(CNN) – La selección española convocó a Jennifer Hermoso por primera vez tras el escándalo por el beso no consentido que recibió de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
El incidente tuvo lugar el 20 de agosto tras la victoria de España 1-0 contra Inglaterra en la final del Mundial femenino celebrada en Sydney, Australia.
En el video de la ceremonia en la que se entregaron las medallas de la Copa del Mundo se observa a Rubiales abrazando a Hermoso, luego poniéndole ambas manos en la cabeza antes de besarla a la fuerza. Luego le dio una palmada en la espalda mientras ella se alejaba.
Más tarde, Hermoso dijo sobre el beso: “No me gustó”, mientras aparentemente respondía preguntas sobre el incidente en un video en vivo de Instagram desde una celebración en los vestidores.
Pasarían varios días, el 25 de agosto, antes de que Hermoso volviera a pronunciarse en las redes sociales después de que Rubiales se negara desafiante a dimitir como presidente de la RFEF.
“Me sentí vulnerable y víctima de un acto impulsivo, sexista y fuera de lugar sin ningún consentimiento de mi parte… En pocas palabras, no fui respetada”, dijo.
Hermoso luego presentó una denuncia oficial ante los fiscales contra Rubiales. El asediado exdirectivo inicialmente se negó a renunciar a su cargo, pero terminó dimitiendo como presidente de la RFEF el 10 de septiembre.
Rubiales está actualmente bajo investigación por “los delitos de agresión sexual y coacción” por la Audiencia Nacional de España. Desde entonces, Hermoso y varias de sus compañeras de equipo han dado testimonio para ayudar en la investigación, además del mismo Rubiales.
Hermoso no había sido convocada previamente en el equipo seleccionado para el servicio internacional en septiembre. En su momento, cuando se le pidió que explicara la ausencia de Hermoso, la entrenadora Montse Tomé dijo que quería proteger a la estrella pero dejó abierta la posibilidad de que regresara a la plantilla en el futuro.
De manera polémica, Tomé había seleccionado la plantilla para los partidos contra Suecia y Suiza, pese a que las jugadoras manifestaron su “firme voluntad de no ser convocadas por motivos justificados”, provocando otra situación embarazosa para el fútbol español en medio del desencuentro de Rubiales, que llevó a que el gobierno español interviniera para ayudar a resolver la situación.
Solo después de conversaciones de crisis aceptaron jugar 21 de las 23 jugadoras seleccionadas en la plantilla. El gran avance se produjo después de que la selección española de fútbol femenino y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), junto con el Consejo Superior de Deportes (CSD) del gobierno, llegaran a una serie de acuerdos para ayudar a lograr un gran cambio estructural en la federación.
En el próximo encuentro internacional, la selección española femenina jugará contra Italia el 27 de octubre, antes de viajar a Suiza el 31 de octubre.