(CNN) – Una jueza federal emitió este lunes una orden de silencio contra el expresidente Donald Trump, limitando lo que puede decir en relación al proceso federal del fiscal especial Jack Smith sobre su presunto intento de subvertir las elecciones presidenciales de 2020.
La orden restringe la capacidad de Trump para dirigirse públicamente al personal del tribunal, a posibles testigos o al fiscal especial y su personal. La orden no impuso restricciones a los comentarios despectivos sobre Washington, donde tendrá lugar el proceso del jurado, o ciertos comentarios sobre el Departamento de Justicia en general, ambos puntos solicitados por el gobierno.
“No se trata de si me gusta el lenguaje que utiliza el señor Trump”, dijo la jueza Tanya Chutkan. “Se trata de un lenguaje que representa un peligro para la administración de justicia”.
“Su candidatura presidencial no le da carta blanca para denigrar a los funcionarios públicos que simplemente están haciendo su trabajo”, añadió la jueza.
Tras las dos acusaciones federales contra el expresidente, Trump ha arremetido contra los fiscales, los posibles testigos y la jueza que preside el caso de subversión electoral en Washington. Los fiscales de la oficina del fiscal especial Jack Smith dicen que estos comentarios son suficientes para justificar una restricción limitada del discurso de Trump en torno al caso.
La jueza de distrito Tanya Chutkan, a menudo blanco de los ataques de Trump, advirtió al expresidente que los comentarios que él o sus abogados hagan podrían amenazar el caso.
“El señor Trump es un acusado penal. Se enfrenta a cuatro cargos por delitos graves. Está bajo la supervisión del sistema de justicia penal y debe seguir sus condiciones de libertad”, dijo Chutkan el lunes.
“No tiene derecho a decir o hacer exactamente lo que le plazca. ¿Está de acuerdo con eso?”, preguntó al abogado de Trump, John Lauro, que respondió: “100%”.
Los abogados de Trump han atacado la orden propuesta como fundamentalmente antitética a sus derechos de la Primera Enmienda y sugirieron que la orden es simplemente una forma para que el presidente Joe Biden y el Departamento de Justicia perjudiquen la capacidad de Trump para hacer campaña.
Lauro acusó a la oficina del fiscal especial de tratar de “evitar que el presidente Trump hable sobre los temas del día”, y agregó: “Cada tema que se relaciona con este caso también tiene cuestiones políticas”.
En publicaciones en las redes sociales, Trump ha atacado a Chutkan diciendo que es una “jueza parcial que odia a Trump” y ha llamado a Smith “trastornado” y “matón”, además de atacar a miembros individuales de su equipo.
“Cuando empiezas a usar una palabra como ‘matón’ para describir a un fiscal que hace su trabajo, eso no se lo permitiría a ningún otro acusado criminal”, dijo Chutkan. “El mero hecho de que el acusado dirija una campaña política no le permite hacer lo que quiera”.
Y añadió: “Si el mensaje que el señor Trump quiere expresar es ‘mi procesamiento está motivado políticamente’”, puede hacerlo sin usar “un lenguaje muy cargado”.
El equipo legal de Trump apenas reaccionó dentro de la sala mientras Chutkan emitía su orden. Pero después, se mostraron bastante joviales. Uno de los abogados salió de la sala diciéndole a otro que tendrían que llamar a su cliente.
Los abogados de Trump se negaron a hacer comentarios después de la audiencia.
Mensajes “preocupantes” contra Smith
Chutkan presionó este lunes a Lauro sobre los mensajes públicos de Trump dirigidos a la oficina de Smith, diciendo que su “lenguaje altamente cargado” empuja los límites de lo que un acusado penal puede decir públicamente sobre su caso.
La jueza dijo que los mensajes “preocupantes” de Trump pueden alentar a hacer daño contra Smith y su equipo y cuestionó a los abogados de Trump en cuanto a por qué no debe ser restringido de atacar públicamente a los fiscales durante su caso.
Chutkan señaló específicamente una publicación de Truth Social en la que el expresidente se refirió a Smith como un “matón”, preguntando a Lauro: “¿En qué tipo de caso cree que sería apropiado que un acusado penal llamara matón al fiscal y se quedara en libertad?”.
“‘Nadie me librará de este cura entrometido’ me viene a la mente”, dijo Chutkan.
Lauro criticó las restricciones propuestas a la capacidad de Trump para hablar de los fiscales, diciendo: “¿Qué tipo de palabras utiliza alguien para luchar contra la opresión, o contra una sociedad que, en su opinión, está virando hacia el ‘totalitarismo’? El presidente Trump cree firmemente que estos procedimientos son iniciados por un fiscal políticamente motivado”, añadió Lauro.
Su elección de palabras hizo que Chutkan le pidiera que moderara su lenguaje. La jueza se reclinó en su silla, meneando la cabeza, mientras Lauro hablaba. Le había recordado repetidamente que Trump, como acusado penal, puede enfrentarse a restricciones impuestas por el tribunal sobre lo que puede decir públicamente sobre las personas implicadas en el caso.
