(CNN) – La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos separó a algunos niños migrantes de sus padres mientras las familias estaban bajo custodia en medio del hacinamiento en las instalaciones, según un expediente judicial del viernes.
El documento, que forma parte de un caso judicial de años de duración, subraya los desafíos humanitarios y logísticos que enfrenta el Gobierno de Joe Biden tras un aumento de familias migrantes que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México. El incremento ha puesto a prueba las instalaciones ya saturadas que no están destinadas a retener a personas, particularmente familias, por períodos prolongados y, en casos limitados, requirió que las autoridades ubiquen temporalmente a niños y padres en áreas de detención separadas.
Durante el transcurso de las visitas al sitio este verano, el Dr. Paul Wise, pediatra, descubrió que las autoridades en una instalación fronteriza en Donna, Texas, separaban a los niños de sus padres mientras estaban bajo custodia. Algunos de los niños tenían apenas 8 años.
“Había niñas separadas de sus madres y niños separados de sus padres. Ninguno de los niños entrevistados había visitado a sus padres desde que fueron separados, incluidos los niños que habían estado apartados durante 4 días”, escribió Wise, y agregó que los niños “no conocían ningún protocolo que les permitiera solicitar una visita con sus padres”.
Los funcionarios de la Patrulla Fronteriza citaron el hacinamiento en las instalaciones de corta estancia como el motivo de las separaciones. Las familias, los adultos solteros y los niños no acompañados generalmente se encuentran retenidos en diferentes grupos de detención.
En un comunicado, un portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) sostuvo que la agencia prioriza mantener unidas a las familias “en cada paso del proceso de inmigración y tiene protocolos para ese fin”.
“CBP aprecia la supervisión del Dr. Wise; continuaremos revisando el informe y las recomendaciones asociadas y responderemos según corresponda”, dice el comunicado.
El monitoreo independiente de Wise es parte de un acuerdo de conciliación aprobado por el tribunal que surge de una demanda contra el gobierno federal que se remonta a la década de 1980 y que cuestionaba las deficiencias en el tratamiento de los menores bajo custodia del gobierno.
Las separaciones detalladas en el informe son diferentes de las que ocurrieron bajo la política de “tolerancia cero” del Gobierno de Donald Trump, cuando las familias permanecían separadas y, en algunos casos, los padres eran deportados sin sus hijos. En los raros casos en que los niños son separados de uno de sus padres bajo custodia, son reunidos y liberados juntos, dijo un funcionario de la CBP, quien calificó la separación como un “último recurso”.
Se espera que la CBP mantenga juntas a las familias durante el procesamiento, pero, en medio de limitaciones de espacio, es posible que sea necesario mantener temporalmente a los niños en otro módulo mientras se despeja el espacio, dijo el funcionario de la CBP, para evitar circunstancias en las que los menores se mezclen en un área abarrotada con adultos solteros.
“Para mantener a todos seguros, a veces tenemos que tomar decisiones difíciles”, añadió el funcionario de la CBP.
Sin embargo, las circunstancias en las que los niños son separados de sus padres bajo custodia del gobierno siguen siendo preocupantes para los defensores.
“Los desafíos operativos del gobierno no se pueden resolver a costa de los niños”, dijo a CNN Neha Desai, directora senior de inmigración del Centro Nacional de Derecho Juvenil.
Las autoridades federales se han encontrado con más de 7.000 migrantes diariamente en la frontera entre Estados Unidos y México, cifras cercanas que no se habían visto desde la primavera, cuando una restricción impuesta desde la pandemia estaba a punto de expirar, según un funcionario de Seguridad Nacional.
El reciente número de encuentros diarios pinta un panorama sombrío para el otoño, mientras el presidente Joe Biden intensifica su campaña de reelección y los republicanos continúan criticando a la administración por su manejo de los cruces fronterizos.
En mayo, antes de que expirara la restricción de la época del covid conocida como Título 42, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos se encontró con más de 8.000 personas diariamente y tenía alrededor de 25.000 inmigrantes bajo custodia. No obstante, después de que expiró el Título 42, las cifras cayeron drásticamente a medida que la administración impuso consecuencias a quienes cruzaron la frontera ilegalmente.
“Si no encontramos una manera de descomprimirnos, eso no va a cambiar. Es una situación insegura para los inmigrantes. Es una situación insegura para las personas que trabajan en instalaciones blandas”, dijo el funcionario de Seguridad Nacional.
Desde que Biden asumió el cargo, los funcionarios han puesto instalaciones adicionales similares a complejos de tiendas de campaña para procesar el creciente número de migrantes que cruzan la frontera, pero esas instalaciones no están equipadas para atender a las personas a largo plazo. Muchos de los que ahora cruzan también son familias, una población vulnerable que plantea un desafío único para los funcionarios.
Los arrestos en la frontera van y vienen independientemente de quién esté en la Casa Blanca. Pero el deterioro de las condiciones en América Latina, exacerbado por la pandemia de coronavirus, ha contribuido a que la gente quiera migrar a Estados Unidos.
El número de migrantes que cruzan el traicionero Tapón del Darién –que conecta Panamá y Colombia y que recientemente ha servido como barómetro del movimiento en la región– batió un récord este año. Según las autoridades, 248.901 personas han cruzado la selva en 2023, y de ellas, aproximadamente el 20% son niños y adolescentes.
“Lo vigilamos muy de cerca y estamos preocupados”, dijo antes a CNN un alto funcionario de la administración. “Esta ha sido una alta prioridad para Estados Unidos y para nuestros socios en la región”.
Michelle Watson y Josh Campbell contribuyeron con el reportaje.