(CNN) – El tenista español Carlos Alcaraz logró la hazaña: derrotó este domingo al favorito Novak Djokovic y con ello ganó el primer título de Wimbledon de su carrera.
Alcaraz se impuso al serbio Djokovic en una emocionante final que se fue hasta el quinto y último set. El campeonato de Wimbledon significó, además, su segundo título de Grand Slam, luego de que en 2022 consiguiera el US Open.
Alcaraz, el número 1 del mundo con solo 20 años, remontó un set en contra para ponerse 2-1 por delante antes de que Djokovic igualara el partido ganando un tenso cuarto set. Sin embargo, el serbio ya no logró otra épica remontada y, de momento, su título 24 de Gran Slam tendrá que esperar.
El español se impuso después de casi cinco horas en la cancha central por 1-6, 7-6 (8-6), 6-1, 3-6 y 6-4, y se tiró al suelo para celebrarlo antes de lanzar una pelota de tenis al público.
“Un sueño hecho realidad”
El joven de 20 años se convirtió en el tercer campeón más joven de Wimbledon en la Era Abierta.
“Bueno, es un sueño hecho realidad para mí”, dijo Alcaraz en su entrevista posterior en la cancha. “Para mí es increíble. Como he dicho, es un sueño hecho realidad poder jugar en estas fases, es increíble para un chico de 20 años, no esperaba llegar a este tipo de situaciones tan rápido.
“Estoy muy orgulloso de mí mismo y muy orgulloso del equipo que tengo. Del trabajo que hacemos cada día para poder vivir esta experiencia”.
Entre las muchas celebridades presentes en la cancha central, el rey Felipe de España estaba sentado en el Palco Real para apoyar a la joven estrella del país.
Alcaraz agradeció al rey Felipe su apoyo y calificó de “especial” contar con la presencia de la realeza.
“Cuando he jugado delante de usted dos veces, he ganado. Espero que venga más. Es realmente muy especial y tengo que darle las gracias por venir y apoyarme”, bromeó Alcaraz mientras el rey Felipe reía entre el público.
Alcaraz también felicitó a Djokovic, calificando de “increíble” jugar contra un jugador al que ha estado observando toda su vida.
“Es increíble, empecé a jugar al tenis viéndote. Desde que nací, ya estabas ganando torneos (…). Dijiste que 36 son los nuevos 26 y lo conseguiste, pero es increíble”.
Djokovic, aunque decepcionado por la derrota, solo tuvo cosas buenas que decir sobre su rival.
“No tan bien para mí, pero bien para Carlos (Alcaraz)”, dijo Djokovic. “Tengo que empezar elogiando a Carlos y a su equipo. Un trabajo increíble, calidad al final del partido hasta cuando tuviste que sacar. Hiciste grandes saques y grandes jugadas, así que te lo mereces. Absolutamente. Felicidades”.
Djokovic ganó cuatro títulos seguidos y vio truncada una racha de 34 victorias consecutivas con la derrota de este domingo en Wimbledon. La superestrella serbia dijo que sigue estando “agradecido” por todo lo que ha logrado a pesar de que las rachas hayan llegado a su fin.
El próximo Grand Slam es el US Open: comenzará el 28 de agosto y se prolongará hasta el 10 de septiembre en Flushing, Nueva York.
Una final para la historia
Era la final que todos querían. El joven talento contra el veterano que perseguía un histórico Grand Slam número 24 tras haber ganado dos de estos torneos este año.
Muchos esperaban que Alcaraz saliera con toda su potencia. El vigente campeón, de 36 años, se vio en desventaja desde el principio, ya que dispuso de un punto de quiebre en el primer juego; la capacidad de recuperación que ha hecho famoso a Djokovic le permitió sortear el peligro.
En unas condiciones de racha, Djokovic volvió a presionar al español en el siguiente juego, con una ventaja de 40-0 y tres puntos de quiebre. Djokovic lo convirtió a la tercera oportunidad y se llevó el primer set de la final.
Cada peloteo estuvo repleto de bellas secuencias de golpes, desde hábiles dejadas hasta potentes golpes ganadores. El comentarista de la BBC Andrew Castle recordó a los espectadores que lo que estaban viendo era “real” y no un “juego de computadora”, pues el nivel de excelencia era enorme.
Con el viento arremolinándose y los ojos del mundo del deporte puestos en la cancha central, fue el experimentado serbio quien se llevó el primer set, rompiendo a Alcaraz por segunda vez y tomando una ventaja de 5-0 para poner su sello en el partido.
No es que Alcaraz estuviera jugando especialmente mal -como demostró con su derecha excelentemente colocada para ganar su primer juego del partido-, sino que Djokovic era casi inalcanzable por momentos. No importaba lo que Alcaraz le lanzara, Djokovic tenía una respuesta: solo cometió dos errores no forzados en el primer set y lo aseguró en solo 34 minutos.
La tarea que tenía ante sí Alcaraz parecía casi insuperable incluso en una fase tan temprana del partido. Después de todo, Djokovic había ganado todos sus 77 partidos en el cuadro principal de Wimbledon tras llevarse el primer set.
Sin embargo, un renovado Alcaraz ganó el primer juego del segundo set y, a pesar de las espectaculares devoluciones de Djokovic, consiguió su primer quiebre del partido en el siguiente juego.
Lo que siguió fue lo que esperábamos del español: puños en alto, vítores y un aire de confianza. No obstante, Djokovic, siempre neutralizador, demostró por qué se ha convertido en un eterno ganador del Grand Slam, recuperando el saque y metiéndose en el segundo set.
Ante la mirada del último hombre que había derrotado a Djokovic en la cancha central -Andy Murray le derrotó en la final de Wimbledon 2013-, mantuvo el servicio para igualar el segundo set en un juego que incluyó un rally de 29 tiros llenos de golpes contundentes para salvar un punto de quiebre. Djokovic saludó al público con la oreja.
Y así, el segundo set se redujo a un tiebreak, una tarea de enormes proporciones para Alcaraz, ya que Djokovic había ganado sus últimos 15 tiebreaks consecutivos en Grand Slams.
Sin nada que separase a los dos, un momento de brillantez -un revés en la línea que superó a un Djokovic que se precipitaba- le valió a Alcaraz el segundo set, ganándose la ovación del público.
Los aficionados estaban disfrutando de un gran partido.
A mediados del tercer set llegó el juego más largo de este año en Wimbledon. Un maratón de deuces y ventajas en lo que fue un microcosmos del partido hasta ese momento. Después de casi 30 minutos de tenis, y en su séptimo punto de quiebre, Alcaraz tomó una ventaja de 4-1 y se hizo con el control del set.
Por primera vez en el partido, Djokovic se tomó un descanso para ir al baño y pasó casi siete minutos fuera de la pista antes del comienzo del cuarto set.
Sin embargo, la pausa pareció ayudarle a centrarse, y fue capaz de aprovechar los errores de Alcaraz para adjudicarse el cuarto set e igualar la contienda.
La presión estaba llegando a su punto álgido.
El momento decisivo del partido llegó en el tercer juego del quinto set, cuando Alcaraz realizó un suntuoso golpe de revés que quebró el saque de Djokovic y se adelantó en el marcador.
Djokovic, habitualmente imperturbable, golpeó con su raqueta el poste de la red en señal de frustración y recibió una advertencia del árbitro.
A partir de ese momento, el público aplaudió cada punto como si se tratara de un punto de partido y, a medida que se acercaba la línea de meta, los jugadores desplegaron su mejor tenis, con Alcaraz como vencedor en un partido que perdurará en el recuerdo.
Con información de Jacob Lev, de CNN.