(CNN) – En medio de una avalancha de apoyo por parte de aficionados, amigos y compañeros deportistas, expertos afirman que Bronny James y sus médicos pueden centrarse ahora en su camino específico hacia la recuperación después de que el hijo mayor de la estrella de la NBA LeBron James sufriera un paro cardíaco durante un entrenamiento de baloncesto este lunes en la Universidad del Sur de California (USC).
Bronny, de 18 años, alumno de primer año del equipo de baloncesto de la USC, fue hospitalizado tras el incidente, y ahora se encuentra estable y fuera de cuidados intensivos.
Hasta que no se sepa más sobre la causa del incidente y el estado de salud específico de James, los expertos dicen que es difícil trazar con exactitud cómo será su recuperación, pero el hecho de que fuera tratado inmediatamente y ya esté fuera de la unidad de cuidados intensivos es un buen augurio para su recuperación, según el Dr. Jonathan Drezner, quien se especializa en cardiología deportiva en el Centro Médico de la Universidad de Washington.
“Cuanto más tiempo pasa alguien inconsciente tras un paro cardíaco, mayor es el daño potencial para su tejido cardíaco, para su tejido cerebral, para su cuerpo”, dijo Drezner a CNN. “Una estancia rápida en la unidad de cuidados intensivos y luego un traslado a un nivel inferior de atención en un corto periodo sugiere que hubo muy poco daño y es definitivamente una buena señal”.
El paro cardíaco se produce cuando unas alteraciones eléctricas hacen que el corazón deje de latir repentinamente. Estos acontecimientos son poco frecuentes entre los jóvenes, pero no lo son tanto entre los atletas jóvenes como algunos podrían pensar, dijo Drezner.
“Bronny representa el grupo de deportistas de mayor riesgo” de sufrir un paro cardiaco repentino, dijo Drezner.
La investigación de Drezner sobre el paro cardiaco repentino entre los jóvenes deportistas muestra que los jóvenes deportistas negros de la NCAA que juegan al baloncesto en la División I tienen una probabilidad de 1 entre 2.000 de sufrir un paro cardiaco repentino al año. El riesgo en un jugador de baloncesto blanco de la División I es de 1 entre 5.000, según su investigación.
“Los jugadores de baloncesto adolescentes y universitarios, por razones que no comprendemos del todo, son con creces el grupo de deportistas con mayor riesgo de sufrir un paro cardiaco repentino”, afirma Drezner. “En mi opinión, todos ellos deberían someterse a un chequeo cardíaco más robusto e intensivo de lo que ocurre habitualmente”.
Según una fuente familiarizada con el asunto, Bronny James se sometió hace unos meses a un reconocimiento cardíaco en el marco de un programa para futuros jugadores de la NBA.
El examen incluyó un ecocardiograma transtorácico, que examina el flujo sanguíneo a través del corazón y las válvulas cardiacas, y un electrocardiograma, que es una grabación de la actividad eléctrica del corazón, dijo la fuente, y ambos exámenes arrojaron resultados normales.
Las pruebas ayudan a determinar los pasos a seguir
El paro cardíaco repentino puede ser mortal si no se trata de inmediato, pero puede revertirse mediante reanimación cardiopulmonar y descargas de un desfibrilador, según la Asociación Estadounidense del Corazón.
“La reanimación inmediata es el primer paso, y el más importante, para predecir la recuperación a largo plazo”, declaró este miércoles a CNN el Dr. Charles R. Hattemer. Hattemer es jefe de Cardiología del Centro Médico de la Universidad de Cincinnati, el equipo que trató a Damar Hamlin, de los Buffalo Bills de la NFL, tras su conocido paro cardíaco durante un partido a principios de este año.
Según la Asociación Estadounidense del Corazón, más del 70% de los paros cardiacos que se producen fuera de un hospital ocurren en hogares o residencias privadas. Se afirma que capacitar a los miembros de la comunidad para administrar reanimación cardiopulmonar (RCP) o utilizar un desfibrilador externo automático (DEA) puede salvar vidas.
“El equipo médico del lugar evaluó rápidamente la situación y pareció responder con rapidez iniciando de inmediato la reanimación cardiopulmonar y, al parecer, utilizando un desfibrilador externo automático (DEA) situado cerca”, señaló la Asociación Estadounidense del Corazón en un comunicado sobre el estado de James.
Una vez que una persona recibió tratamiento médico inmediato y se estabilizó, el siguiente paso es que los médicos realicen pruebas para comprender por qué se produjo el paro cardíaco repentino.
Según Drezner, es probable que los médicos realicen una evaluación exhaustiva de James para determinar la causa de su paro cardíaco. Esto ayudará a elaborar un plan de tratamiento para su salud en el futuro.
Muchos atletas jóvenes en la situación de James recibirían un desfibrilador cardioversor implantable (DCI), un pequeño dispositivo que se coloca en el pecho para detectar y detener los latidos irregulares.
“Si alguna vez sufren otra arritmia potencialmente letal, ese desfibrilador es supereficaz para aplicarles una descarga inmediatamente y devolverles el ritmo normal al corazón”, afirma Drezner.
Debería haber DEA en todas partes
La recuperación de un paro cardiaco puede ser diferente para cada persona.
El pasado mes de julio, el delantero de primer año de la USC Vince Iwuchukwu sufrió un paro cardíaco durante un entrenamiento de verano. Recibió reanimación cardiopulmonar por parte de los entrenadores deportivos que se encontraban en el lugar, que le devolvieron la vida. Más de seis meses después del incidente, Iwuchukwu se recuperó y volvió a jugar un partido.
En enero, Hamlin sufrió un paro cardíaco tras hacer un tacleo y al parecer recibir el impacto de un casco contra el pecho durante un partido de fútbol americano de lunes por la noche. Hamlin perdió el pulso en el campo y necesitó ser reanimado mediante técnicas de reanimación y desfibrilación. Estuvo hospitalizado más de una semana.
Hamlin declaró que la causa de su paro cardíaco fue una commotio cordis (conmoción cardíaca), que se produce cuando un traumatismo grave en el pecho altera la carga eléctrica del corazón y provoca fibrilaciones peligrosas. El entrenador de los Bills, Sean McDermott, aseguró este miércoles que el jugador recibió el visto bueno para volver a jugar y que estará “totalmente disponible” en el campo de entrenamiento.
“Lo bueno de estos sucesos, como los de Damar y Bronny, es que aumentan la concienciación de que debería haber DEA en todas partes”, dijo Drezner. “Debería haber DEA en todos los lugares donde la gente practica deporte y nuestros hijos hacen ejercicio”.
El Dr. Sanjay Gupta, corresponsal médico jefe de CNN, y Eric Levenson, David Close y Nadia Kounang, de CNN, contribuyeron a este artículo.