CNNE 1098319 - bajar de peso con alimentacion consciente
¿Qué es la alimentación consciente? Recomendaciones para bajar de peso de manera saludable
00:48 - Fuente: CNN

(CNN) — Cheri Ferguson ha cambiado su vaporizador por un Ozempic.

Un día, hace siete semanas, “pensé: ‘estás haciendo algo con tu peso; deja el vapeador en casa’”, cuenta Ferguson.

Desde entonces, no lo ha vuelto a coger.

Ferguson es una de las muchas personas que toman Ozempic y fármacos similares para perder peso y dicen haber notado también un efecto en su interés por conductas adictivas, como el tabaco y el alcohol.

Fumadora durante la mayor parte de su vida, Ferguson empezó a tomar Ozempic hace 11 semanas para intentar perder los 15 kilos que había ganado durante la pandemia de covid-19, que la habían convertido en prediabética.

El verano pasado cambió los cigarrillos por el vapeo con la esperanza de dejar de fumar, pero descubrió que el vapeo era aún más adictivo. Eso cambió cuando empezó a usar Ozempic.

“Es como si alguien acabara de llegar y encendiera la luz, y puedes ver la habitación como lo que es”, dijo Ferguson. “Y todos esos vaporizadores y cigarrillos que has tenido a lo largo de los años ya no te parecen atractivos. Es muy, muy extraño. Muy extraño”.

Ferguson dice que también bebe menos alcohol con Ozempic. Mientras que antes se tomaba varias copas en un pub mientras veía un partido de fútbol en Buckinghamshire (Reino Unido), ahora se contenta con una sola.

Algunos médicos afirman que, en lo que se refiere a conductas adictivas, el efecto sobre el consumo de alcohol es lo que más oyen decir a las personas que toman Ozempic o medicamentos similares.

“Varios pacientes me lo han descrito y me han preguntado porque tienen curiosidad por saber si este cambio podría deberse a este medicamento”, afirma Jena Shaw Tronieri, profesora adjunta de psiquiatría y directora de servicios clínicos del Centro de Trastornos de Peso y Alimentación de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.

Tronieri está llevando a cabo un ensayo clínico con semaglutida (el nombre genérico de Ozempic) —aprobado para la diabetes— y Wegovy —aprobado para perder peso— para conocer mejor sus efectos a largo plazo sobre el apetito. En muchos ensayos de modificación del estilo de vida que ha dirigido, nunca había tenido participantes que informaran de este tipo de sensación respecto al alcohol.

Pero con la semaglutida, “la gente dice: ‘Sabes qué, ya no me interesa. No me apetece beber’”, afirma.

Y cuando le preguntan si podría ser el fármaco, les dice que no hay pruebas para afirmarlo con certeza, “pero hay motivos para creer que ése podría ser uno de los efectos”.

El Dr. Lorenzo Leggio estudia esta cuestión en los Institutos Nacionales de Salud. Él y un equipo de investigadores acaban de publicar un estudio que demuestra que la semaglutida reduce el consumo de alcohol en roedores.

Los fármacos como la semaglutida, de una clase conocida como análogos del GLP-1, pueden influir en el interés por cosas como el alcohol porque tienen un efecto no sólo en el intestino, sino también en el cerebro, señaló Leggio.

“Creemos que al menos uno de los mecanismos de cómo estos medicamentos reducen el consumo de alcohol es reduciendo los efectos gratificantes del alcohol, como los relacionados con un neurotransmisor de nuestro cerebro, que es la dopamina”, dijo. “Así que es probable que estos medicamentos hagan que el alcohol sea menos gratificante”.

Pero su impacto podría ir más allá del alcohol y el tabaco. Leggio dijo que su equipo también está estudiando si la semaglutida tiene un efecto sobre el trastorno por consumo de fentanilo. Y The Atlantic informó recientemente de que personas que toman Ozempic han dicho que les ha ayudado a dejar conductas adictivas como morderse las uñas y comprar por Internet.

“Hay mucho solapamiento en los mecanismos neurobiológicos que regulan las conductas adictivas en general”, dijo Leggio. “Así que es posible que medicamentos como la semaglutida, al actuar sobre este mecanismo específico en el cerebro, puedan ayudar a las personas con diversos comportamientos adictivos”.

Hay que seguir investigando, sobre todo en ensayos clínicos con humanos, para demostrar que la semaglutida y medicamentos similares tienen este efecto, dijo.

Pero no hay muchos en marcha. Uno de ellos, que estudia el efecto de la semaglutida sobre el consumo de alcohol y tabaco, se está llevando a cabo en la Universidad de Carolina del Norte.

Christian Hendershot, profesor asociado del Departamento de Psiquiatría y del Centro Bowles de Estudios sobre el Alcohol de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, que dirige los ensayos, escribió en un correo electrónico a la CNN: “Aún no disponemos de los datos clínicos necesarios para sacar conclusiones”. Parece muy claro, según las personas que se han puesto en contacto con nosotros en relación con nuestros ensayos (en particular, varios proveedores de tratamiento), que muchos pacientes están experimentando algunos beneficios secundarios significativos por seguir estos tratamientos”.

Leggio se mostró decepcionado, pero no sorprendido, al oír que las empresas farmacéuticas no estaban estudiando los fármacos GLP-1 para las adicciones, y añadió que la falta de ensayos patrocinados por la industria farmacéutica para los tratamientos de la adicción es un problema notable en este campo.

Pero los ensayos son lo que se necesitará para demostrar que las experiencias relatadas por Ferguson y muchos otros son verdaderos efectos de los medicamentos.

Ferguson dice que ha perdido 18 kilos desde que empezó a tomar Ozempic. Pero lo más importante para ella es cómo el medicamento le ha ayudado a acallar sus constantes pensamientos sobre la comida, el vapeo o el alcohol.

“Si hubiera sabido que me sentiría así, probablemente lo habría hecho hace un año, cuando empecé a luchar” contra el aumento de peso, dijo Ferguson. “El peso que te quita de la mente es mucho mayor que cualquier kilo que te pueda quitar el cuerpo”.