(CNN) – Actualmente el aborto, al menos en Estados Unidos, es un polvorín político, legal y moral. Pero durante largos períodos de la historia, interrumpir un embarazo no deseado, especialmente en las etapas tempranas, fue un hecho de la vida poco controvertido, dicen los historiadores.
Papiros egipcios, obras de teatro griegas, monedas romanas, biografías medievales de los santos, manuales médicos y de obstetricia, y periódicos y panfletos victorianos revelan que el aborto era más común en tiempos premodernos de lo que la gente podría pensar.
Esta visión histórica sobre el aborto es importante, según Mary Fissell, profesora de Historia de la Medicina en la Universidad Johns Hopkins. Eso se debe a que las suposiciones sobre cómo se veía el aborto en el pasado colorean los argumentos actuales sobre el derecho al aborto. Esos derechos fueron severamente restringidos en muchos estados de EE.UU. desde que el fallo Roe v. Wade de 1973 que efectivamente hizo que el aborto fuera legal fue anulado el 24 de junio de 2022 por la Corte Suprema de EE.UU. en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization.
Los opositores al aborto retratan los derechos otorgados por Roe v. Wade y el acceso legal al aborto como una aberración histórica, según Fissell, lo cual no es exacto, dicen los historiadores.
“Tenemos que entender que esto es mucho más cambiante de lo que nos han hecho creer. Ha habido una constante de mujeres que interrumpen sus embarazos a lo largo de la historia, pero los significados de ese acto cambiaron muy significativamente con el tiempo y seguirán cambiando”, dijo Fissell, quien está trabajando en “Long Before Roe”, un libro sobre la historia del aborto que se publicará en 2025.
“La decisión de Dobbs no fue inevitable, sino parte de un ciclo mucho más largo de restricción versus aceptación”, dijo.
Primeras referencias al aborto
Las primeras referencias escritas al aborto están contenidas en un antiguo papiro egipcio escrito hace unos 3.500 años. El Ebers Papyrus, un texto médico, sugirió alrededor del 1.550 a. C. que el aborto podría inducirse usando un “tampón de fibra vegetal recubierto con un compuesto que incluía miel y dátiles triturados”.
En la antigua Grecia y Roma, las referencias al aborto y las sustancias botánicas que inducen el aborto eran comunes en los textos médicos y de otro tipo, aunque no está claro cuán ampliamente se usaban, dijo Fissell.
En el 411 a. C., el dramaturgo griego Aristófanes en su obra Lysistrata describió a una mujer joven y deseable como “recortada y adornada con poleo”, una planta que se cree que induce el aborto.
Las plantas y las sustancias botánicas pueden tener efectos tóxicos, y no hay evidencia de si los métodos históricos para inducir el aborto eron efectivos o no.
La búsqueda de silfio
En la antigua Roma, otra planta que se pensaba que interrumpía un embarazo no deseado (entre otros usos) era tan valorada que desapareció: la primera extinción registrada en la historia mundial, según la arqueóloga Lisa Briggs, investigadora de la Universidad de Cranfield e investigadora visitante en el Museo Británico.
El silphium o silfio, también utilizado para dar sabor a los alimentos, se comerciaba en todo el antiguo imperio romano. La ciudad estado de Cirene (en la actual Libia), la única región donde creció la planta, basó toda su economía en la planta. Apareció en monedas y otros artefactos desenterrados en la región, dijo Briggs.
“Los autores contemporáneos decían que valía su peso en oro y plata. Y entonces claramente tenía un valor más allá de su sabor. Sospecho que el deseo de las mujeres de usarlo como abortivo es una de las razones por las que subió el precio”, dijo Briggs, quien está buscando evidencia arqueológica de la planta, que se convirtió en resina, en naufragios y colecciones de museos.
Plinio el Viejo, un autor y filósofo romano que nació alrededor del año 23 d.C., describió la capacidad de la planta para expulsar un feto junto con otros usos médicos. Es imposible saber con certeza si la planta habría tenido el efecto deseado, pero los estudios modernos sobre plantas de ferula relacionadas y ratas de laboratorio mostraron que las plantas “exhiben propiedades contra la fertilidad en roedores”, escribió Briggs en un artículo del año pasado en el que es coautora.
Briggs cree que la demanda de la planta entre las mujeres puede haber sido un factor clave, aunque no la única razón, de su extinción. La planta era resistente a ser cultivada, señaló Briggs, y el cambio climático y un cambio en las características del suelo también pueden haber sido factores.
