(CNN) – Las algas y las plantas acuáticas, prácticamente ausentes de la mayoría de las dietas occidentales actuales, fueron en su día un alimento básico para los antiguos europeos, según revela un análisis de moléculas conservadas en placa dental fosilizada.

Según el estudio publicado este martes en la revista académica Nature Communications, las pruebas de este gusto por las plantas y algas ricas en nutrientes, hasta ahora oculto, eran difíciles de detectar en los registros arqueológicos. Anteriormente, cuando los investigadores descubrían pruebas de la presencia de algas, explicaban su presencia como combustible, envoltorio de alimentos o fertilizante.

Investigaciones anteriores habían sugerido que la introducción de la agricultura, a partir de hace unos 8.000 años, hizo que los antiguos humanos dejaran en gran medida de comer algas marinas. En Europa, en el siglo XVIII, las algas se consideraban un alimento para periodos de hambre o solo aptas para la alimentación del ganado.

“Es muy emocionante poder demostrar definitivamente que las algas marinas y otras plantas locales de agua dulce se comieron durante un largo período de nuestro pasado europeo”, dijo la autora del estudio Karen Hardy, profesora de Arqueología Prehistórica en la Universidad de Glasgow, en un comunicado.

La placa dental puede revelar mucho sobre las dietas antiguas. Crédito: Karen Hardy

Un “vínculo alimentario con el mar”

Hardy y un equipo de arqueólogos de la Universidad de Glasgow y la Universidad de York, en el Reino Unido, examinaron los dientes de 74 humanos primitivos desenterrados en 28 yacimientos arqueológicos de toda Europa, incluidos el extremo norte de Escocia, el sur de España y Lituania.

Los yacimientos más antiguos examinados en el estudio en España y Lituania databan de hace más de 8.000 años, mientras que los más recientes tenían unos 2.000 años.

Los investigadores pudieron detectar marcadores químicos identificables en el cálculo dental, la acumulación de residuos bacterianos y restos de alimentos en los dientes con el paso del tiempo, en 37 muestras pertenecientes a 33 individuos. De ellas, 26 revelaron que el menú había estado compuesto por algas o plantas acuáticas.

“La placa dental… es muy común y, una vez que se desarrolla, solo puede eliminarse mediante raspado. Esto es lo que hacen los dentistas como parte del proceso de limpieza, hoy en día”, explicó Hardy por correo electrónico.

“Pero en el pasado, simplemente se acumulaba, sobre todo en el pequeño hueco entre el diente y la encía. Es común en la mayoría del material esquelético arqueológico de todo el pasado”, añadió Hardy. “Actúa como una trampa para el material que entraba y pasaba por la boca. Como se encuentra en la boca, todo el material hallado en su interior, se vincula inequívocamente a la ingestión”.

Las algas marinas, las algas de agua dulce y las plantas acuáticas tienen una “química orgánica distinta, inusual y compleja” que permitió conservar y detectar “biomarcadores muy resistentes” procedentes de tres tipos de compuestos orgánicos: lípidos, aminoácidos y alquilpirroles, según el estudio.

“Es la combinación particular de biomarcadores lo que nos permite identificar las algas y las plantas acuáticas”, afirma por correo electrónico Stephen Buckley, coautor del estudio e investigador del departamento de Arqueología de la Universidad de York.

“Otras plantas tienen sus propios biomarcadores distintivos, pero tienden a no sobrevivir tan bien en contextos arqueológicos en comparación con las algas (por ejemplo, el alga marina, una macroalga), por lo que podemos decir que las algas marinas y las plantas acuáticas fueron ingeridas y, por tanto, consumidas, pero no necesariamente obtenemos una imagen completa de TODOS los alimentos consumidos, que pueden depender de las condiciones ambientales imperantes”.

El análisis de las muestras demostró que los antiguos comían, o al menos masticaban, algas rojas, verdes y marrones y una variedad de plantas acuáticas de agua dulce, como especies de algas de estanque y vegetación del mismo género que el nenúfar.

“Esto sugiere fuertemente que los beneficios nutricionales de las algas marinas eran suficientemente bien comprendidos por estas antiguas poblaciones como para que mantuvieran su vínculo dietético con el mar”, dijo Buckley.

De los restos estudiados, los hallados en cairns o tumbas de las Orcadas, un archipiélago de islas frente a la costa de Escocia, también revelaron pruebas biomoleculares del consumo de algas marinas, entre ellas una brassica, muy probablemente berza marina.

El estudio señala que no solo las comunidades costeras comían algas. En La Corona, un yacimiento del sureste de España ocupado entre los años 6059 y 5849 a.C., las algas formaban parte de la dieta a pesar de encontrarse a 80 kilómetros de la costa.

Buckley añadió que no era posible saber con certeza si las algas se cocinaban o se comían crudas.

Sin embargo, dijo que es razonable que las algas fueran un alimento básico dados sus beneficios nutricionales y la facilidad para obtenerlas en la orilla del mar.

Denominadas “superalimentos”, hoy en día se consumen unas 145 especies de algas, principalmente en Asia, y se sabe que tienen muchos beneficios para la salud.

Los científicos dijeron que esperaban que su investigación pusiera de relieve el potencial de incluir más algas marinas y plantas de agua dulce en las dietas actuales.