(CNN) – Una adolescente fue apuñalada y apaleada hasta la muerte mientras paseaba por la calle.
Una niña aún más joven sufrió un destino similar, presuntamente a manos de su propio padre porque ella y su madre querían dormir en el patio.
Estos dos horribles sucesos tuvieron lugar con diez días de diferencia en India el mes pasado, pero Jayna Kothari, abogada del Tribunal Supremo del país, afirmó que la violencia contra las mujeres ha ido en aumento durante la última década.
“En los últimos 10 años hemos sido testigos de horribles asesinatos e incidentes violentos. No creo que se haya hecho gran cosa”, afirmó Kothari, conocida por su trabajo en casos relacionados con el género y la sexualidad.
Esa década abarca los años transcurridos desde que “Nirbhaya”, una estudiante de 23 años, murió tras ser violada en grupo en un autobús de Delhi en 2012. Los defensores de derechos de las mujeres esperaban que este espeluznante caso representara un punto de inflexión en la forma en que India aborda la violencia contra las mujeres.
Pero, aunque la indignación que se produjo inmediatamente después del ataque dio lugar a leyes más estrictas contra la violación, Kothari y muchas otras personas afirman que, en realidad, poco ha cambiado.
“Los delitos continúan, pero no se toman medidas visibles”, afirmó Kothari.
De hecho, como señalan otras como Swati Maliwal, presidenta de la Comisión de Delhi para la Mujer, estos delitos son cada vez más habituales.
“La intensidad de los delitos, su frecuencia y su brutalidad han aumentado”, afirmó.
“¿En qué se ha convertido nuestra sociedad?”
Los incidentes más recientes no son más que los últimos de una larga lista de crímenes violentos que han desatado la ira sobre si el gobierno está haciendo lo suficiente para proteger a las mujeres y castigar a los agresores.
Según la Oficina Nacional de Registros de Delitos de India, los delitos contra las mujeres aumentaron un 87% en 10 años, entre 2011 y 2021, y la mayoría de los casos de este último año se referían a presunta “crueldad por parte del marido o sus familiares” y agresiones.
CNN les preguntó a varias instancias del gobierno indio si existen planes o estrategias para acabar con la violencia contra las mujeres, pero no ha recibido respuesta.
El abogado Kothari cree que las autoridades se han vuelto demasiado complacientes desde la agresión mortal de Nirbhaya. Desde las reformas que siguieron al caso —que incluyeron la ampliación de la definición de violación, el aumento de la pena mínima por el delito a siete años de cárcel y el incremento de la edad de consentimiento de 16 a 18 años—, dice que ha habido “una sensación con los tribunales, la Policía, el gobierno, de que ahora todo se está haciendo”.
Pero los últimos acontecimientos demuestran lo contrario. Kothari señala el incidente ocurrido el 19 de mayo en el distrito de Surat, en Gujarat, en el que un padre presuntamente atacó a su mujer y a su hija con un cuchillo porque querían dormir en la terraza de su casa, en lugar de dentro, como prueba de que la violencia doméstica sigue siendo “un problema generalizado, incluso hoy en día”.
“No se ha abordado”, dijo Kothari. “En India, todavía, la gente no quiere hablar de violencia doméstica”.
Dice que el ataque de Delhi, donde la gente pasaba mientras una chica era apuñalada repetidamente por su agresor, es especialmente preocupante. Le preocupa que sugiera una apatía social hacia la violencia contra las mujeres y las niñas, o peor aún, su aceptación.
“Creo que la razón por la que el caso reciente es tan chocante es que ocurrió tan descaradamente en un lugar público”, dijo Kothari. “Es casi como si socialmente la gente no viera nada malo. ¿En qué se ha convertido nuestra sociedad para que un joven sienta que puede hacer esto, y la gente de su alrededor también esté de acuerdo?”.
Aprender a convivir con la violencia
Si no se toman medidas, Kothari y otros defensores advierten que las niñas y las mujeres crecerán creyendo que es de esperar que se produzca este tipo de violencia.
“Estos delitos les hacen sentir que no es seguro para ellas mantener relaciones, ejercer su autonomía”, afirma. “¿Qué estamos haciendo para proteger los derechos de las jóvenes? Su derecho a estar seguras, su derecho a ser libres y su derecho a no tener miedo a que estos incidentes ocurran”.
Yogita Bhayana, fundadora de People Against Rapes en India, dijo que era “muy desafortunado” que los indios hubieran “aprendido a vivir con este tipo de situaciones en nuestro país”.
Los activistas afirman que muchos casos no se denuncian debido en parte a la cultura de avergonzar a las víctimas en lo que sigue siendo una sociedad muy patriarcal y a la falta de confianza en la policía.
“El problema es enorme. Cuando hablamos de violencia de género, es mucho mayor de lo que pensamos”, afirmó Bhayana.
Maliwal, presidenta de la Comisión de Delhi para la Mujer, expresó un sentimiento similar.
“Por supuesto que hay patriarcado, por supuesto que hay misoginia, y está muy extendida”, dijo. “Pero la diferencia es que nuestros políticos no están dispuestos a comprometerse ni a cumplir sus promesas. Así que culpan a la gente cuando en realidad no es a la gente sino a los sistemas a los que hay que culpar”.
Otra fuente de frustración es la lentitud con la que se mueven los engranajes de la justicia en India.
Maliwal citó un caso relacionado con la violación de una niña de 8 meses en 2018 y el hecho de que todavía estaba abriéndose camino en los tribunales como reflejo de la profundidad del problema.
“¿Cómo es posible que una bebé de 8 meses sea violada en 2018 y su caso no haya terminado?”, preguntó.
Algunos activistas afirman que la misoginia está tan arraigada en la sociedad patriarcal india que el sistema falla a todas las mujeres, independientemente de su condición.
Maliwal señaló las recientes protestas de luchadoras de alto perfil, que exigen una investigación sobre las denuncias de acoso sexual por parte del presidente de la Federación de Lucha Libre de India (WFI), Brij Bhushan Sharan Singh, quien niega todas las acusaciones.
Tras una sentada que duró semanas, la Policía registró finalmente un caso en abril, cuatro meses después de que se presentara la denuncia inicial. Los luchadores, entre ellos algunos olímpicos de renombre, siguieron protestando en las calles hasta el mes pasado, cuando algunos fueron arrastrados y detenidos por la Policía, que dijo que no habían acatado las órdenes de los agentes.
Maliwal sugirió que su detención erosionaba aún más la confianza en la policía y en el sistema judicial.
“Si el día de mañana una chica sufre acoso sexual en su lugar de trabajo, ¿cómo va a tener el valor de denunciarlo cuando ya ha visto lo que ocurre cuando alguien lo denuncia?
“Cuando a estrellas tan grandes del país… no se les hace justicia, ¿qué esperanza hay para nadie?”.