(CNN) – El equipo de la misión Voyager de la NASA logró detectar una señal del Voyager 2 tras perder el contacto con la nave, que ha estado en operación durante casi 46 años.
“Recabamos la ayuda de los grupos (Deep Space Network, Red de Espacio Profundo) y Radio Science para ver si podíamos oír una señal del Voyager 2”, dijo Suzanne Dodd, directora del proyecto Voyager en el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA en Pasadena, California. “Esto tuvo éxito en el sentido de que vemos la señal del ‘latido del corazón’ de la nave espacial. Por tanto, sabemos que la nave está viva y operativa. Esto nos animó”.
Los comandos enviados al Voyager 2 el 21 de julio provocaron accidentalmente que la antena de la nave se desviara 2 grados de la Tierra. Este minúsculo desplazamiento significa que Voyager 2 no puede recibir órdenes del control de la misión ni enviar datos a la Tierra desde su ubicación a más de 19.900 millones de kilómetros en el espacio interestelar.
El equipo de la misión se sorprendió gratamente al poder detectar la “señal portadora” de la nave utilizando la Red de Espacio Profundo, un conjunto internacional de enormes antenas de radio que permite a la NASA comunicarse con misiones en todo el cosmos.
Cada una de las tres antenas parabólicas gigantes es equidistante, lo que significa que siempre está en comunicación con diferentes naves espaciales a medida que la Tierra gira. Una antena de radio está situada en Goldstone, cerca de Barstow, California, la segunda cerca de Madrid y la tercera cerca de Canberra, Australia.
Ahora, el equipo de la misión intentará enviar una señal de vuelta a la nave espacial.
“Ahora estamos generando un nuevo comando para intentar apuntar la antena de la nave espacial hacia la Tierra”, dijo Dodd. “Hay una baja probabilidad de que esto funcione”.
“Gritando” al cosmos
La señal, enviada a través de la Red de Espacio Profundo, es básicamente un intento de “gritar” a la nave Voyager 2 y tratar de llamar su atención, a pesar de que su antena no está orientada de forma que reciba la señal de radio, explicó la NASA.
Debido a la distancia entre el Voyager 2 y la Tierra, la señal tarda unas 18,5 horas en viajar en un sentido a través del sistema solar hasta la nave espacial.
Si las señales terrestres no llegan al Voyager 2, la nave ya está programada para reorientarse varias veces al año para mantener su antena apuntando en dirección a la Tierra. El próximo reajuste ya estaba previsto para el 15 de octubre, y el equipo confía en que este programa permita reanudar las comunicaciones con la Voyager 2.
“Pero es mucho tiempo de espera, así que (intentaremos) enviar comandos varias veces antes de esa fecha”, dijo Dodd.
No es la primera vez que las envejecidas sondas gemelas, ambas lanzadas en 1977, experimentan problemas. Mientras estas “ancianas” siguen explorando el cosmos, el equipo ha ido apagando poco a poco los instrumentos para ahorrar energía y prolongar sus misiones. A lo largo del camino, tanto la Voyager 1 como la 2 se han encontrado con problemas inesperados y caídas, incluyendo un periodo de siete meses en el que la Voyager 2 y la Red de Espacio Profundo no pudieron comunicarse en 2020.
El equipo espera que la Voyager 2 se mantenga en su trayectoria prevista, incluso sin recibir órdenes. Mientras tanto, la Voyager 1, que se encuentra a casi 24.000 millones de kilómetros de la Tierra, sigue funcionando según lo previsto y comunicándose con la Red de Espacio Profundo.
Ambas se encuentran en el espacio interestelar y son las únicas naves espaciales que operan más allá de la heliosfera, la burbuja de campos magnéticos y partículas del Sol que se extiende mucho más allá de la órbita de Plutón, recogiendo valiosos datos mientras exploran un territorio interestelar ignoto.