(CNN) – Un diagnóstico de depresión en la edad adulta podría más que duplicar el riesgo de desarrollar demencia en la vejez, descubrió un nuevo estudio.
La investigación, publicada este lunes en la revista académica JAMA Neurology, utilizó datos de más de 1,4 millones de ciudadanos daneses que fueron seguidos desde 1977 hasta 2018, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Holly Elser, epidemióloga y médica residente en neurología de la Universidad de Pensilvania.
Se identificó a las personas que tenían o no un diagnóstico de depresión y se les hizo un seguimiento a lo largo de los años para ver quién desarrollaba demencia posteriormente, según el estudio. Los investigadores tuvieron en cuenta factores como la educación, los ingresos, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, los trastornos por consumo de sustancias y el trastorno bipolar.
El gran conjunto de datos y los numerosos análisis que utilizaron los investigadores hicieron que sus conclusiones fueran sólidas y fiables, pero el estudio está limitado por la falta de disponibilidad de información como los datos genéticos, señaló la Dra. Natalie Marchant, profesora asociada de la división de psiquiatría del University College de Londres. Marchant no participó en la investigación.
A menudo se piensa que la depresión en la edad adulta tardía es un síntoma precoz de demencia, y muchos estudios anteriores las han relacionado, dijo Elser. Pero el último estudio muestra una conexión entre el riesgo de demencia y los diagnósticos de depresión también en la edad temprana y media de la vida.
“Por tanto, nuestros resultados aportan pruebas sólidas de que la depresión no solo es un síntoma precoz de demencia, sino que también aumenta el riesgo de padecerla”, afirma.
¿Cómo se relacionan?
Aunque la asociación entre depresión y demencia ha demostrado ser sólida, el estudio sigue sin dar respuesta a algunas preguntas.
“Por ejemplo, puede haber factores de riesgo comunes compartidos para la depresión y la demencia que ocurren antes en el curso de la vida, la depresión puede aumentar el riesgo de demencia a través de alteraciones en los niveles de neurotransmisores clave, o la depresión puede conducir a cambios en los comportamientos de salud que a su vez aumentan el riesgo de demencia”, agregó en un correo electrónico.
“Existe una clara necesidad de futuras investigaciones que examinen los posibles mecanismos que relacionan la depresión en etapas tempranas de la edad adulta con la posterior aparición de la demencia”, afirmó Elser.
Otro aspecto de los resultados que podría explorarse más a fondo es la relación más estrecha hallada en los hombres que en las mujeres, según Marchant.
“Se trata de un hallazgo interesante, que espero que se siga estudiando”, añadió en un correo electrónico. “Respalda la idea de que debemos considerar de forma rutinaria los factores de riesgo de demencia en hombres y mujeres por separado, porque puede haber diferentes mecanismos implicados”.
Por qué recibir tratamiento para la depresión
El doble golpe de la depresión y la demencia puede asustar, y es posible que te preguntes: ¿recibir tratamiento reducirá mi riesgo?
Aún no está claro.
Según Elser, el último estudio analizó el tratamiento con antidepresivos en los seis meses siguientes al diagnóstico y no observó diferencias en el riesgo entre los grupos tratados y los no tratados.
Será importante seguir investigando si la medicación y la terapia cognitivo-conductual en distintos momentos y con distinta duración son eficaces para reducir el riesgo, añadió.
Los resultados preliminares de otros estudios observacionales muestran que los adultos mayores que participaron en una terapia que redujo sus síntomas de depresión y/o ansiedad también tuvieron un menor riesgo de demencia futura, añadió Marchant.
Sin embargo, dado que los estudios eran observacionales, los investigadores no pueden afirmar si la terapia incidió en menos casos de demencia, añadió.
“No obstante, cuidar la salud mental sigue siendo importante para el bienestar en el presente”, dijo Marchant.
Independientemente del riesgo de demencia, tratar la depresión debería ser una prioridad, coincidió Elser.
“Dado que la depresión es extremadamente frecuente y está asociada a costos individuales y sociales significativos, el tratamiento eficaz de los síntomas depresivos debería ser una prioridad, independientemente de si confieren o no un riesgo de demencia más adelante en la vida”, afirmó.