(CNN) – La contraofensiva ucraniana lleva meses en marcha, pero las esperanzas del país de lograr un avance rápido y decisivo hace tiempo que se desvanecieron.
Kyiv lanzó la campaña con el objetivo de reconquistar el territorio ocupado por Rusia, especialmente en el sur. Pero aunque hay un optimismo renovado, los avances han sido marginales y se han conseguido a un alto costo.
Mientras las fuerzas ucranianas buscan puntos vulnerables en las defensas rusas, Moscú también intenta ganar terreno, y ha estado tratando de avanzar hacia la ciudad de Kupiansk, una ciudad de la que se apoderó al principio de la guerra antes de perderla hace un año.
Aunque es imposible obtener una imagen exacta y en tiempo real de la situación sobre el terreno, CNN ha estado echando un vistazo a las batallas clave de la última fase de la guerra.
El conflicto hasta ahora
Aunque Ucrania ha tenido dificultades en su contraofensiva, es importante recordar que la guerra tampoco está ni de lejos donde quería el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Cuando Rusia lanzó su invasión de Ucrania en febrero de 2022, esperaba arrasar el país y derrocar al gobierno en cuestión de días. Esos objetivos fracasaron debido a una combinación de arrogancia rusa y una resistencia ucraniana más fuerte de lo esperado. Tras ver cómo Putin retiraba rápidamente sus fuerzas de los alrededores de Kyiv y otros lugares del norte de Ucrania, el resto del año se saldó con importantes victorias para Ucrania en la región de Járkiv, al este, y en la región de Jersón, al sur.
Este año ha sido diferente, con las tropas de ambos bandos empantanadas en un conflicto que avanza lentamente sin un final claro a la vista. Los combates actuales se centran en el sur y el este de Ucrania, donde las fuerzas ucranianas luchan por romper las líneas defensivas que Rusia ha preparado durante meses. El éxito se mide en capturar un pueblo en lugar de una ciudad entera.
El frente sur
En la región meridional de Zaporiyia, los modestos avances ucranianos en las zonas rurales se han visto obstaculizados por las defensas rusas. Las tropas de Moscú han fortificado el terreno con campos de minas, zanjas antitanque, trampas y trincheras.
La zona es un objetivo importante para Ucrania: adentrarse en el territorio a lo largo de dos líneas principales de contraataque supondría la posibilidad de romper el puente terrestre ruso entre la Crimea anexada y el este de Donetsk, bajo control de Moscú desde 2014.
A finales de agosto, las tropas ucranianas aseguraron la aldea de Robotyne, un paso que las acerca a poder utilizar la artillería contra el centro estratégico de Tokmak. Pero queda mucho camino por recorrer.
Ucrania ha logrado recuperar terreno cerca de la ciudad de Velyka Novosilka, situada en la línea del frente. En junio, en la segunda semana de la contraofensiva, liberó un puñado de pueblos: Neskuchne, Blahodatne y Makarivka. Más recientemente, recuperó un par más, Staromaiorske y Urozhaine, pero el progreso ha sido difícil. Las fuerzas rusas han lanzado varios contraataques.
Velyka Novosilka lleva las cicatrices de un año y medio de bombardeos. Kyiv, que lucha contra los ataques aéreos rusos, ha pedido a sus aliados occidentales que le proporcionen cazas F-16 y otros tipos de apoyo aéreo.
La ciudad de Orikhiv se encuentra en la línea de fuego. Aunque sigue bajo control ucraniano, está siendo bombardeada por la aviación rusa con bombas de media tonelada que caen con frecuencia, a veces 20 en pocos minutos.
Situada a 60 kilómetros al sureste de Zaporiyia, Orikhiv ha quedado encajonada entre las tropas de Kyiv que avanzan hacia el sur y las fuerzas rusas que intentan mantener su posición.
Kupiansk
Ucrania ha estado intentando mantener Kupiansk en la región de Járkiv. La ciudad cayó en los primeros días del conflicto, luego fue liberada el pasado septiembre en el marco de una ofensiva ucraniana relámpago, pero ahora Rusia intenta capturarla por segunda vez.
En agosto, Ucrania ordenó la evacuación de la ciudad y sus alrededores, la mayor evacuación de este tipo en meses y una señal de la gravedad de la situación, aunque muchos civiles están optando por quedarse.
Para las tropas ucranianas, Kupiansk es estratégicamente importante para impedir que Rusia acceda al cercano río Oskil, donde es mucho más fácil cruzarlo que más al sur.
El frente oriental
Por ahora, la ciudad oriental de Bakhmut está bajo control ruso tras una dura batalla de nueve meses, mientras que Ucrania sigue controlando algunas zonas de la periferia suroccidental de la ciudad.
Sin embargo, Ucrania afirma que la batalla no ha terminado y sigue disputando la ciudad. Con ello, están obligando a Rusia a llevar más tropas a la zona, apartándolas de otros frentes.
Gran parte de las regiones de Donetsk y Luhansk están en manos de los separatistas apoyados por Rusia desde hace más de nueve años. Son dos de las cuatro regiones ucranianas que Moscú declaró haberse anexado el pasado septiembre, violando el derecho internacional.
La ciudad de Avdiivka, en el óblast de Donetsk, que sigue bajo control ucraniano, se encuentra en primera línea de los intensos combates. La ciudad ha quedado destruida en gran parte y la mayoría de su población ha huido.
Los próximos meses
El reloj sigue corriendo para Ucrania, y el otoño boreal traerá consigo un empeoramiento del tiempo y unas condiciones de combate aún más difíciles.
Por razones políticas y estratégicas, Ucrania está cada vez más presionada para lograr un avance decisivo. Kyiv querrá ser lo más fuerte posible en caso de que las negociaciones de paz lleguen a producirse o de que el sólido apoyo del que goza hasta ahora en Occidente empiece a resquebrajarse.
Aunque Rusia ha retrocedido desde que lanzó su invasión, sigue teniendo algunas ventajas. El Ejército de Rusia es significativamente mayor que el ucraniano, y con Putin aislado por el conflicto no tiene que preocuparse de que un conflicto largo y agotador le haga perder aliados. Es posible que Rusia pueda hacer frente a los combates de desgaste mejor que Ucrania.
Sea cual sea el resultado de la contraofensiva, podría ser crucial para el final de la guerra.
Fuentes:
The Institute for the Study of War con AEI’s Critical Threats Project, Brady Africk, OpenStreetMap.
Notas:
“Presencia rusa” significa que el Institute for the Study of War recibió información fiable e independientemente verificable que demuestra el control o los avances rusos en esas zonas, o en las que las fuerzas rusas han operado o lanzado ataques, pero no las controlan.
Las zonas de “supuesto control ruso” son aquellas en las que las fuentes han afirmado que se está produciendo control o contraofensivas, pero el ISW no puede corroborar ni demostrar que sean falsas.