(CNN) – Yevgeny Prigozhin es el fundador del grupo Wagner, una organización mercenaria en las sombras que ha combatido en Ucrania y en otros lugares del mundo. Prigozhin fue alguna vez un aliado cercano del presidente ruso Vladimir Putin, pero el líder del Kremlin ahora ha prometido castigar a quienes estén involucrados en “una rebelión armada”.
Prigozhin estaba a bordo de un avión que se estrelló al noroeste de Moscú el miércoles, dijo la Agencia Federal Rusa de Transporte Aéreo.
Prigozhin y sus combatientes se convirtieron en el centro de atención tras la invasión rusa de Ucrania el año pasado, con los mercenarios de Wagner desempeñando un papel clave en múltiples batallas.
Putin y Prigozhin comparten orígenes relativamente humildes, y el jefe de Wagner creció en los barrios más difíciles de San Petersburgo, también la ciudad natal del presidente.
Prigozhin conoce a Putin desde la década de 1990 y se convirtió en un oligarca rico al conseguir lucrativos contratos de catering con el Kremlin, lo que le valió el apodo de “chef de Putin”.
Ascenso a líder mercenario
Su transformación en un brutal jefe militar se produjo a raíz de los movimientos separatistas apoyados por Rusia en 2014 en el Donbás, en el este de Ucrania.
La estrella política de Prigozhin se disparó en Rusia tras la invasión total de Ucrania por parte de Moscú en febrero de 2022.
Prigozhin utilizó las redes sociales para presionar a favor de lo que quiere y a menudo se ha enfrentado a la cúpula militar rusa, presentándose a sí mismo como competente y despiadado en contraste con el estamento militar.
Sus desacuerdos con los altos mandos rusos salieron a la luz pública durante la cruenta e implacable batalla de Bakhmut, en la que acusó repetidamente a la cúpula militar de no suministrar suficiente munición a sus tropas.
En un video especialmente sombrío de principios de mayo, Prigozhin aparecía junto a una pila de combatientes de Wagner muertos y apuntaba específicamente al ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y al jefe de las fuerzas armadas rusas, el general Valery Gerasimov.
“La sangre aún está fresca”, decía, señalando los cadáveres a su espalda. “Vinieron aquí como voluntarios y están muriendo para que ustedes puedan sentarse como gatos gordos en sus oficinas de lujo”.
El paradero de Prigozhin antes del siniestro tras la insurrección
En junio, Prigozhin lideró la fallida insurrreción que presentó el mayor desafío para el presidente ruso, Vladimir Putin, en más de dos décadas de gobierno. Mientras las tropas de Prigozhin se detuvieron antes de llegar a Moscú, un furioso Putin dijo en un discurso televisado que aquellos en el “camino de la traición” enfrentarían un castigo. Casi dos meses después, en el caso del jefe Wagner, esto simplemente no ha sucedido.
Apenas unas semanas después de la insurrección, Prigozhin apareció al margen de la reciente cumbre Rusia-África en San Petersburgo, estrechando la mano de un dignatario de la República Centroafricana (RCA).
Sin duda, el jefe mercenario no estaba adoptando una pose marcial: mientras que los suscriptores de su canal de Telegram se han acostumbrado a verlo con camuflaje y equipo táctico, Prigozhin fue visto con una camiseta polo y jeans de mamá, con un aspecto aparentemente más afable que en meses anteriores.
En la insurrección, las fuerzas de Prigozhin derribaron aviones militares rusos y mataron a miembros del servicio militar ruso en su marcha hacia la capital.
Luego, algunos combatientes de Wagner fueron reubicados en Belarús. La medida, aparentemente parte de un acuerdo negociado para poner fin al motín de junio, ya ha despertado las alarmas en Polonia, un miembro de la OTAN fronterizo con Belarús.
No está claro exactamente cuántas tropas de Wagner hay en Belarús y si tienen o no acceso a armamento pesado.
Con información de Sophie Tanno, Nathan Hodge y Tara John de CNN