(CNN) – Solo un puñado de personas ha visto los restos del Titanic en persona, porque muy pocos tienen lo que hace falta para visitarlos: recursos económicos, acceso a expertos y la voluntad de aceptar el importante riesgo que implica para la seguridad.
Pero para quienes estén dispuestos a pagar, la empresa de turismo e investigación OceanGate Expeditions ofrece misiones de ocho días que permiten a los clientes explorar el Titanic a casi 4.000 metros bajo la superficie del océano en embarcaciones submarinas de fibra de carbono y titanio con sólo cinco plazas. Esta experiencia única en la vida cuesta US$ 250.000 por persona, según el sitio web de la empresa.
El turismo extremo se ha convertido en una tendencia creciente entre los amantes de las emociones fuertes que buscan un subidón de adrenalina, superando los límites de los viajes convencionales y, a veces, de los viajes seguros. OceanGate Expeditions, por ejemplo, es una de las varias empresas que atienden la demanda de particulares que desean explorar los mares e incluso las profundidades aparentemente inalcanzables de los océanos del mundo.
“Lo que he visto con los ultrarricos es que el dinero no es problema cuando se trata de experiencias. Quieren algo que nunca olvidarán”, afirma Nick D’Annunzio, propietario de TARA, Ink., una empresa de relaciones públicas especializada en eventos especiales.
OceanGate lanzó con éxito expediciones a los restos del Titanic en 2021 y 2022. Este lunes, la Guardia Costera de Estados Unidos puso en marcha una operación de búsqueda y rescate de un submarino perteneciente a OceanGate que perdió el contacto durante una visita privada al Titanic. La compañía dijo que está “explorando y movilizando todas las opciones para traer a la tripulación de vuelta sana y salva”.
OceanGate Expeditions, con sede en Everett, Washington, fue fundada en 2009 por el ingeniero aeroespacial Stockton Rush, que también está a bordo del submarino, según una fuente con conocimiento del plan de la misión.
Según el sitio web de la empresa, OceanGate desarrolló submarinos tripulados capaces de sumergirse a 4.000 metros (13.123 pies) y 6.000 metros (19.685 pies) de profundidad, para alquiler e investigación científica.
Rush también es miembro del consejo de administración de la Fundación OceanGate, una organización sin fines de lucro centrada en el desarrollo de tecnología marina para el avance de la ciencia, la historia y la arqueología marinas. Entre las expediciones que OceanGate ha ofrecido se encuentran restos de barcos hundidos, respiraderos hidrotermales y cañones de aguas profundas.
Viajes para un grupo exclusivo
El viaje forma parte de una categoría de turismo de aventura accesible solo a los ultrarricos, un grupo que se espera que crezca en los próximos años. Según un informe anual sobre riqueza de la empresa inmobiliaria global Knight Frank, el número de personas en el mundo que se califican como individuos de patrimonio neto ultraalto, o aquellos cuyo patrimonio neto supera los US$ 30 millones, se ha disparado un 44% desde 2017.
“Las personas con patrimonios muy elevados están protegidas de muchas de estas recesiones económicas que harían que otras personas se lo pensaran dos veces antes de salir”, explica Gideon Kimbrell, CEO y fundador de InList, una aplicación móvil que se utiliza para reservar experiencias vacacionales de lujo y fiestas nocturnas exclusivas.
Quienes estén dispuestos a gastarse una suma principesca pueden hacer viajes en jet privado de 24 días por todo el mundo, en helicóptero hasta el campamento base del Everest e incluso viajes al espacio. La semana pasada, Virgin Galactic anunció que su servicio de vuelos espaciales comerciales comenzaría oficialmente a finales de este mes, y que un segundo viaje le seguiría en agosto. La empresa dijo a CNN que un pasaje cuesta US$ 450.000 para “astronautas privados”, que es como la compañía llama a sus clientes, y que ha vendido aproximadamente 800 pasajes.
Aunque el turismo espacial sigue siendo inalcanzable para la mayoría de la gente, es un sector en expansión. Blue Origin, de Jeff Bezos, y SpaceX, de Elon Musk, también han lanzado clientes de pago al espacio en los últimos dos años, y la empresa estadounidense de tecnología espacial Orion Span tiene previsto abrir el primer hotel espacial de lujo del mundo, que costará unos US$ 10 millones por persona para una estancia de dos semanas.
