(CNN Español) – El Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FIT) logró superar el límite del 1,5% de los votos en las primarias celebradas en agosto, lo que le permite participar de las elecciones generales del 22 de octubre. La fórmula ganadora de la interna la integran Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, candidatos a presidente y vicepresidente, respectivamente, quienes vencieron en las PASO a Gabriel Solano y Vilma Ripoll, al obtener un 70% de los votos. El frente alcanzó el quinto puesto en las elecciones presidenciales con un 2,61% de los sufragios, por detrás de los otros cuatro espacios que se mantienen en la carrera a la Casa Rosada.
Con estos resultados, la izquierda repite su actuación de las últimas elecciones. Desde la creación de las PASO en 2009, nunca faltó a una elección general presidencial por no superar el piso de votos necesario. Esa sería la mitad del vaso lleno.
Pero hay un destino del que la izquierda en Argentina no ha podido escapar. Se trata de una oferta electoral que no ha tenido arraigo en el electorado argentino. Por ejemplo, desde el advenimiento de la democracia, en 1983, tras la última dictadura militar, ninguna agrupación de izquierda ha logrado subir al podio en una elección presidencial.
Ahora bien, ¿por qué sucede esto?, ¿por qué la izquierda no conquista los votos suficientes para llegar al poder o al menos a disputarlo?, ¿puede cambiar esta tendencia?
El peronismo como obstáculo para la izquierda
“Hay una perspectiva histórica estructural y una coyuntura para entender el rol de la izquierda en el proceso político argentino. Desde el punto de vista histórico, la clave es la irrupción del peronismo, que se transformó en el partido que representaba al sector obrero en el país, y eso impidió que emergieran partidos de izquierda representativos”, sostiene el analista político Lucas Romero. Y agrega: “Con respecto a la coyuntura, el surgimiento del kirchnerismo generó un reservorio contenedor para electorado de tendencias izquierdistas, lo cual sumergió nuevamente a los partidos de ese sector en expresiones residuales con poca capacidad para representar a vastos sectores electorales. Es más, la izquierda ha tenido siempre una relación de afecto aspiracional con el kirchnerismo. Nunca se ha decidido a marcar diferencias para tratar de defender su capacidad de representación de esos sectores”.
La analista política, Shila Vilker, coincide: “Argentina tiene al peronismo para interpelar la identidad trabajadora”. Y profundiza: “La izquierda es un partido de margen en el país”. Mientras que, para explicar la falta de competitividad de este sector, Vilker apunta a un concepto siempre presente en los movimientos de izquierda: la fragmentación. “Es una oferta que siempre ha llegado hiperfragmentada hasta que se ordenó alrededor del Frente de Izquierda y de los Trabajadores que tendió a nuclear a las distintas expresiones de izquierda. Creo que este es un fenómeno que incide también”.
Ante una nueva elección
La mayoría de los analistas concuerda con que hay tres favoritos para la próxima elección presidencial del 22 de octubre. Los resultados de las PASO arrojaron una polarización de tercios entre La Libertad Avanza, Juntos por el Cambio y Unión por la Patria. No parece ser el mejor escenario para que la izquierda rompa su histórico carácter testimonial.