(CNN) –– Finalmente se ha revelado una muestra inalterada de asteroide que podría servir como cápsula del tiempo a los primeros días de nuestro sistema solar.
Las rocas y el polvo contienen agua y una gran cantidad de carbono, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson. Esto indica que los asteroides pueden haber aportado los componentes básicos de la vida a la Tierra. La muestra tiene casi un 5% de su peso en carbono, lo que la hace una de las concentraciones más altas de carbono que se han estudiado en un asteroide, según el Dr. Jason Dworkin, científico del proyecto OSIRIS-REx en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
“Superando ampliamente nuestro objetivo de 60 gramos, esta es la muestra de asteroide rica en carbono más grande que ha regresado a la Tierra”, dijo Nelson. “Las moléculas de carbono y agua son exactamente los tipos de material que queríamos encontrar. Son elementos cruciales en la formación de nuestro propio planeta. Y nos ayudarán a determinar el origen de los elementos que podrían haber dado lugar a la vida”.
La muestra del asteroide Bennu, cercano a la Tierra y de 4.500 millones de años, que recolectó en octubre de 2020 la misión OSIRIS-REx de la NASA, llegó a la Tierra en una cápsula el 24 de septiembre, descendió de la nave espacial y aterrizó en el desierto de Utah.
Desde entonces, los científicos han trabajado arduamente (más de lo que esperaban) estudiando la riqueza del material justo dentro de la parte superior del recipiente para realizar un análisis temprano. Los resultados de ese análisis y el primer vistazo a la muestra se compartieron este miércoles durante una transmisión en vivo de la NASA desde el Centro Espacial Johnson de la agencia en Houston. Es la muestra de asteroide más grande devuelta a la Tierra.
Había tanto material “adicional” cuando los científicos abrieron el recipiente que al equipo aún le falta mirar la mayor parte de la muestra.
Un ‘cofre del tesoro de material extraterrestre’
Durante las últimas dos semanas, el equipo científico analizó algunas de las rocas y el polvo utilizando un microscopio electrónico de barrido, tomando medidas infrarrojas y realizando un análisis de elementos químicos. También utilizaron rayos X para crear un modelo 3D de una de las partículas para develar su composición, revelando un “tesoro científico” de contenido de carbono y agua, dijo el investigador principal de OSIRIS-REx, Dante Lauretta.
“El primer análisis expone muestras que contienen abundante agua en forma de minerales arcillosos hidratados, y tienen carbono tanto en forma de minerales como de moléculas orgánicas”, dijo Nelson.
El equipo compartió imágenes detalladas de las partículas que revelan los minerales arcillosos que contienen agua.
“Así es como creemos que el agua llegó a la Tierra”, dijo Lauretta, quien también es profesora Regents de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona. “La razón por la que la Tierra es un mundo habitable, por el que tenemos océanos, lagos, ríos y lluvia, es porque estos minerales arcillosos aterrizaron en la Tierra hace entre 4.000 y 4.500 millones de años, haciendo que nuestro mundo fuera habitable. Estamos viendo la forma en que el agua se incorporó al material sólido”.
El análisis también reveló minerales de sulfuro, “un elemento crítico para la evolución y la biología planetaria”, minerales de óxido de hierro llamados magnetita que reaccionan a los campos magnéticos, y otros minerales que podrían ser importantes para la evolución orgánica, detalló Lauretta.
El equipo científico estaba emocionado de detectar materia orgánica y una gran cantidad de carbono, que es un elemento esencial para toda la vida, dijo el Dr. Daniel Glavin, analista de muestras OSIRIS-REx y científico principal del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.
“Apenas estamos comenzando aquí, pero elegimos el asteroide correcto y no solo eso, sino que también trajimos la muestra correcta”, dijo Glavin. “Este es el sueño de un astrobiólogo”.
De cara al futuro, el equipo observará cuánta química evolucionó en Bennu para determinar si los componentes básicos de la vida crearon péptidos o cadenas de aminoácidos que forman proteínas, adelantó Glavin.
Mientras tanto, todavía hay “todo un cofre del tesoro de material extraterrestre” esperando dentro del recipiente, dijo Lauretta.
Lo que la muestra podría revelar
Cuando la nave espacial OSIRIS-REx se acercó a Bennu hace tres años, extendió un cabezal del Mecanismo de Adquisición de Muestras Touch-and-Go (TAGSAM por sus siglas en inglés) hacia el asteroide y disparó una ráfaga de gas nitrógeno. La explosión de gas levantó rocas y polvo de hasta 50 centímetros (19 pulgadas) debajo de la superficie de la roca espacial. Esos escombros fluyeron hacia el cabezal de TAGSAM.
El TAGSAM también tenía 24 plataformas de contacto con la superficie que tocaban el asteroide y atrapaban material de grano fino.
El dispositivo ha sido retirado del anillo de captura, algo así como quitar la bota de un esquí, dijo Lauretta. Durante la extracción, el material se deslizó fuera de la solapa TAGSAM, una válvula de retención diseñada para mantener el material dentro del recolector de muestras. La solapa tuvo problemas para cerrarse debido a algunas rocas que la mantuvieron abierta después de recolectar la muestra en 2020. Las rocas miden un par de centímetros como mucho, agregó.
Durante las próximas semanas, el equipo de curación continuará desmontando cuidadosamente el cabezal TAGSAM para llegar a la muestra que contiene. Una vez que lo hagan, el equipo espera tener una buena estimación de la masa total de la muestra.
Juntos, el polvo y las rocas recolectadas de la superficie y el interior de Bennu podrían revelar la historia de cómo el asteroide se formó y evolucionó a lo largo del tiempo. Estos conocimientos también clarificarán la composición general de la roca espacial, lo que podría ayudar a la NASA a determinar cómo podría desviar el asteroide, que tiene posibilidades de impactar la Tierra en el futuro.
La tan esperada revelación ha tardado siete años en realizarse, desde el lanzamiento de la misión OSIRIS-REx en 2016 hasta el aterrizaje de la cápsula el mes pasado. Algunos han esperado este momento aún más tiempo. Lauretta, quien ayudó a desarrollar la misión durante sus primeras etapas, esperó casi 20 años para ver la muestra y obtener información que podría revelar información sobre nuestro sistema solar.
“Nuestros laboratorios estaban listos para lo que fuera que Bennu tuviera preparado para nosotros”, dijo Vanessa Wyche, directora del Centro Espacial Johnson de la NASA. “Hemos tenido científicos e ingenieros trabajando codo a codo durante años para desarrollar cajas de guantes y herramientas especializadas para mantener el material del asteroide inalterado y conservar las muestras para que los investigadores de ahora y de las próximas décadas puedan estudiar este precioso regalo del cosmos”.
Los científicos analizarán las rocas y el suelo durante los próximos dos años en una sala limpia especial ubicada dentro del Centro Espacial Johnson. La muestra también se dividirá y se enviará a laboratorios de todo el mundo, incluidos los socios de la misión OSIRIS-REx de la Agencia Espacial Canadiense y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial. Cerca del 70% de la muestra permanecerá almacenada intacta para que las generaciones futuras con mejor tecnología puedan aprender incluso más de lo que es posible ahora.
“Las rocas te cuentan un relato”, dijo Lauretta. “El mayor misterio al que nos enfrentamos ahora es: ¿cómo se pasa de una bola de barro a algo vivo? ¿Cuándo se hace esa transición? El deseo más profundo es que logremos algún progreso al tratar de descubrir por qué estamos aquí en este universo”.