(CNN) – Yellow Corp, una empresa estadounidense de transporte por carretera que llegó a ser dominante en su sector, se declaró en bancarrota tras cerrar su negocio de 99 años de antigüedad.
El proveedor de servicios logísticos, con sede en Nashville, anunció este domingo que presentó una declaración de quiebra en virtud del Capítulo 11 ante el Tribunal de Bancarrotas de Estados Unidos del distrito de Delaware.
“Con profunda decepción, Yellow anuncia su cierre tras casi 100 años de actividad”, declaró Darren Hawkins, CEO de la empresa, en un comunicado.
“Hoy en día, no es común que alguien trabaje en una empresa durante 20, 30 o incluso 40 años. Sin embargo, muchos en Yellow lo hicieron. Durante generaciones, Yellow proporcionó a cientos de miles de estadounidenses empleos sólidos y bien remunerados y carreras profesionales satisfactorias”.
Yellow dijo que espera llegar a un acuerdo con sus acreedores, pendiente de la aprobación del tribunal, que le permita pagar ciertos salarios y prestaciones, así como algunas obligaciones con vendedores y proveedores.
La compañía reveló una larga lista de acreedores en su presentación judicial, con Amazon, Home Depot y Goodyear Tire & Rubber Company entre los 30 principales con reclamaciones no garantizadas.
La presentación se produce más de una semana después de que la empresa de transporte detuviera sus operaciones, dejando a 30.000 personas sin trabajo. El mes pasado advirtió en una demanda que corría el riesgo de quedarse sin el dinero necesario para seguir funcionando.
Mientras buscaba una inyección de liquidez que nunca llegó, luchaba contra la desaceleración del negocio, una deuda inasequible y una larga batalla con el sindicato Teamsters, que representaba a 22.000 de sus 30.000 empleados, incluidos sus conductores y la mayoría de sus trabajadores portuarios.
En su momento, un incondicional del sector
Yellow Corp se fundó en 1924 con el nombre de Yellow Freight.
La empresa era una de las que lideraban el segmento del transporte por carretera conocido como “carga parcial” (LTL), que transportaba mercancías en palés. Junto con otros dos rivales sindicados de LTL, Roadway y Consolidated Freight, Yellow formaba lo que se conocía como “los tres grandes”.
Pero con la desregulación del transporte por carretera en 1984, los Tres Grandes y otros transportistas LTL sindicados se enfrentaron a una mayor competencia de transportistas no sindicados. Consolidated quebró en 2002.
Aunque los transportistas LTL no sindicados empezaron con una ventaja de costes significativa, las repetidas concesiones del sindicato Teamsters ayudaron a cerrar gran parte de esa brecha. También lo hizo la escasez de conductores a nivel nacional, que ayudó a elevar los salarios en los transportistas no sindicados.
Pero Yellow se enfrentaba a otros problemas. Empezó a endeudarse para comprar muchos de sus rivales sindicados, incluida Roadway por casi US$ 1.000 millones en 2004.
En su informe financiero más reciente, la empresa tenía unos US$ 1.500 millones de deuda a largo plazo en su balance. Casi la mitad de esa deuda procedía de un préstamo de ayuda contra la pandemia que recibió del gobierno federal en 2020, y a cambio el Tesoro estadounidense se hizo con una participación del 30% en la empresa. Esas acciones han perdido casi todo su valor desde entonces.
En su último año, Yellow seguía siendo una compañía importante, pero su dominio se había desvanecido. Según Satish Jindel, consultor de transporte por carretera, en 2022 la empresa solo gestionó el 7% de los 720.000 envíos LTL diarios del país.
Problemas cada vez mayores
Aunque la economía estadounidense se ha mantenido fuerte, los consumidores han desviado su gasto de las compras de bienes que hicieron al principio de la pandemia.
En su lugar, en los últimos años se han centrado más en los servicios, como viajar e ir a eventos deportivos, conciertos y comer fuera. Menos dinero en bienes significa menos necesidad de transporte por carretera.
Los envíos LTL cayeron un 17% entre 2021 y 2022, y otro 5% en el primer trimestre de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior, dijo Tom Nightingale, CEO de AFS Logistics, una empresa de logística de terceros.
Nightingale dijo que, si bien Yellow podría haber sido rentable cuando la demanda de transporte por carretera era fuerte, no pudo sobrevivir ante la desaceleración del transporte de mercancías y la caída de las tarifas de transporte por carretera que la acompañó.
Los cargadores preocupados por el futuro de Yellow empezaron a cambiar de transportista: sus envíos cayeron un 13% en el primer trimestre en comparación con el año anterior, según la declaración de resultados de la empresa.
El mes pasado, Yellow dejó de pagar los fondos sindicales de pensiones y seguro médico, lo que provocó la amenaza de los Teamsters de ir a la huelga el 24 de julio. En el último momento, el sindicato aceptó seguir trabajando y dar a Yellow un mes más para efectuar los pagos.
Pero los clientes ya habían empezado a irse a otros transportistas. En cuestión de días, Yellow empezó a prepararse para el cierre, dejando de recoger carga de los clientes y entregando únicamente la que ya estaba en su sistema. El 30 de julio notificó a los empleados y al sindicato que había suspendido la actividad.
La dirección de Yellow y el sindicato se culparon mutuamente la semana pasada de la decisión de cerrar la empresa.
La empresa había presionado recientemente a los Teamsters para conseguir un nuevo contrato que le permitiera fusionar las operaciones de sus distintas empresas de transporte por carretera y las listas de antigüedad de sus conductores. El sindicato, preocupado por la pérdida de empleo de algunos de sus 22.000 afiliados, se opuso.
“La empresa hizo todo lo posible por defender y proteger los puestos de trabajo de sus empleados. La International Brotherhood of Teamsters (IBT) se negó a negociar con Yellow durante nueve meses, poniendo en peligro 30.000 puestos de trabajo. En lugar de trabajar con Yellow para negociar un nuevo contrato, la IBT dejó claras sus intenciones: destruir Yellow”, afirmó la empresa en un reciente comunicado.
Yellow dijo que había ofrecido aumentar el salario de los Teamsters como parte del acuerdo, una afirmación que el sindicato cuestiona.
En su declaración de este domingo, Yellow volvió a acusar a los Teamsters de llevar a la casi centenaria empresa “a la bancarrota”.
El sindicato dijo que hizo todo lo que pudo para mantener viva a Yellow en los últimos años y culpó a la mala gestión de Yellow de los fracasos de la empresa.
La decisión de cerrar Yellow “es desafortunada pero no sorprendente”, dijo el presidente de los Teamsters, Sean O’Brien, en un comunicado al día siguiente del cierre.
“Yellow demostró históricamente que no podía autogestionarse a pesar de los miles de millones de dólares en concesiones a los trabajadores y los cientos de millones en fondos de rescate del gobierno federal. Este es un día triste para los trabajadores y la industria del transporte de mercancías estadounidense”, dijo O’Brien.