CNNE 1250386 - estudio explica beneficios de legalizar el cannabis en ee-uu-
Legalización de la marihuana evitaría uso de versiones sintéticas en EE.UU., según estudio
00:47 - Fuente: CNN

(CNN) – Estar drogado al volante puede ser más peligroso que conducir ebrio en Canadá, donde el cannabis recreativo se legalizó en 2018, según un nuevo estudio.

Los accidentes de tráfico documentados relacionados con la marihuana que requirieron tratamiento en una sala de emergencias aumentaron un 475% entre 2010 y 2021, según el estudio.

Los accidentes automovilísticos debido a la conducción bajo los efectos del alcohol incrementaron solo un 9,4% durante el mismo período de tiempo, aunque las cifras brutas de accidentes relacionados con el alcohol fueron de miles, no de cientos como con el cannabis.

“La preocupación es que el aumento de estas lesiones de tráfico raras pero muy graves estén capturando tendencias más amplias de aumento de la conducción bajo los efectos del cannabis a lo largo del tiempo y después de la legalización”, dijo el autor del estudio, el Dr. Daniel Myran, profesor asistente de Medicina Familiar en la Universidad de Ottawa.

Justo después de la legalización de la marihuana en Canadá en 2018, cuando las tiendas y los productos eran limitados, los investigadores encontraron un aumento del 94% en las visitas a la sala de emergencias, dijo Myran. A medida que aumentó la comercialización y la marihuana estuvo más ampliamente disponible, las visitas a la sala de emergencias crecieron un 233% en comparación con el período anterior a la legalización del cannabis para su uso recreativo.

“El principal mensaje de este estudio tan bien realizado no es el número absoluto de accidentes, sino el aumento de las tasas. Además, es probable que no se informe suficientemente sobre el cannabis en los accidentes de tráfico, por lo que la cifra total podría ser mucho mayor”, afirma el Dr. Marco Solmi, profesor asociado de Psiquiatría de la Universidad de Ottawa e investigador del Instituto de Investigación del Hospital de Ottawa, Canadá. No participó en el estudio.

Los accidentes de tráfico relacionados con el uso de marihuana fueron graves. En los accidentes relacionados con la marihuana, casi el 90% de las víctimas llegaron en ambulancia, según el estudio. Cuando no hubo alcohol ni cannabis de por medio, el número de personas que necesitaron una ambulancia descendió al 40%. Además, casi el 50% de los consumidores de marihuana en un accidente de tráfico requirieron ingreso hospitalario, frente a poco más del 6% de los que no consumieron.

Los ingresos en cuidados intensivos también fueron mayores. Casi el 22% de los accidentes en los que se vieron implicados quienes conducían drogados necesitaron cuidados intensivos, en comparación con algo menos del 2% de los choques sin implicación de alcohol o cannabis, según el estudio publicado este miércoles en la revista académica JAMA Network Open.

“Debido a la forma en que el cannabis afecta a la conducción, reduce el tiempo de reacción, disminuye la capacidad de concentrarse o prestar atención a múltiples eventos, y puede aumentar el comportamiento de riesgo, las personas que están afectadas por el cannabis mientras conducen pueden conducir más rápido, notar los peligros más tarde, y desacelerar más lentamente… una receta para entrar en colisiones de tráfico más graves y que requieren mayores niveles de atención”, dijo Myran en un correo electrónico.

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Un problema generalizado

Aunque el nuevo estudio se refería específicamente a Canadá, el problema se da en todo el mundo en zonas donde el consumo recreativo de cannabis es legal, según una reciente “revisión general” de más de 100 ensayos clínicos y metaanálisis sobre los pros y los contras de la marihuana.

“La percepción general del cannabis como una planta ‘natural’ e inocua probablemente esté engañando a los sujetos jóvenes que acaban consumiendo productos con alto contenido en THC, con acontecimientos adversos que incluyen accidentes de tráfico”, afirma Solmi, coautor de la revisión, por correo electrónico.

THC significa tetrahidrocannabinol, que es la parte de la planta de cannabis que produce el “subidón”.

