Cormac McCarthy. Crédito: Jim Spellman/WireImage/Getty Images

(CNN) – Cormac McCarthy, considerado uno de los mejores escritores de Estados Unidos gracias a sus violentas y sombrías descripciones del país y sus zonas fronterizas en novelas como “Blood Meridian”, “The Road” y “All the Pretty Horses”, murió este martes, según informó su editorial Alfred A. Knopf, del grupo Penguin Random House. McCarthy tenía 89 años.

El gran autor de “No Country for Old Men” murió por causas naturales en su casa de Santa Fe, Nuevo México, indicó la casa editorial Knopf en su cuenta de Twitter.

McCarthy, de quien el fallecido crítico literario Harold Bloom dijo que era “el verdadero heredero” de Herman Melville y William Faulkner, tuvo una carrera de casi 60 años. Escribió una docena de novelas, muchas de ellas celebradas por la crítica, aunque no siempre con éxito comercial. De todas maneras, con el tiempo lograría triunfar en ambos escenarios. Durante años escribió mientras vivía de subvenciones, sobre todo de la “beca para genios” de la Fundación MacArthur, que se le concedió en 1981.

A pesar de los elogios, McCarthy permaneció relativamente desconocido durante gran parte de su carrera. En 1992, 27 años después de la publicación de su primer libro, el New York Times Book Review dijo que “puede que sea el mejor novelista desconocido de Estados Unidos”.

Tanto antes como después, los medios de comunicación consideraban a McCarthy un escritor solitario, que evitaba las giras, las firmas, las entrevistas y las conferencias que otros escritores de renombre considerarían obligaciones profesionales. Además, McCarthy era famoso por aborrecer hablar de sus libros, en los que predominaban los personajes masculinos y la violencia, así como la escasa puntuación.

Durante mucho tiempo se lo consideró un “escritor de escritores”, según informaba The New York Times, con seguidores de culto y una reputación “muy desproporcionada en relación con el reconocimiento de su nombre o sus ventas”.

“Nunca dudé de mi capacidad”, dijo McCarthy a ese diario en una de sus escasas entrevistas. “Sabía que podía escribir. Solo tenía que averiguar cómo comer mientras lo hacía”.

Esa oscuridad cambió con “All the Pretty Horses”, la primera entrega de su “Border Trilogy”, que se convirtió en un éxito de ventas y ganó el Premio Nacional del Libro en 1992, uniendo por fin la aclamación de la crítica de la que había disfrutado con el éxito comercial.

Su novela “The Road”, ganadora del Premio Pulitzer, que seguía a un padre y su hijo viajando por un Estados Unidos postapocalíptico, catapultó aún más a McCarthy a la popularidad, gracias en parte a que Oprah Winfrey seleccionó la novela para su club de lectura. McCarthy, a su vez, concedió a Oprah su primera y única entrevista televisiva.

“The Road” fue también uno de los varios libros de McCarthy adaptados al cine, destacando en particular la adaptación de los hermanos Coen de “No Country for Old Men”, que ganó cuatro premios de la Academia, incluido el de mejor película.

El autor nació como Charles McCarthy Jr. el 20 de julio de 1933 en Providence, Rhode Island. Su familia se trasladó a Knoxville, Tennessee, cuando él era aún muy pequeño, ya que su padre era abogado de la Tennessee Valley Authority. Disfrutó de una infancia relativamente cómoda, que transcurrió en una parcela de terreno arbolado en una gran casa blanca con personal de servicio.

“Nos consideraban ricos”, dijo al Times, “porque toda la gente a nuestro alrededor vivía en chozas de una o dos habitaciones”.

A pesar de todos sus logros literarios posteriores, McCarthy no fue un lector voraz en su infancia o adolescencia. No fue hasta que sirvió en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, tras abandonar los estudios en la Universidad de Tennessee, cuando McCarthy empezó a leer intensamente, en sus barracas cuando estaba destinado en Alaska, según declaró a The New York Times.

Más tarde se trasladaría a Chicago, donde terminó su primera novela y en 1961 se casó con su primera esposa, Lee Holleman, con la que tuvo un hijo. Pronto se divorciaron.

Esa novela, “The Orchard Keeper”, se publicó en 1965, tras el asesoramiento del célebre editor de Random House Albert Erskine, quien también editó a Faulkner. Erskine, fallecido en 1993, siguió editando a McCarthy durante dos décadas, a pesar de que, según admitió a The New York Times, los libros de McCarthy nunca se vendían.