Lauro se ha mostrado de acuerdo, pero ha argumentado que puede ser imposible aplicar restricciones adicionales mientras está en campaña para la presidencia, y que todo lo que Trump ha dicho públicamente acata las órdenes judiciales hasta ahora.
“La política se detiene en la puerta de este tribunal”
Durante la audiencia, Chutkan discrepó con Lauro al decir que “lo que usted ha puesto en marcha está funcionando”, en relación con las condiciones de liberación de Trump. La jueza se rió a carcajadas en respuesta a la declaración de Lauro, y le dijo al abogado que dejara de hacer argumentos políticos en su sala.
Los argumentos esgrimidos por Lauro han llevado a Chutkan a interrumpirle en varias ocasiones, ya que argumenta que Trump no debería tener restricciones sobre lo que puede decir mientras hace campaña para la presidencia.
Lauro en un momento acusó a la oficina del fiscal especial, a través de la orden de silencio propuesta, de tratar de “evitar que el presidente Trump hable sobre los temas del día”.
Pero Chutkan dejó claro que no toleraría tal retórica en su sala.
“La política se detiene en la puerta de este tribunal”, dijo.
Chutkan también recordó a Lauro que Trump es un acusado penal, con restricciones para que no pueda intimidar a testigos o jurados mientras espera el juicio, en tanto que Joe Biden no lo es.
“No tenemos ningún interés en impedir que el acusado se presente a las elecciones o defienda su reputación, ni nuestra orden propuesta hace eso”, dijo la fiscal Molly Gaston durante la audiencia.
“Se trata de los participantes, los testigos, en este juicio”, añadió Gaston. “Se limita a esas personas, y se limita a las declaraciones que pretenden influir en el lugar o en los posibles miembros del jurado”.
La jueza añadió que la fecha del juicio, fijada para principios de marzo, no cambiará: “Este juicio no cederá ante el ciclo electoral, y no volveremos a revisar la fecha del juicio”.
El fiscal especial dice que se necesitan límites para evitar la intimidación de testigos
Los fiscales dicen que los ataques de Trump contra posibles testigos, incluidos el exvicepresidente Mike Pence y el ex secretario de Justicia Bill Barr, podrían dar lugar a la intimidación de testigos por parte de sus seguidores.
“Los implacables mensajes públicos del acusado —que reúnen ira y desconfianza en el sistema de justicia, el Tribunal y los fiscales— ya han influido en el público”, escribieron los fiscales en una presentación el mes pasado. “Por ejemplo, el 5 de agosto de 2023, una persona fue detenida porque llamó al despacho del Tribunal e hizo amenazas de muerte racistas al Tribunal que estaban vinculadas al papel del Tribunal en presidir el caso del acusado”.
Le dijeron a la jueza este lunes que su objetivo no es impedir que Trump haga campaña.
“No tenemos ningún interés en impedir que el acusado se presente a las elecciones o defienda su reputación, ni nuestra orden propuesta hace eso”, dijo Gaston.
“Se trata de los participantes, los testigos, en este juicio”, añadió Gaston. “Se limita a esas personas y se limita a las declaraciones que pretenden influir en el lugar o en los posibles miembros del jurado”.
Chutkan advirtió previamente a Trump
Cuando compareció por primera vez en la sala de Chutkan a finales de agosto acusado de trabajar ilegalmente para anular los resultados de las elecciones de 2020, la jueza advirtió a Trump que no hiciera comentarios “incendiarios” en el caso.
“Los juicios legales no son como las elecciones, que se ganan mediante el uso de salas de reuniones, la radio y el periódico”, dijo Chutkan en ese momento, añadiendo más tarde: “Tomaré las medidas que sean necesarias para salvaguardar la integridad de estos procedimientos”.
Cualquier restricción sobre el discurso de Trump, independientemente de lo limitada que sea, probablemente se plantearía en las apelaciones del caso junto con las afirmaciones del abogado defensor de que los casos federales contra Trump se están precipitando con el fin de asegurar una condena contra él antes de las elecciones.
Orden de silencio limitada en el juicio por fraude de Nueva York
Si Chutkan decide poner restricciones a lo que el expresidente puede decir, no será la primera jueza en hacerlo.
A principios de octubre, el juez que supervisa el juicio por fraude civil que se está celebrando en Nueva York contra Trump emitió una orden de silencio contra el expresidente después de que atacara a un miembro del personal del tribunal.
“Considere esta declaración como una orden que prohíbe a todas las partes publicar, enviar correos electrónicos o hablar públicamente sobre cualquier miembro de mi personal”, dijo el juez Arthur Engoron después de que Trump acusara a su secretaria de ser la novia del líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, y pidiera su despido en una publicación en las redes sociales.
“El incumplimiento de esto (…) dará lugar a sanciones graves”, dijo Engoron.