(CNN Español) – A medida que avanza la campaña electoral en Argentina, los aspirantes a gobernar el país durante los próximos cuatro años siguen desplegando sus propuestas económicas.
Tras las elecciones primarias, celebradas el 13 de agosto, han surgido como principales aspirantes a la presidencia el diputado Javier Milei; el ministro de Economía, Sergio Massa; y la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Javier Milei
El diputado de la Ciudad de Buenos Aires por el espacio La Libertad Avanza ha basado casi por completo su campaña en definiciones económicas que provienen de su formación profesional en ese campo. Fue el candidato más votado en la primarias, por lo que la atención a sus propuestas ha ido creciendo.
Mediante un plan de tres etapas, el economista –dice– que aspira a cambiar el país durante los próximos 35 años. En primer término, propone una reducción de impuestos, seguida de flexibilizaciones comerciales, financieras y laborales.
Más adelante, en el marco de un programa que, dice, abarcaría más de tres décadas, promete cerrar el Banco Central y dolarizar la economía. Milei habla de una gran reforma que incluiría una fuerte reducción del gasto público, la privatización de empresas públicas y la eliminación de retenciones y cualquier tipo de tributos a la importación de insumos.
Milei presentó después de las elecciones primarias a sus principales colaboradores en materia de economía. La idea de dolarizar la economía se transformó en uno de los temas clave durante la campaña. Al respecto, algunos de los economistas que lo acompañan han contenido la expectativa de una dolarización inmediata. De concretarse, dicen que será a mediano plazo y si se dan ciertas condiciones.
Sergio Massa
Muchos analistas sostienen que Massa corre con desventaja en esta campaña, por su doble rol de ministro y candidato a la presidencia. Es decir, que sus propuestas económicas para el futuro se chocan con el reclamo de que se apliquen durante su actual gestión al frente del Palacio de Hacienda. Después de las primarias, el ministro-candidato tomó una serie de medidas para paliar los efectos de la devaluación del 14 de agosto, en busca de contener el deterioro de los salarios. Consiguió, por impulso suyo, que el Congreso eliminará la cuarta categoría del impuesto a las ganancias, lo que favorece a los sectores que se encuentran en la parte superior de la pirámide salarial, pero también hizo anuncios orientados a jubilados y trabajadores informales, entre otros.
Durante el debate, Massa impulsó un nuevo blanqueo en busca de dólares, prometió castigo para los evasores y la creación de una moneda digital, sin dar mayores precisiones al respecto.
Durante la primera parte de la campaña, Massa ha sostenido que “la solución más grande que tiene Argentina es vender lo que hace al mundo y hacerse de los dólares para sacarse de vuelta al Fondo (Monetario Internacional) de encima”. El concepto de conseguir dólares, pagarle al FMI y sacarlo de Argentina es recurrente en la campaña de Massa.
Y asegura que las medidas económicas que ha tomado hasta ahora son “transitorias, pero que tienen que ver con la realidad del momento”, lo que deja entrever que sus decisiones en el futuro pueden ser distintas. “Nuestro litio, nuestro gas, nuestro petróleo, lo que produce el campo, lo que producen las industrias cada vez se va a vender más al mundo, y eso nos va a dar los dólares para ser libres, para ser soberanos”, agrega.
Patricia Bullrich
Sobre la base del concepto de “orden”, Bullrich promete eliminar en el menor tiempo posible el cepo cambiario que impide la compra y venta libre de dólares, y establecer un tipo de cambio único. Asegura que la fórmula para lograrlo consiste en conseguir “una cantidad de dólares de manera internacional”. Bullrich afirma que es la única manera de captar inversiones para dinamizar la economía. En los hechos, esa unificación cambiaria implicaría una importante devaluación, dicen expertos en la materia.
Asimismo, la candidata promete que va a eliminar las retenciones a las exportaciones para aliviar la carga impositiva del sector, que hoy representa una porción significativa de los ingresos fiscales del Estado.
Con respecto a la inflación, la exministra de Seguridad piensa que es necesario “ajustar el Estado para desajustar a los ciudadanos”, según sus propias palabras. Y señala que es necesario dinamitar el régimen económico de los últimos 20 años, recrear la solvencia fiscal y recuperar credibilidad.
Sin importar quien gane las elecciones, los especialistas tienen la certeza de que el próximo presidente recibirá un país con alta inflación, problemas de reservas, una economía que probablemente caiga después de dos años de crecimiento y una situación social delicada, con la pobreza en crecimiento.