(CNN) – “Mamá y papá sacrificaron sus vidas para salvarme”, expresó Rotem Matias, joven israelíestadounidense de 16 años, en una conversación con CNN este jueves.
Los padres de Rotem, Deborah y Shlomi Matias, fueron asesinados por combatientes de Hamas en Israel. La madre de Rotem murió mientras intentaba protegerlo. A él le dispararon pero sobrevivió al ataque.
“Ahora puedo caminar. Hace unos días, ni siquiera podía mantenerme de pie”, le relató Rotem a Poppy Harlow, de CNN. “Me extrajeron la bala del estómago mediante una cirugía y me encuentro mucho, mucho mejor”.
Rotem aseguró que piensa conservar esa bala.
“Quería simplemente guardarla como un recuerdo para no olvidarlos nunca y acordarme de que, aunque fue el momento más duro y bajo de mi vida, encontré… alguna esperanza de que tal vez podría vivir y compartir los recuerdos, y cómo veía a mis padres, con otras personas”, dijo en “CNN This Morning”.
Rotem reflexionó sobre la vida de sus padres con sus dos hermanas, Shakked y Shir, y su abuelo, Ilan Troen, profesor emérito de la Universidad Brandeis de Massachusetts.
“Lo que hicieron sus padres, Shlomi y Deborah, fue muy seriamente, sistemáticamente, con amor y con gran cuidado e inteligencia, crear una familia”, dijo Troen. “Su vida no siempre fue fácil, pero superaron los obstáculos que tuvieron para crear una hermosa familia”, añadió.
Hace sólo unos días, Troen escuchó, con impotencia, cómo mataron a su hija.
“Estábamos al teléfono con Deborah mientras la mataban”, dijo Troen previamente a CNN. “Estuvimos al teléfono todo el día con nuestro nieto, Rotem, mientras yacía primero bajo su cuerpo y luego encontraba un lugar por el que escapar”.
“La peor parte del disparo se la llevó su madre”, añadió.
“Los terroristas que vinieron llevaban explosivos y volaron la puerta principal de su casa y luego volaron la puerta principal de su supuesta habitación segura”.
Rotem se escondió durante más de 12 horas después de que le dispararan. Enviaba mensajes de texto por teléfono para comunicarse con personas que le enseñaban a respirar y a controlar la hemorragia, según Troen. El teléfono de Rotem sólo tenía un 4% de carga cuando lo rescataron.
“Mamá y papá murieron. Lo siento”, contó Shakked, hermana de Rotem, sobre las palabras que él le envió por mensaje de texto tras el ataque. “Fue entonces cuando se me fue el servicio y me quedé incomunicada”.
Shakked dijo que luego esperó entre 13 y 14 horas, sin saber si sus padres realmente habían muerto o si su hermano estaba a salvo.
“Estaba muy preocupada y asustada. Nadie debería tener que pasar por eso, nunca”.
Rotem y sus hermanas se reunieron tras el ataque y tuvieron que enfrentar la pérdida de sus padres.
“Eran muy, muy valientes. Eran buenas personas, y no se merecían nada tan horrible”, dijo Shir. “Ninguna de las personas de Israel, ninguno de los ciudadanos extranjeros que estaban aquí o que fueron secuestrados merecen nada de esto”.
Deborah Matias asistió a la Escuela de Música Rimon en la zona de Tel Aviv, donde conoció a su esposo, según Troen.
“Deborah era una niña de luz y vida”, dijo Troen. “Ella, en lugar de hacerse científica o médica, me dijo un día: ‘Papá, tengo que hacer música, porque la llevo en el alma’”.
Rotem dijo que sus padres hicieron todo lo que estuvo en sus manos para dar a sus hijos la vida que deseaban para ellos.
“Querían que fuéramos felices, que fuéramos extravagantes”, dijo Rotem, con sus hermanas que se encontraban sentadas a su lado.
Y por un momento, las tres sonrieron entre lágrimas.
“Querían que estuviéramos alegres. Querían que estuviéramos en paz. No querían que estuviéramos en una situación como esta, y querían que viviéramos, más que nada”, dijo Rotem.
“No morirán allí”, añadió. “No morirán. Vivirán en los recuerdos y en las historias”.