(CNN) – Max Verstappen se coronó campeón del mundo de Fórmula Uno por tercera vez, consiguiendo el título en el sprint del Gran Premio de Qatar el sábado.
Hay pocos resultados en el deporte que parezcan inevitables. Los errores humanos y, en la F1, de ingeniería pueden ocurrir en cualquier momento, con los competidores listos para atacar. Pero de vez en cuando aparece alguien y domina de tal manera que cualquier anticipación, cualquier tensión persistente con respecto al resultado se disipa.
El triunfo de Verstappen fue un momento que parecía inevitable desde la primera carrera de la temporada, cuando lideró la parrilla de principio a fin en el Gran Premio de Bahréin.
El joven de 26 años, que ha ganado 13 de 16 carreras en lo que va de temporada, necesitaba terminar sexto o mejor en el sprint, una versión abreviada de la tradicional carrera principal del domingo que se introdujo por primera vez en la temporada 2021, para obtener el título.
Cuando su compañero de equipo, el mexicano Sergio Pérez (el único otro piloto que podía desafiar a Verstappen por el campeonato), se estrelló en la vuelta 11 de 19, implicó que no sumaría ningún punto para el campeonato, lo que le otorgó prácticamente el título.
“Una sensación fantástica. Ha sido un año increíble. Muy orgulloso del trabajo del equipo”, dijo Max Verstappen a Sky Sports. “Ser tres veces campeón del mundo es simplemente increíble”.
Con Verstappen clasificándose tercero para la carrera de 100 km bajo las luces del circuito de Lusail y Pérez cinco lugares detrás en la línea de salida, parecía inevitable que Verstappen defendiera con éxito su título el sábado.
Oscar Piastri de McLaren, que se clasificó en la pole position, ganó un emocionante sprint en el que participaron tres coches de seguridad. Su compañero de equipo Lando Norris fue tercero, superando a George Russell de Mercedes al final de la carrera.
Una temporada dominada desde la primera carrera
Las insinuaciones de una posible pelea dentro del propio Red Bull comenzaron a surgir a principios de la temporada cuando Sergio Pérez y Verstappen compartieron dos victorias cada uno después de las primeras cuatro carreras, pero la racha récord del neerlandés de 10 victorias consecutivas confirmó su autoridad absoluta.
Tal ha sido el dominio de Red Bull que, en un momento, parecía más probable que posible que el equipo ganara todas las carreras de la temporada. Ese logro se desvaneció cuando Carlos Sainz de Ferrari ganó el Gran Premio de Singapur el mes pasado, pero no ha disminuido la magnitud del logro de Red Bull.
El equipo selló su segundo campeonato de constructores consecutivo en el Gran Premio de Japón el mes pasado cuando todavía quedaban seis carreras.
El bólido de la escudería ha sido ampliamente aclamado como uno de los mejores jamás construidos en este deporte, y de alguna manera ha demostrado tener incluso más éxito que el modelo del año pasado, que ganó 17 de 22 carreras.
Cuando un coche tan impresionante es conducido por uno de los grandes de todos los tiempos, como lo es ahora Verstappen, es alquimia deportiva.
“Todo lo que ha hecho este año ha sido fenomenal”, dijo el director del equipo, Christian Horner, a Sky Sports.
“Es el piloto más competitivo que he conocido. La determinación con la que conduce, la pasión, el corazón, el compromiso y, por supuesto, la abundancia de habilidad que tiene, lo hacen estar entre los mejores”.
Con este título, Verstappen se une a los grandes Jack Brabham, Jackie Stewart, Niki Lauda, Nelson Piquet y Ayrton Senna como tres veces campeones mundiales de este deporte.
Sólo otros cinco pilotos han ganado más títulos mundiales: Michael Schumacher, Lewis Hamilton, Juan Manuel Fangio, Alain Prost y Sebastian Vettel.