CNNE 1451553 - el telescopio webb detecta dioxido de carbono y metano en un exoplaneta
El telescopio Webb detecta dióxido de carbono y metano en un exoplaneta que podría tener un océano
01:12 - Fuente: CNN

(CNN) – Es posible que fluyan aguas en la superficie de un planeta colosal que se encuentra a unos 120 años luz de la Tierra, según nuevas pruebas descubiertas por el telescopio espacial James Webb.

La investigación realizada con el observatorio espacial, uno de los instrumentos astronómicos más avanzados en funcionamiento, reveló que el exoplaneta K2-18b podría tener algunas características clave de un planeta que podría albergar masas de agua… y vida.

El exoplaneta, que orbita en torno a la estrella enana fría K2-18, se encuentra en la zona habitable de la estrella y tiene una masa 8,6 veces superior a la de la Tierra. Un análisis de las observaciones de Webb reveló que el planeta tiene abundante metano y dióxido de carbono en su atmósfera.

La presencia de estas moléculas de carbono, junto con la escasez de amoníaco, podría indicar una atmósfera rica en hidrógeno que rodea a un mundo oceánico, según un comunicado de prensa de la NASA.

El carbono se considera el componente básico de las formas de vida en la Tierra.

El telescopio espacial Hubble detectó inicialmente evidencia de vapor de agua en la atmósfera del exoplaneta. El hallazgo, descrito en un estudio de septiembre de 2019, ayudó a los científicos a centrarse en K2-18b para un estudio más profundo.

El telescopio Webb, que puede detectar luz infrarroja invisible para el ojo humano, buscó exactamente qué elementos aparecen en la atmósfera del planeta.

Y las últimas observaciones del planeta también apuntan a que una molécula muy especial, llamada sulfuro de dimetilo o DMS, podría estar presente en K2-18b.

En la Tierra, el sulfuro de dimetilo “únicamente es producido por la vida”, según la NASA. “La mayor parte del DMS en la atmósfera terrestre es emitido por el fitoplancton en ambientes marinos”.

Sin garantías

Los investigadores no están sugiriendo rotundamente que K2-18b esté plagado de vida extraterrestre. Se necesita más investigación para confirmar la presencia de sulfuro de dimetilo, dijo el astrónomo Nikku Madhusudhan, profesor de astrofísica y ciencia exoplanetaria en la Universidad de Cambridge, en un comunicado. Madhusudhan es el autor principal de un nuevo artículo científico que describe los hallazgos y que fue aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal Letters.

Y aunque los científicos corroboren la presencia del compuesto químico, eso no garantiza que existan formas de vida allí.

Pero estas nuevas pruebas amplían los conocimientos de los científicos sobre exoplanetas similares a K2-18b.

Mundos oceánicos calientes

Los descubrimientos sobre su composición atmosférica sugieren que podría tratarse de un “exoplaneta hicéano”, un tipo teórico de exoplaneta caliente pero cubierto de océanos y con una atmósfera rica en hidrógeno.

Cuando hay océanos líquidos, existe la posibilidad de que haya vida, pero los investigadores aún no están seguros de que estos planetas hicéanos puedan albergar vida. Un estudio publicado en agosto en The Astrophysical Journal, por ejemplo, sugiere que sufrirían un aplastante efecto invernadero.

Aún no se ha confirmado la existencia de ningún exoplaneta hiocéano. Además, no hay ningún planeta como K2-18b en nuestro sistema solar, lo que hace que planetas como éste sean “poco comprendidos”, según la NASA.

La “naturaleza de sus atmósferas es objeto de activo debate entre los astrónomos”, afirmó la agencia espacial en un comunicado de prensa.

Pero los investigadores implicados en el análisis de estas recientes observaciones de K2-18b subrayaron que es esencial seguir desentrañando sus misterios.

“Nuestro objetivo final es la identificación de vida en un exoplaneta habitable, lo que transformaría nuestra comprensión de nuestro lugar en el universo”, dijo Madhusudhan. “Nuestros hallazgos son un paso prometedor hacia una comprensión más profunda de los planeras hicéanos en esta búsqueda”.

Los investigadores tienen previsto seguir utilizando el telescopio Webb para estudiar el lejano planeta e intentar validar aún más los nuevos hallazgos.

“Estos resultados son el producto de solo dos observaciones de K2-18 b, con muchas más en camino”, dijo en un comunicado el astrónomo Savvas Constantinou, estudiante de doctorado de astrofísica en la Universidad de Cambridge y coautor del último estudio. “Esto significa que nuestro trabajo aquí no es más que una demostración temprana de lo que Webb puede observar en exoplanetas de la zona habitable”.