Vallas de seguridad temporales se alinean a lo largo de un camino a la plaza del edificio del Tribunal Supremo de EE.UU. el 19 de abril de 2023 en Washington, DC.

(CNN) —La Corte Suprema otorgó una enorme victoria a Silicon Valley este jueves al proteger las plataformas en línea de dos demandas que, según advirtieron los expertos jurídicos, podrían haber puesto en jaque a internet.

Las dos decisiones preservan la capacidad de las empresas de redes sociales para evitar demandas derivadas de contenidos relacionados con el terrorismo, y suponen una derrota para los críticos de la industria tecnológica que afirman que las plataformas no rinden cuentas.

De este modo, la corte se pone del lado de la industria tecnológica y de los grupos de defensa de los derechos digitales, que afirmaron que exponer a las plataformas tecnológicas a una mayor responsabilidad podría romper las funciones básicas de muchos sitios web, e incluso podría crear riesgos legales para los usuarios individuales de Internet.

En uno de los dos casos, Twitter contra Taamneh, la Corte Suprema dictaminó que Twitter no tendrá que hacer frente a las acusaciones de complicidad con el terrorismo cuando mantuvo tuits creados por el grupo terrorista ISIS.

La corte también desestimó el caso González contra Google, que recibió mucho escrutinio, sobre la moderación de contenidos en las redes sociales. Así se mantuvo al margen de reducir un escudo federal clave de responsabilidad para los sitios web, conocido como Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones. La decisión del jueves respalda la sentencia de un tribunal inferior que protegió a las plataformas de redes sociales de una amplia gama de demandas por moderación de contenidos.

La decisión de Twitter fue unánime y la redactó el juez Clarence Thomas, quien afirmó que las plataformas de redes sociales son poco diferentes de otras tecnologías digitales.

“Puede ser que los grupos criminales como ISIS sean capaces de utilizar plataformas como la de los acusados para fines ilegales, y a veces atroces”, escribió Thomas. “Pero lo mismo podría decirse de los teléfonos móviles, el correo electrónico o Internet en general”.

La opinión de Thomas reflejaba la lucha de la corte por identificar, en los argumentos presentados, qué tipo de discurso debería desencadenar la responsabilidad de las redes sociales y qué tipo merecía protección.

“Creo que la corte reconoció la importancia de estas plataformas para la comunicación de miles de millones de personas y se abstuvo de interferir en ello”, dijo Samir Jain, vicepresidente de política del Centro para la Democracia y la Tecnología, un grupo que presentó escritos en apoyo de la industria tecnológica.

Durante meses, muchos expertos jurídicos han considerado los casos de Twitter y Google como una señal de que la corte podría buscar cambios radicales en la Sección 230, una ley que se ha enfrentado a críticas bipartidistas en relación con las decisiones de moderación de contenidos de las empresas tecnológicas. Thomas, en particular, ha expresado su interés en conocer un caso de la Sección 230.

Las expectativas de un resultado muy disruptivo en ambos casos provocaron lo que Kate Klonick, profesora de Derecho de la Universidad St. John’s, describió como una “avalancha demencial” de escritos hechos por personas conocidas como amigos del tribunal.

Sin embargo, a medida que se desarrollaban los argumentos orales y los jueces se enfrentaban a las complejidades de la expresión en Internet, la probabilidad de que se produjeran cambios masivos en la ley parecía disminuir.

“Creo que poco a poco se fue abriendo paso la posibilidad de que… tal vez la corte no tenga ni idea de qué demonios tratan estos casos, y los haya elegido TAL VEZ por activismo, pero no esté preparada para ser TAN activista”, tuiteó Klonick.

Daphne Keller, directora del Programa de Regulación de Plataformas de la Universidad de Stanford, se mostró de acuerdo.

“Creo que esto reivindica a todos los que decíamos: ‘La Corte Suprema tomó el caso equivocado, estos no presentaron los temas que realmente querían’”, dijo Keller a CNN.

Es posible que los jueces tengan pronto otra oportunidad de intervenir sobre las redes sociales. La corte aún está decidiendo si evaluará una serie de casos relacionados con la constitucionalidad de las leyes estatales aprobadas por Texas y Florida que restringen la capacidad de las plataformas en línea para moderar contenidos. Pero la forma en que la corte ha tratado los casos de Twitter y Google sugiere que podría abordar los nuevos casos con cautela.

“El simple hecho de que los jueces procedan con cautela es una buena señal, y sugiere una comprensión más matizada de estos asuntos de lo que muchos temían”, dijo Evelyn Douek, profesora adjunta de la Facultad de Derecho de Stanford.

En la decisión del jueves sobre Twitter, la corte sostuvo que el hecho de que la plataforma albergara discursos generales sobre terrorismo no genera responsabilidad jurídica indirecta por atentados terroristas concretos, lo que eleva el listón para futuras demandas de este tipo.

