(CNN) – Lampedusa recibió 7.000 personas en apenas dos días, lo que ha llevado a su alcalde y a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) a advertir que la isla italiana está desbordada.
La isla, cuya población no llega a los 7.000 habitantes, ha sido durante mucho tiempo el primer puerto de escala para las personas que cruzan desde el norte de África y constituye un punto crítico en la crisis migratoria europea.
El alcalde Filippo Mannino dijo el jueves que la crisis migratoria había llegado a un “punto de no retorno”.
“En las últimas 48 horas, alrededor de 7.000 personas han llegado a mi isla, una isla que siempre ha acogido y recibido en sus brazos”, dijo Mannino a la radio RTL 102.5 de Italia.
“Ahora hemos llegado a un punto de no retorno en el que el papel desempeñado por esta pequeña roca en medio del Mediterráneo se ha puesto en crisis por la naturaleza dramática de este fenómeno”.
La cifra también fue confirmada a CNN por el Ministerio del Interior del país.
La representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para Italia, la Santa Sede y San Marino, Chiara Cardoletti, dijo este viernes que la situación en Lampedusa es “crítica” y que sacar a la gente de la isla es “una prioridad absoluta”.
Cardoletti dijo que se estaban llevando a cabo “acciones urgentes” para “devolver la normalidad a la isla” y que las autoridades habían trasladado a unas 5.000 personas fuera de la isla en las últimas 28 horas.
Muchas de las últimas personas en llegar han huido de la inestabilidad política en Túnez. En años anteriores, la mayoría procedía de Libia y había sido rescatada por barcos de ONG benéficas y rescatadores italianos antes de llegar a la isla, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El grupo teme ahora que las cifras aumenten aún más tras las catastróficas inundaciones en Libia.
Este miércoles, Alemania comunicó a Italia su decisión de posponer “hasta nuevo aviso” la acogida de migrantes en el marco de un plan europeo de solidaridad voluntaria, según el Ministerio del Interior del país. Ese programa supervisa la reubicación de solicitantes de asilo durante un año y tiene por objeto aliviar la presión en las fronteras de la Unión Europea.
Por otra parte, el ministro del Interior francés, Gerard Darmanin, declaró a principios de semana que debido a “la desestabilización de Libia y Túnez, que se ha acelerado”, estaban llegando más inmigrantes a la frontera francesa e italiana.
Muchos de los que llegan a Lampedusa y son trasladados a la península italiana intentan cruzar la frontera de Ventimiglia hacia la ciudad costera francesa de Menton.
Darmanin, que hablaba desde Menton el martes, dijo que “tenemos un aumento del 100% de los flujos en la frontera italiana, que obviamente afecta al departamento de Alpes Marítimos, así como a todos los departamentos de los Alpes”, anunciando “refuerzos muy significativos” para hacer frente a la situación en la frontera y “luchar contra la inmigración ilegal”.
“Miro a nuestros amigos alemanes, tienen cuatro veces más solicitudes de asilo que nosotros, lo que demuestra que cuando se ponen muchos medios en la frontera también se limita el atractivo de nuestro país”, dijo Darmanin.
“Una gran parte de las personas que cruzan aquí la frontera italiana quieren ir a Gran Bretaña, lo que también es un incentivo para negociar con nuestros amigos británicos y, en particular, desarrollar un tratado europeo entre la Unión Europea y Gran Bretaña”, añadió.
Rosario Valastro, presidente de Cruz Roja Italia, cuyas instalaciones en Lampedusa acogen a miles de personas a pesar de haber sido construidas para 500, dijo que esperaba cierto alivio tras la oleada de esta semana.
“La actividad continúa sin cesar en el punto crítico de Lampedusa, donde 3.800 personas están presentes esta mañana”, dijo la Cruz Roja en un comunicado el viernes.
“Los más de 130 operadores y voluntarios de la Cruz Roja Italiana están haciendo más de lo imposible para garantizar las necesidades básicas. Ayer se prepararon 5.000 almuerzos y 5.000 cenas. Estamos resistiendo, pero operativos”, dijo Valastro.
“Para nosotros, las personas están por encima de todo”, añadió.
Hasta el 14 de septiembre, 125.928 personas habían llegado a Italia, según el Ministerio del Interior, una cifra que está en línea con las de 2016, cuando el número de migrantes se disparó a raíz de la guerra de Siria. Sin embargo, Flavio Di Giacomo, de la OIM, dijo que el número de llegadas a Lampedusa ahora era mucho mayor que antes.
La falta de presencia de guardacostas libios debido a las inundaciones, y el elevado número de migrantes en Libia (país de tránsito de la migración hacia Europa) retenidos en centros de detención que ahora están desesperados por salir, también podrían afectar a las llegadas en las próximas semanas.
Esta semana, el ministro de Infraestructuras de Italia, Matteo Salvini, calificó las llegadas de “acto de guerra” durante una rueda de prensa con la Asociación de la Prensa Extranjera de Italia.
Sugirió que las llegadas estaban siendo “orquestadas” y afirmó que el gobierno no se detendría ante nada para frenarlas, aplaudiendo los intentos de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, de negociar con Túnez.
En julio, Meloni, junto con la jefa de la UE, Ursula Von der Leyen, viajó a Túnez con la promesa de fondos de inversión como incentivo para frenar las pateras, incluidos 105 millones de euros (US$ 111 millones) dedicados a detener a los contrabandistas, pero la UE paralizó esta semana en gran medida el plan en Bruselas.
Meloni, presionada dentro de su propia coalición por el número de inmigrantes, no ha hecho comentarios directos sobre Lampedusa, pero el jueves declaró a la RAI que la reubicación no era el problema, sino detener las llegadas.
– Nadine Schmidt de CNN contribuyó con la información desde Berlín.