(CNN) – Cuando Mark Zuckerberg compartió una foto de su familia en Instagram el 4 de julio, dos cosas llamaron la atención: el multimillonario CEO llevaba un sombrero vaquero a rayas y las caras de sus hijos fueron sustituidas por emojis de caras felices.
La publicación de Zuckerberg fue rápidamente criticada por algunos que vieron en la decisión de ocultar las caras un reflejo de su preocupación por la privacidad a la hora de compartir fotos de sus hijos en internet, a pesar de haber creado plataformas masivas que permiten a millones de otros padres hacer precisamente eso.
Meta, la empresa matriz de Instagram, lleva tiempo siendo objeto de escrutinio por la forma en que gestiona la privacidad de los usuarios y por el modo en que sus algoritmos pueden utilizarse para llevar a los jóvenes usuarios por caminos potencialmente peligrosos.
Pero la decisión también pone de relieve una tendencia más amplia entre algunos usuarios de las redes sociales, y en particular entre las personas de alto perfil, a ser más cautelosos a la hora de compartir fotos identificables de sus hijos en línea.
Durante años, los famosos, desde Kristen Bell y Gigi Hadid hasta Chris Pratt y Orlando Bloom, han difuminado imágenes o utilizado emojis para proteger la privacidad de sus hijos en las redes sociales. Zuckerberg también había publicado anteriormente fotos de la nuca y el perfil lateral de sus hijas en lugar de mostrar sus caras enteras.
Es más raro que los usuarios de a pie adopten un enfoque similar, pero quizá no debería ser así.
“Al demostrarnos que tuvo cuidado de no compartir la ubicación de su familia ni la identidad de sus hijos, puede estar comunicándonos que es responsabilidad de los usuarios finales protegerse en internet”, afirmó Alexandra Hamlet, psicóloga radicada en Nueva York que sigue de cerca el impacto de las redes sociales en los usuarios jóvenes.
Meta no respondió a una solicitud de comentarios.
Pocas cosas son tan fundamentales en la experiencia de ser padre como mostrar numerosas fotos, posiblemente embarazosas, de tus hijos a cualquiera que se detenga a mirarlas. Pero a lo largo de los años, un número creciente de padres y expertos ha expresado su preocupación por los riesgos de compartir estas fotos en redes sociales, incluida la posibilidad de exponer a los niños al robo de identidades y a la tecnología de reconocimiento facial, así como de crear un historial en internet que podría seguirles hasta la edad adulta.
Algunos padres deciden restringir lo que comparten sobre sus hijos o limitarlo a plataformas menos públicas. Otros adoptan medidas más inteligentes, como ocultar el rostro de sus hijos.
Leah Plunkett, autora de “Sharenthood” y decana asociada de Experiencia de Aprendizaje e Innovación (LXI) en la Facultad de Derecho de Harvard, afirma que bloquear la cara de un niño es un símbolo de que le estás dando el control sobre su propia narrativa.
“Cada vez que publicas algo sobre tus hijos, les estás impidiendo que cuenten su propia historia sobre quiénes son y quiénes quieren llegar a ser”, afirma. “Crecemos haciendo travesuras y cometiendo más de un error, y crecemos mejor habiéndolos cometido. Si perdemos la intimidad de los adolescentes y los niños para jugar y explorar, y para vivir y a través del ensayo y error, les privaremos de la capacidad de desarrollar y contar historias (en sus propios términos)”.
Cabe destacar que Zuckerberg no ocultó el rostro de su hija pequeña, lo que podría sugerir una menor preocupación por los riesgos para el rostro de un bebé que de un niño pequeño. Sin embargo, Plunkett afirmó que la tecnología de inteligencia artificial puede utilizarse para rastrear los cambios de un rostro a lo largo del tiempo y que, más adelante, podría ser capaz de relacionar a cualquier niño, aunque sea un bebé, con una imagen suya cuando sea mayor.
Plunkett cree que las empresas de redes sociales pueden hacer más, como ofrecer un ajuste que difumine automáticamente los rostros de los niños o impedir que cualquier foto en la que aparezca un niño se utilice con fines de marketing o publicidad.
Por ahora, sin embargo, sigue siendo responsabilidad de los padres limitar o abstenerse de compartir fotos de sus hijos en internet.
“No se trata solo de los padres: los abuelos, entrenadores, profesores y otros adultos de confianza también deberían mantener a los niños fuera de las fotos y videos para proteger su privacidad, seguridad, oportunidades futuras y actuales, y su capacidad para elaborar su propia historia sobre sí mismos y para sí mismos”, afirmó.