“Concluimos”, escribió Thomas, “que los argumentos de los demandantes son insuficientes para establecer que estos demandados ayudaron e instigaron a ISIS a llevar a cabo el ataque relevante”.

También subrayó que los demandantes “no han señalado que los demandados proporcionaran intencionadamente ninguna ayuda sustancial” al ataque en cuestión, ni que ayudaran “de forma generalizada y sistémica” a ISIS de una manera que los hiciera responsables de “cada ataque de ISIS”.

Twitter contra Taamneh se centró en si a las empresas de redes sociales las pueden demandar en virtud de la legislación antiterrorista de Estados Unidos por albergar contenidos relacionados con el terrorismo que solo tienen una relación remota con un atentado terrorista específico.

Los demandantes en el caso, la familia de Nawras Alassaf, quien murió en un ataque de ISIS en Estambul en 2017, aseguraron que las compañías de redes sociales, incluida Twitter, habían ayudado a sabiendas a ISIS en violación de la ley antiterrorista federal al permitir que algunos de los contenidos del grupo persistieran en sus plataformas, a pesar de las políticas destinadas a limitar ese tipo de contenido.

“Innumerables empresas, académicos, creadores de contenidos y organizaciones de la sociedad civil que se unieron a nosotros en este caso estarán tranquilos por este resultado”, dijo Halimah DeLaine Prado, abogada general de Google, en un comunicado. “Seguiremos trabajando para salvaguardar la libertad de expresión en línea, combatir los contenidos nocivos y apoyar a las empresas y creadores que se benefician de Internet”.

Twitter no ha respondido a una solicitud de comentarios por parte de CNN.

Jueces desestiman la demanda de Google y dejan intacta la Sección 230

La corte desestimó el caso contra Google con sólo una breve opinión. Dejó intacta la sentencia de un tribunal inferior que sostenía que Google es inmune a una demanda que acusa a su filial YouTube de complicidad con el terrorismo.

El resultado supondrá probablemente un alivio no sólo para Google, sino también para los numerosos sitios web y empresas de redes sociales que instaron a la Corte Suprema a no recortar la protección jurídica de Internet.

La opinión no estaba firmada, y la corte dijo: “Nos negamos a abordar la aplicación de la Sección 230 a una demanda que parece exponer poco o nada verosímil. En su lugar, anulamos la sentencia y devolvemos el caso al Noveno Circuito para que examine la demanda a la luz de nuestra decisión en Twitter”.

No hubo disensiones.

El caso en el que estaba implicado Google se centraba en si se le puede demandar por la promoción algorítmica que hace su filial YouTube de vídeos terroristas en su plataforma.

La familia de Nohemi González, quien murió en un atentado de ISIS en París en 2015, sostuvo que las recomendaciones selectivas de YouTube violaban una ley antiterrorista estadounidense al ayudar a radicalizar a los espectadores y promover la visión del mundo de ISIS.

La acusación pretendía delimitar las recomendaciones de contenidos para que no recibieran protección en virtud de la Sección 230, exponiendo potencialmente a las plataformas tecnológicas a una mayor responsabilidad por la forma en que gestionan sus servicios.

Google y otras empresas tecnológicas han afirmado que esa interpretación de la Sección 230 aumentaría los riesgos legales asociados a la clasificación, ordenación y curaduría de contenidos en línea, una característica básica del internet de hoy en día. Google alegó que, en tal situación, los sitios web tratarían de ir sobre seguro, ya sea eliminando muchos más contenidos de los necesarios, o renunciando por completo a la moderación de contenidos y permitiendo aún más material nocivo en sus plataformas.

Los escritos que presentaron Craigslist, Microsoft, Yelp y otras empresas sugieren que lo que está en juego no se limita a los algoritmos, sino que podría acabar afectando prácticamente a cualquier elemento de la web que pudiera interpretarse como una recomendación. Esto podría significar que incluso los usuarios promedio de Internet que se ofrezcan como voluntarios moderadores en varios sitios podrían enfrentarse a riesgos legales, según una demanda presentada por Reddit y varios moderadores voluntarios de Reddit.

El senador demócrata de Oregón Ron Wyden y el exrepresentante republicano de California Chris Cox, coautores originales de la Sección 230, argumentaron ante la corte que la intención del Congreso al aprobar la ley era dar a los sitios web amplia discreción para moderar los contenidos como considerasen oportuno.

La administración Biden también intervino en el caso. En un escrito presentado en diciembre, argumentó que la Sección 230 protege a Google y YouTube de demandas “por no retirar contenidos de terceros, incluidos los contenidos que ha recomendado”. Pero, según el escrito del gobierno, esas protecciones no se extienden a los algoritmos de Google porque representan el discurso de la propia empresa, no el de otros.