(CNN) — Tras la revuelta que el pasado martes dejó al menos 46 personas muertas en el centro de reclusión femenina en Honduras, este lunes se cumplió la directriz presidencial de que la Policía Militar del Orden Público asuma el mando de los centros penitenciarios.
Bajo la nueva modalidad, en la penitenciaría central en Támara, a pocos kilómetros al norte de la capital, Tegucigalpa, un operativo de intervención dio con el decomiso de armas, algunas de grueso calibre –fusil AR15–, según las autoridades; así como granadas de fragmentación, municiones, teléfonos móviles, enrutadores de internet y satelitales y otros accesorios tecnológicos.
Durante los operativos, las nuevas autoridades del penal llevaron a los reclusos hacia los patios y trascendieron imágenes que algunos medios nacionales y ciudadanos calificaron en redes sociales como “al estilo del presidente de El Salvador, Nayib Bukele”.
Después del incidente se estableció toque de queda durante la noche y la madrugada, además de operativos, allanamientos y controles por parte de la policía.
Las autoridades dijeron que, con estas acciones, buscan enfrentar el control que las pandillas o maras y grupos dedicados al narcotráfico tienen en el sistema penitenciario.