(CNN) – Los coanfitriones, Nueva Zelandia, vencieron a Noruega 1-0 en el partido inaugural del Mundial Femenino de Fútbol 2023 en el Eden Park de Auckland, obteniendo así su primera victoria de la historia en los mundiales femenonos de fútbol.
Hannah Wilkinson anotó el tanto ganador de la segunda mitad, conectando con un centro perfecto de Jacqui Hand que enloqueció a los 42.000 aficionados locales.
El equipo femenino neozelandés no habían ganado previamente en sus 15 partidos mundialistas, la racha total más larga de cualquier nación sin ganar en la competencia más grande del fútbol.
Este es el torneo más grande con un récord de 32 equipos participando en 64 partidos en Australia y Nueva Zelandia durante las próximas cuatro semanas.
Los coanfitriones de Nueva Zelandia están apareciendo en su sexta Copa del Mundo y tienen el récord poco envidiable de nunca ganar un partido en los torneos anteriores.
Para Noruega, las expectativas son altas y se espera que los ganadores de la Copa del Mundo de 1995 hagan una gran carrera en el torneo.
Se observó un momento de silencio al comienzo del partido, luego de un inusual tiroteo múltiple en el centro de Auckland, pocas horas antes del partido inaugural de la Copa Mundial Femenina.
Australia, en tanto, juega en segundo turno ante Irlanda.
La final se jugará el 20 de agosto en el Estadio Olímpico de Sydney en Australia.
Victoria de Australia sin su estrella Sam Kerr
Australia, coanfitriona del torneo, comenzó su participación en la Copa Mundial Femenina con una victoria por 1-0 ante Irlanda, gracias a un gol de penal de Steph Catley.
Las “Matildas” no pudieron contar con su delantera estrella, Sam Kerr, que se perderá los dos primeros partidos del torneo por una lesión en el gemelo que se produjo en un entrenamiento.
Su ausencia en el equipo fue palpable, ya que a Australia le faltó puntería durante una primera parte sin goles, en la que se vieron frustradas por Irlanda.
Finalmente, las australianas se adelantaron poco después del descanso gracias a un penal que Catley transformó con maestría para deleite de los 75.784 espectadores que se dieron cita en el estadio, todo un récord para un partido de Australia en casa.
Irlanda no pudo encontrar el empate a pesar de varias oportunidades prometedoras a balón parado y las Matildas cerraron la victoria.