“Además de los accidentes de tráfico, las personas que consumen cannabis corren un mayor riesgo de tener un rendimiento cognitivo deficiente, lo que podría contribuir a los accidentes de tráfico y al fracaso escolar, y un mayor riesgo de sufrir trastornos mentales”, afirma Solmi.

Conducir bajo los efectos del alcohol ha ido en declive en Estados Unidos, pero el último informe de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) de 2014 encontró un aumento del 48% en los conductores que dieron positivo por marihuana. Se espera un informe actualizado de la NHTSA en 2024.

El Estudio de riesgo de choque por drogas y alcohol de 2016 descubrió que la marihuana era la droga detectada con más frecuencia, aparte del alcohol; además, las personas que consumían cannabis tenían más probabilidades de verse involucradas en accidentes.

En Colorado, el segundo estado de EE.UU. en legalizar el cannabis recreativo, lidiar con conductores bajo los efectos de la marihuana es cosa del día a día, dijo el farmacólogo clínico Robert Page II, que no participó en el nuevo estudio. Page presidió el grupo de redacción médica de la declaración científica de la Asociación Estadounidense del Corazón de 2020 sobre la marihuana.

“Aquí en Colorado, cuando estoy en la carretera, asumo que todo el mundo está drogado”, dijo Page. “Comparado con el alcohol, que es un depresor, el cannabis altera la percepción. La capacidad de reacción del conductor se retrasa y, por tanto, puede provocar accidentes”.

Según los estudios, el covid-19 puede haber agravado el problema. Un estudio realizado en 2020 sobre víctimas graves o mortales descubrió que la prevalencia general de alcohol, cannabinoides y opiáceos aumentó durante la pandemia en comparación con antes.

Conceptos erróneos sobre la seguridad

Muchas personas no se dan cuenta de que conducir drogado puede ser peligroso, incluso lo consideran seguro, afirma Page. Las investigaciones demuestran que esas creencias son claramente erróneas. Según varios estudios, el THC de la marihuana afecta a la psicomotricidad, impide realizar varias tareas a la vez, altera el seguimiento del carril y las funciones cognitivas y desvía la atención de la tarea que se está realizando: conducir.

Otro problema es el aumento de la potencia del cannabis, según Myran. El consumo de productos de mayor potencia también aumenta el deterioro y el riesgo. Otro factor de riesgo importante es la combinación de cannabis y alcohol, que amplifica los efectos perjudiciales de ambas sustancias.

En el caso del alcohol, hay límites establecidos sobre cuándo una persona puede conducir: el límite federal para conducir legalmente en Estados Unidos es una tasa de alcoholemia del 0,08%. Si la tasa de alcoholemia supera este nivel, se presume que la persona está intoxicada y puede ser acusada de DUI (conducción bajo los efectos del alcohol). La mayoría de los estados, sin embargo, también tienen niveles de “tolerancia cero”, a menudo 0,02% o menos, que se aplican a ciertos grupos, como los conductores de autobuses y camiones y los adolescentes (que se supone que no deben beber de todos modos).

Según la Administración Nacional de Seguridad en las Carreteras y el Transporte (NHTSA, por sus siglas en inglés), es ilegal consumir marihuana a cualquier nivel y conducir en Estados Unidos, al igual que ocurre con los opiáceos, las metanfetaminas o cualquier otra droga potencialmente perjudicial, aunque haya sido recetada.

No hay una regla fija sobre cuándo es seguro conducir después de consumir cannabis, ya que el riesgo de deterioro depende de múltiples factores”, afirma Myran, “nadie debería conducir si está experimentando efectos psicoactivos agudos”. Las directrices canadienses sobre el cannabis de bajo riesgo recomiendan no conducir durante al menos 6 horas después de consumir cannabis y evitar el consumo conjunto de cannabis y alcohol. Esperar más tiempo es más seguro”.

Según los expertos, hace falta mucho más para frenar la creciente preocupación por conducir bajo los efectos de la marihuana.

“Educación, educación, educación. Hay que educar al público en general sobre los riesgos asociados al cannabis, en particular en los estratos más jóvenes de la población”, afirma Solmi. “Además, los productos que contienen THC deberían contener advertencias explícitas y visuales basadas en pruebas, exactamente igual que se hace con los cigarrillos de tabaco”.