Este tipo de experiencias no solo se ofrecen en los cielos o en las profundidades del océano; el ultralujo prolifera también en el plano terrestre.
Geoffrey Kent, fundador de la empresa de viajes de lujo Abercrombie & Kent, planificó recientemente viajes para clientes que incluían conducción de autos de carreras sobre hielo en Finlandia y trekking con orangutanes en Borneo. La empresa dijo a CNN por correo electrónico que el objetivo de Kent es proporcionar experiencias que “dejen a los huéspedes con una sensación de logro”.
Peligros de la aventura
Sin embargo, algunas excursiones de ultralujo son caras porque son de alto riesgo, lo que implica muchos preparativos costosos y cuidadosos.
Algunas otras son tan singulares que plantean un reto normativo. Por ejemplo, el desaparecido submarino Titán no está sujeto a la normativa gubernamental de los grupos independientes que establecen las normas de seguridad porque la tecnología es muy nueva y aún no ha sido revisada, afirma el operador turístico.
“Por definición, la innovación está fuera de un sistema ya aceptado”, dijo la compañía en una publicación de 2019 en su sitio web. “Sin embargo, esto no significa que OceanGate no cumpla con los estándares que correspondan, pero sí significa que la innovación a menudo cae fuera del paradigma existente de la industria”.
Sal Mercogliano, profesor de la Universidad Campbell de Carolina del Norte e historiador marítimo, confirmó que el submarino Titán no necesita ajustarse a las normas de seguridad, ya que opera en aguas internacionales.
“Es una zona gris que se está exponiendo a la luz del día”, afirmó.
El CEO de OceanGate, Stockton Rush, también ha afirmado en repetidas ocasiones que la normativa vigente sobre sumergibles prioriza innecesariamente la seguridad de los pasajeros sobre la innovación comercial.
“No se ha producido ninguna lesión en el sector de los submarinos comerciales en más de 35 años. Es obscenamente seguro, porque tiene todas estas normativas. Pero tampoco ha innovado ni crecido, porque tienen todas estas regulaciones”, dijo Rush en una entrevista que apareció en una edición de junio de 2019 de Smithsonian Magazine.
Y en el podcast “Unsung Science” de noviembre de 2022 presentado por el corresponsal de CBS David Pogue, Rush dijo que la exploración conlleva un riesgo innato.
“En algún momento, la seguridad simplemente es puro desperdicio. Si quieres estar seguro, no salgas de la cama”, dijo. “No te subas al auto. No hagas nada. En algún momento, vas a correr algún riesgo, y realmente es una cuestión de riesgo/recompensa. Creo que puedo hacerlo con la misma seguridad saltándome las normas”.
Pero no solo la exploración en aguas profundas entraña peligros. Según la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), el Congreso de Estados Unidos tiene una moratoria normativa sobre los vuelos espaciales tripulados comerciales, lo que significa que las normas de seguridad gubernamentales no se aplican a las naves espaciales diseñadas por Virgin Galactic, Blue Origin o SpaceX. Actualmente, los clientes de pago que viajan al espacio deben firmar formularios de “consentimiento informado” para aceptar cualquier peligro que pueda ocurrir durante la misión.
CNN solicitó ver estos formularios a Blue Origin, SpaceX y Virgin Galactic, pero no recibió respuesta de inmediato.
La FAA dijo que estaría preparada para desarrollar un marco de seguridad para los vuelos espaciales tripulados comerciales si la moratoria del Congreso no se renueva a finales de este año.
D’Annunzio dijo que la mayoría de las veces, las cosas van sobre ruedas en los viajes más tradicionales y ultracaros en busca de emociones porque las empresas que planifican estas experiencias se encargan de ello. “El control es muy estricto. No hay margen para errores”, afirma.
Ann Epting, vicepresidenta senior de viajes en jets privados y de interés especial de Abercrombie & Kent, dijo que la empresa de viajes de lujo suele planificar sus viajes de aventura con unos 18 meses de antelación para garantizar la seguridad de los viajeros.
Epting afirma que la empresa llega incluso a tomar precauciones de seguridad desde cero allí donde no existen. En una excursión a un pueblo de montaña en Omán, Abercrombie & Kent “construyó escalones en la ladera de la montaña, además de un puente de madera de 15 metros con barandilla lateral para hacer el pueblo más accesible a los huéspedes”, dijo.
-Brad Lendon y Parija Kavilanz, de CNN, contribuyeron a este artículo.