“Outer Dark” le siguió en 1968 y “Child of God” en 1973, tras una temporada en Ibiza y el posterior regreso de McCarthy a Tennessee con su segunda esposa, Annie DeLisle. Ambos vivían en la “pobreza total”, dijo una vez DeLisle, “bañándose en el lago”.

“Alguien le llamaba y le ofrecía US$ 2.000 para que fuera a hablar a una universidad sobre sus libros”, contó DeLisle a The New York Times. “Y él les decía que todo lo que tenía que decir estaba ahí, en la página. Así que comíamos frijoles durante otra semana”.

Pero McCarthy no se hizo escritor para ganar dinero, sino “quizá simplemente, porque puedo hacerlo”, declaró al Maryville-Alcoa Times, un periódico de Tennessee, en 1971. “Hay muchas formas más fáciles de ganar dinero. Podría venderles entradas a la gente y dejarlos mirar mientras me atropella un camión”.

Su siguiente novela, “Suttree”, se publicó en 1979. McCarthy recibió la beca MacArthur dos años después, lo que le proporcionó seguridad financiera para centrarse en la escritura. McCarthy abandonó a DeLisle y utilizó el dinero para fugarse al Suroeste, donde pasó los años siguientes inmerso en la investigación para “Blood Meridian, or the Evening Redness in the West”, publicada en 1985.

La novela, basada en hechos históricos y considerada por muchos la obra maestra de McCarthy, sigue a una brutal banda de cazadores de cabelleras en su viaje por el Suroeste, masacrando apaches y miembros del ejército mexicano.

“All the Pretty Horses” se publicó en 1992 y le siguieron durante años “The Crossing” y “Cities of the Plain”, que conforman la “Trilogía de la frontera”, en conjunto una oda más idílica a la región, que narra las aventuras de dos jóvenes vaqueros.

En 2005, “No Country for Old Men” recibió una acogida crítica menos positiva que las novelas anteriores de McCarthy, aunque su prestigio mejoró con el tiempo. El libro, que el autor empezó como guion, funcionó bien como película bajo la dirección de Joel y Ethan Coen, con los talentos de Tommy Lee Jones y Josh Brolin, así como Javier Bardem en la piel del temible e inolvidable asesino Anton Chigurh, papel que le valió a Bardem el Oscar al mejor actor de reparto.

La atención de McCarthy se alejó del Oeste estadounidense en “The Road”, de 2006. El libro, dedicado a su entonces joven hijo, fue concebido en un viaje a El Paso, Texas, según contó a Winfrey, mientras durante una noche miraba por la ventana de un hotel.

“Me vino a la mente la imagen de los incendios en la colina y de todo arrasado, y pensé mucho en mi hijo”, dijo, y escribió un par de páginas. Al retomar la idea varios años después, se dio cuenta de que esas páginas eran el comienzo de un libro sobre un hombre y su hijo que viajan a través de ese paisaje ceniciento mientras esquivan la amenaza de los caníbales.

El libro se escribió solo, dijo, en pocas semanas.

Los años siguientes fueron tranquilos, con poco material nuevo. Por aquel entonces, McCarthy pasaba gran parte de su tiempo en el Instituto de Santa Fe, Nuevo México, un grupo de investigación independiente formado principalmente por científicos del que llegó a ser miembro vitalicio.

McCarthy, cuyo interés por las ciencias estaba bien documentado, disfrutaba de la compañía de los físicos, biólogos y geólogos del instituto, y era allí donde se le veía a menudo escribiendo en su máquina de escribir Olivetti, trabajando en sus siguientes novelas, “The Passenger” y “Stella Maris”, publicadas con apenas seis semanas de diferencia en 2022.

Los libros trataban la misma historia desde diferentes perspectivas y tenían una protagonista femenina. La escasez de mujeres protagonistas bien desarrolladas en los escritos de McCarthy había sido durante mucho tiempo un punto de crítica. Después de casarse tres veces, dijo a Oprah: “No pretendo entender a las mujeres”.

Pero aludió a las novelas gemelas y a la protagonista femenina de su historia en una entrevista con The Wall Street Journal en 2009, donde dijo: “Llevaba 50 años planeando escribir sobre una mujer. Nunca seré lo bastante competente para hacerlo, pero en algún momento hay que intentarlo”.

En cuanto a las abundantes cantidades de violencia en su obra, McCarthy declaró a Vanity Fair en 2005 que no sabía qué le resonaba de ese tema, solo que sentía que la muerte era el motivo principal en el corazón de todas nuestras vidas.

“La muerte es el tema principal del mundo. Para ti, para mí, para todos nosotros”, dijo. “Simplemente lo es. No poder hablar de ello es muy extraño”.

– Justin Lear de CNN contribuyó con este reportaje.