba que inspira y espira en continuos latidos” se convirtió en medio siglo en un hito nacional. Un espacio destinado a vivir y respirar con su tiempo, “no tanto un monumento, más bien, para inventar una palabra, un moviment”, escribió en su opúsculo “L’Écrit Beaubourg” en 1977.