(CNN) – Cuando la nave espacial OSIRIS-REx pase cerca de la Tierra el domingo, se espera que entregue un raro regalo cósmico: una muestra prístina recogida de Bennu, un asteroide cercano a nuestro planeta.
Si todo va según lo previsto, la nave lanzará desde el espacio una cápsula que contendrá unos 250 gramos de rocas y suelo del asteroide hacia una zona de aterrizaje en el desierto de Utah.
La NASA retransmitirá en directo la entrega de la muestra a partir de las 10 a.m. hora de Miami del domingo. Se espera que la cápsula entre en la atmósfera terrestre a las 10:42 a.m. hora de Miami, viajando a unos 44.498 km/h. Aterrizará en Utah unos 13 minutos más tarde.
Tras soltar la cápsula, OSIRIS-REx continuará su recorrido por el Sistema Solar para observar en detalle otro asteroide llamado Apofis.
El estudio de la muestra puede ayudar a los científicos a comprender detalles clave sobre los orígenes de nuestro sistema solar, ya que los asteroides son los “restos” de aquellos primeros días hace 4.500 millones de años. Pero la muestra también puede aportar información sobre Bennu, que tiene posibilidades de colisionar con la Tierra en el futuro.
La NASA lleva años preparando el regreso a la Tierra de la primera muestra de asteroide recogida en el espacio. He aquí los hitos de la misión hasta la fecha y lo que nos espera.
El viaje cósmico de una nave espacial
OSIRIS-REx, acrónimo de Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer, ha realizado un gran viaje en los últimos siete años. Lanzada desde Cabo Cañaveral en 2016, la nave espacial de la NASA llegó a la órbita de Bennu en diciembre de 2018.
OSIRIS-REx, la primera misión estadounidense enviada a un asteroide cercano a la Tierra, hizo historia varias veces. Realizó la órbita más cercana de una nave espacial a un cuerpo planetario (y Bennu se convirtió en el objeto más pequeño jamás orbitado por una nave espacial).
OSIRIS-REx inspeccionó el asteroide en su totalidad para determinar la mejor ubicación para recoger una muestra. Bennu mide aproximadamente 500 metros de ancho y está compuesto por rocas unidas por la gravedad.
Las vistas de Bennu proporcionadas por la nave espacial permitieron al equipo de la misión obtener información sin precedentes sobre el asteroide, que incluyó el descubrimiento de hielo encerrado en las rocas de Bennu y de carbono en una forma asociada en gran medida con la biología. El equipo también fue testigo de la liberación al espacio de partículas procedentes del asteroide.
La nave se fue acercando cada vez más al asteroide hasta que, el 20 de octubre de 2020, llevó a cabo la histórica misión TAG (Touch-and-Go) de recogida de muestras.
A lo largo de la misión surgieron problemas que amenazaron su éxito, como que el cabezal de recogida de muestras de la nave recogió tanto material que el contenedor no pudo sellarse correctamente, lo que provocó una fuga al espacio del valioso material del asteroide.
Durante el histórico evento de recogida, el cabezal de muestreo de la nave espacial OSIRIS-REx se hundió 0,5 metros en la superficie del asteroide. Al parecer, el exterior de Bennu está formado por partículas sueltas que no están unidas entre sí de forma segura, a juzgar por lo sucedido mientras la nave recogía una muestra. Si la nave no hubiera disparado su propulsor para retroceder tras su rápida recogida de polvo y rocas, podría haberse hundido directamente en el asteroide.
Fue entonces cuando el equipo de la misión descubrió que la superficie del asteroide es similar a un pozo de bolas de plástico.
El equipo de OSIRIS-REx fue capaz de afrontar y superar estos retos, y está previsto que la nave espacial devuelva la mayor muestra recogida por una misión de la NASA desde que los astronautas del Apolo trajeron rocas lunares hace décadas.
El equipo también pudo organizar un sobrevuelo final de Bennu en abril de 2021, lo que le dio la oportunidad de ver cómo OSIRIS-REx perturbó y alteró la superficie del asteroide durante la recogida de muestras. Las fotos del antes y el después mostraron algunas diferencias intrigantes creadas por la recolección de muestras y el disparo de los propulsores de la nave espacial después de que se alejara del asteroide, incluyendo el movimiento y la reorganización de grandes rocas en la superficie del asteroide.
Regreso a la Tierra
Desde que se despidió de Bennu en mayo de 2021, OSIRIS-REx ha estado en un viaje de regreso a la Tierra, dando dos vueltas alrededor del Sol para poder pasar por nuestro planeta en el momento adecuado para dejar la muestra del asteroide.
La NASA y Lockheed Martin Space han pasado gran parte de este año ensayando cada paso del proceso de recuperación de la muestra.
Si la trayectoria de la nave espacial va por buen camino, se espera que la cápsula de muestras se desprenda de OSIRIS-REx a 102.000 kilómetros de la Tierra a primera hora del domingo. Desde que partió de Bennu, la nave ha realizado numerosas maniobras y ha encendido sus propulsores para pasar junto a la Tierra en el momento adecuado para liberar la cápsula. La cápsula aterrizará en un área de 58 kilómetros por 14 kilómetros en el Campo de Pruebas y Entrenamiento de Utah del Departamento de Defensa.
Los paracaídas se desplegarán para frenar la cápsula hasta un aterrizaje suave a 17,7 km/h y los equipos estarán preparados para recuperar la cápsula una vez que sea seguro hacerlo, dijo Sandra Freund, gerenta del programa OSIRIS-REx en Lockheed Martin Space, que se asoció con la NASA para construir la nave espacial, proporcionar operaciones de vuelo y ayudar a recuperar la cápsula.
Un helicóptero transportará la muestra en una red de carga y la entregará a una sala limpia temporal establecida en el campo de tiro en junio. Allí, un equipo preparará el contenedor de la muestra para su transporte en un avión C-17 al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston el lunes. Los detalles sobre la muestra se revelarán a través de una emisión de la NASA desde Johnson el 11 de octubre.
Los científicos analizarán las rocas y el suelo durante los próximos dos años en una sala limpia específica dentro del Centro Espacial Johnson.
Es crucial conocer mejor la población de asteroides cercanos a la Tierra, como Bennu, que podrían colisionar con nuestro planeta. Un mejor conocimiento de su composición y órbitas es clave para predecir qué asteroides pueden acercarse más a la Tierra y cuándo, así como para desarrollar métodos para desviarlos.
La muestra será dividida y se enviará a laboratorios de todo el mundo, incluidos los socios de la misión OSIRIS-REx en la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial. Alrededor del 70% de la muestra permanecerá intacta en el almacén para que las generaciones futuras, con mejor tecnología, puedan aprender aún más de lo que ahora es posible.
La muestra revelará información sobre la formación y la historia de nuestro sistema solar, así como sobre el papel de los asteroides en el desarrollo de planetas habitables como la Tierra. Los científicos creen que asteroides carbonáceos como Bennu se estrellaron contra la Tierra al principio de su formación, aportando elementos como el agua.
“Buscamos pistas que expliquen por qué la Tierra es un mundo habitable, esta rara joya del espacio exterior que tiene océanos y una atmósfera protectora”, explica Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona en Tucson.
“Creemos que todos esos materiales fueron traídos por estos asteroides ricos en carbono muy al principio de la formación de nuestro sistema planetario. Creemos que estamos trayendo de vuelta ese tipo de material, literalmente, tal vez representantes de las semillas de la vida que estos asteroides entregaron al principio de nuestro planeta y que condujeron a esta asombrosa biosfera, a la evolución biológica y a que hoy estemos aquí”.