Abortistas que eran santos
A veces se asume que el cristianismo siempre condenó de forma inequívoca el aborto, pero Maeve Callan, profesora e historiadora de la religión en el Simpson College en Iowa, dijo que esto tergiversa el pasado.
“La gente actúa como si solo hubiera una actitud aceptable hacia el aborto si eres católico, o si eres cristiano en general, o incluso si eres religioso en general. Y siempre ha habido una diversidad de puntos de vista”, dijo Callan, autora del libro “Sacred Sisters: Gender, Sanctity, and Power in Medieval Ireland”.
Su investigación, junto con la de otros académicos, ha descubierto cuatro santos medievales irlandeses que celebraban la interrupción del embarazo entre sus milagros, según manuscritos medievales que describían la vida de los santos. Típicamente, estos milagros incluían a una monja que viola su voto de castidad y queda embarazada pero para quien —a través de la intervención del santo— el embarazo desaparece milagrosamente.
La más famosa fue santa Brígida, una santa patrona de Irlanda menos conocida que Patricio, y cuya posición fue honrada con un día festivo este año.
Según un eclesiástico llamado Cogitosus, que escribió la primera biografía de Brigid alrededor del año 650 d.C., unos 200 años después de su nacimiento, ella interrumpió milagrosamente el embarazo no deseado de una mujer, “haciendo que el feto desapareciera sin llegar a nacer y sin dolor”.
Otro santo, Ciarán de Saigir, rescató a una monja raptada por un rey, según cuenta una biografía: “Cuando el hombre de Dios volvió al monasterio con la niña, ella le confesó que estaba embarazada. Entonces el varón de Dios, llevado por el celo de la justicia, no queriendo que la simiente de la serpiente se vivificara, presionó su matriz con la señal de la cruz y la obligó a vaciarla”.
Callan se apresura a señalar que estos santos irlandeses no eran defensores de la libertad de elección de las mujeres cuando se trataba de embarazos no deseados, ni era probable que estos santos practicaran abortos.
“Los milagros muestran las actitudes de las personas hacia el aborto. En algunas circunstancias se consideraba aceptable, o incluso una bendición milagrosa”.
Según Callan, en “The Old Irish Penitential”, libro que detalla los castigos por los pecados, la penitencia por el aborto dependía de la etapa del embarazo, dividida en tres, como trimestres: en el primero, tres años y medio de penitencia; en el segundo, siete años; en el tercero, 14 años. Pero como dijo Callan, “prácticamente todo era pecado”. El Old Irish Penitential también estipula que el sexo oral merece cuatro o cinco años de penitencia la primera vez, siete años si se repite.
“No es permisivo. El aborto no está bien (según estas enseñanzas). Es un pecado menor”.
La idea de que la vida comienza en la concepción se vuelve dominante en las enseñanzas católicas hace apenas unos 150 años, según Callan.
Anteriormente, las enseñanzas católicas sugerían que un feto se convierte en una persona algunas semanas, si no meses, más tarde, una vez que recibe un alma racional. Esto a menudo se asocia con “aceleración”, cuando la madre siente que el feto se mueve por primera vez, generalmente en el quinto mes de embarazo.
No fue hasta 1.588 que el papa Sixto V clasificó oficialmente el aborto, independientemente de la etapa de desarrollo fetal, como un homicidio. Sin embargo, después de la muerte de Sixto en 1.590, el papa Gregorio XIV rápidamente hizo retroceder el dictado, limitándolo a los fetos con alma.
Por qué es importante la visión de largo plazo
En la investigación para su próximo libro, Fissell dijo que había descubierto que “lo que a la gente le desagrada del aborto cambia significativamente con el tiempo”.
En la antigua Roma, por ejemplo, el aborto era solo un problema para las mujeres de élite, de quienes se pensaba que encubrían relaciones adúlteras. En el Renacimiento, el aborto estaba ligado a la brujería. Durante la mayor parte de la historia, el aborto no ha sido un problema relacionado con el feto, como lo es hoy, sino más bien con el comportamiento de las mujeres.
“Toda esta inocente vida no nacida que está el lenguaje de la derecha estadounidense hoy existe solo (en las últimas) décadas. A veces, el aborto no le gustaba a la gente porque implicaba sexo ilícito. Las mujeres siempre han interrumpido los embarazos, hasta donde podemos ver en los registros históricos”, dijo Fissell. “Creo que la visión a largo plazo es realmente importante. Las cosas no siempre fueron como son hoy”.