(CNN Español) – Infantes de Marina de Ucrania han avanzado por segunda vez en dos semanas en las líneas del frente sureste, hacia la ciudad portuaria de Mariupol, con la recaptura de la aldea de Urozhaine que parece haber sido parcialmente posibilitada por el uso ucraniano de las controvertidas bombas de racimo.
La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, confirmó la liberación de la aldea el miércoles por la mañana, mientras un equipo de CNN se acercaba a las afueras de la localidad junto con la 35ª brigada de infantería de Marina. Un intenso fuego de artillería impidió la entrada en la aldea, a medida que las fuerzas rusas bombardeaban a las tropas ucranianas que mantenían la zona bajo su control.
Han aparecido imágenes de drones que muestran la intensa lucha por Urozhaine, en las que se puede ver a docenas de soldados rusos huyendo hacia el sur de la aldea. Al parecer, son bombardeados durante su huida, por momentos con lo que parecen ser municiones de racimo, dijeron dos expertos en armamento que revisaron los videos de los incidentes. Los expertos no quisieron ser identificados por tratarse de un tema delicado.
Dykyi, el nombre clave de un comandante de una compañía de asalto ucraniana, dijo sobre la huida rusa: “Murieron muchos, sobre todo cuando empezaron a correr”.
Los videos muestran a decenas de efectivos rusos corriendo por una carretera abierta, aparentemente obligados a utilizar el asfalto ya que los campos y los árboles adyacentes habían sido minados, explicó Dykyi, y agregó que los rusos también se resguardaron en gran número en casas que luego fueron alcanzadas por la artillería: “Muchos murieron allí”.
Dykyi añadió que en la persecución de los soldados rusos se utilizaron morteros y tanques, pero no quiso hacer comentarios sobre el uso de municiones de racimo.
Los videos de los drones también mostraban a un tanque ucraniano cargando en soledad contra posiciones rusas, disparando y arrastrando tras de sí un cable atado a explosivos que se utiliza para la desactivación de minas. Las cargas son detonadas cuando el tanque se aleja, dejando un corredor de avance seguro para que utilicen las siguientes unidades. Cruzar los campos minados ha causado importantes pérdidas en el pasado.
“El otro bando usa lo que quiere”
El suministro de municiones de racimo al ejército de Ucrania estuvo precedido de un gran debate ético en el seno del gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, según han declarado funcionarios estadounidenses. Aunque son brutalmente eficaces contra la infantería en campo abierto, estas armas esparcen pequeñas bombas que a menudo no llegan a detonar y pueden constituir un peligro residual para la población civil durante décadas.
Más de 100 países han prohibido el uso de armas de racimo mediante un tratado, aunque Ucrania, Rusia y Estados Unidos no son signatarios de ese acuerdo internacional.
El ejército estadounidense afirma que los modelos que suministra a Ucrania tienen una tasa de “fallas” muy baja, ya que sólo el 2,5% de las pequeñas bombas no detonarían al dispersarse, una afirmación que especialistas miran con escepticismo. En comparación, los funcionarios occidentales afirman que las armas de racimo de Rusia, que también se utilizaron durante la invasión de Ucrania, tienen un porcentaje de falla del 30%.
El ejército de Ucrania ha confirmado que municiones de racimo estadounidenses se están utilizando en el frente, pero no ha querido dar más detalles. CNN no pudo confirmar que los artefactos identificados por los expertos como probables municiones de racimo en los videos de Urozhaine fueran armas suministradas por Estados Unidos. Se cree que Ucrania ha fabricado en su territorio varios dispositivos similares que podrían estar en uso en el frente.
Sin embargo, las cuestiones éticas en torno a las armas dejaron perplejos a los comandantes de asalto, como Dykyi, cuya unidad ha sufrido grandes pérdidas en el asalto al sur. “No lo entiendo — dijo—. El otro bando usa lo que quiere. Nuestra gente está muriendo por estas armas y no pasa nada. Pero cuando muere gente del otro bando, ¿es distinto?”.
La reconquista de Urozhaine, un pequeño pueblo, representa una pequeña victoria para una agotadora contraofensiva en la que los avances se han medido en metros y no en kilómetros. Las tropas ucranianas se han enfrentado a una resistencia más dura de lo esperado y se han visto frenadas por unas líneas defensivas rusas fuertemente fortificadas, reforzadas por vastas redes de trincheras y decenas de miles de kilómetros cuadrados de minas terrestres.
A principios de esta semana, Kyiv rechazó las recientes críticas de que sus tropas no estaban avanzando con la suficiente rapidez, afirmando que estaban centradas en destruir las capacidades de Rusia y desbaratar su logística.
En el frente, la 35ª brigada de infantería de Marina ha sufrido pérdidas en su avance hacia el sur que han hecho que Dykyi se muestre hostil a las valoraciones desde “un sillón” sobre el lento progreso de la contraofensiva por parte de algunos funcionarios y analistas occidentales.
Dykyi dijo que los críticos de la ofensiva “siempre pueden venir como invitados y pelear a mi lado. Alguien cree que se puede volar sobre el campo de minas en una escoba como en Harry Potter. No ocurre así en un combate real. “Si no lo entienden, pueden sentarse en su sillón y comerse sus palomitas”.