(CNN) – Consumir mayores cantidades de alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de ser diagnosticado de multimorbilidad, es decir, de padecer múltiples afecciones crónicas como diabetes, cardiopatías y cáncer, según un nuevo estudio.
“Lo que resulta especialmente significativo en este amplio estudio es que comer más alimentos ultraprocesados, en particular productos de origen animal y bebidas azucaradas, se relacionó con un mayor riesgo de desarrollar cáncer junto con otra enfermedad como apoplejías o diabetes”, señaló en un comunicado Helen Croker, subdirectora de investigación y política del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer Internacional, que financió el estudio.
Sin embargo, el aumento del riesgo fue modesto, dijo Tom Sanders, profesor emérito de Nutrición y Dietética del King’s College de Londres, que no participó en el estudio.
“Este trabajo informa de un aumento del 9% en el riesgo de multimorbilidad que se asocia con una mayor ingesta de alimentos ultraprocesados”, dijo Sanders en un comunicado.
“La ingesta de alimentos se midió mediante un cuestionario en una ocasión hace mucho tiempo. Esto es importante, ya que los patrones dietéticos han cambiado notablemente en los últimos veinticinco años, con más alimentos consumidos fuera de casa y más comida preparada comprada”, dijo Sanders.
Aunque el estudio no puede demostrar de forma concluyente que los alimentos ultraprocesados sean la causa directa de las múltiples enfermedades, muchas otras investigaciones han mostrado una conexión entre ciertos alimentos ultraprocesados (UPF, por sus siglas en inglés) y los perjuicios para la salud, señaló el investigador en nutrición Ian Johnson, miembro emérito del Quadram Institute Bioscience de Norwich del Reino Unido. No participó en el estudio.
“Si se tienen en cuenta todas las demás pruebas científicas, es muy probable que algunos tipos de UPF aumenten el riesgo de padecer enfermedades más adelante, ya sea porque son directamente perjudiciales o porque sustituyen a alimentos más sanos como las verduras, la fruta, los frutos secos, las semillas, los aceites de oliva, etc.”, afirmó Johnson en un comunicado.
Los hallazgos del estudio son preocupantes porque en Europa los alimentos ultraprocesados constituyen “más de la mitad de nuestra ingesta diaria de alimentos”, dijo el coautor Heinz Freisling, científico de nutrición y metabolismo de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, en un comunicado. En Estados Unidos, un estudio de 2019 estimó que alrededor del 71% del suministro de alimentos puede ser ultraprocesado.
Los alimentos ultraprocesados contienen ingredientes “nunca o rara vez utilizados en las cocinas, o clases de aditivos cuya función es hacer que el producto final sea agradable al paladar o más atractivo”, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
La lista de aditivos incluye conservantes resistentes al moho y las bacterias; emulsionantes para evitar que ingredientes incompatibles se separen; colorantes y tintes artificiales; agentes antiespumantes, espumantes, blanqueadores, gelificantes y glaseantes; y azúcar, sal y grasas añadidos o alterados para hacer más apetecible el alimento.
No todos los alimentos ultraprocesados son perjudiciales
El estudio, publicado el lunes en la revista académica The Lancet, recogió información dietética de 266.666 hombres y mujeres de siete países europeos entre 1992 y 2000. Los investigadores hicieron un seguimiento de los participantes durante 11 años para ver quién desarrollaba diversas enfermedades crónicas, incluido el cáncer.
Cuando entraron en el estudio, se pidió a cada persona que recordara lo que había comido habitualmente en los últimos 12 meses, y los investigadores clasificaron los alimentos según el sistema de clasificación NOVA, que va más allá de los nutrientes y tiene en cuenta cómo se elaboran los alimentos.
“Para calcularlo, los investigadores tuvieron que desglosar los alimentos en distintos ingredientes para intentar averiguar si eran ultraprocesados o no”, explica Duane Mellor, dietista diplomado y profesor titular de la Facultad de Medicina Aston de Birmingham, Reino Unido. Mellor no participó en el estudio.
“Este enfoque, sobre todo teniendo en cuenta que los datos sobre alimentos tienen hasta 30 años de antigüedad, podría hacer que este tipo de interpretación de datos históricos utilizando una definición moderna se preste a error”, señaló Mellor en un comunicado.
Cuando se examinaron los alimentos ultraprocesados por subgrupos, no todos parecían estar asociados con el desarrollo de múltiples afecciones crónicas, dijo la autora principal Reynalda Córdova, estudiante de postdoctorado en Ciencias Farmacéuticas, Nutricionales y del Deporte en la Universidad de Viena.
“Mientras que ciertos grupos, como los productos de origen animal y las bebidas endulzadas artificialmente y con azúcar, se asociaron con un mayor riesgo, otros grupos, como los panes y cereales ultraprocesados o los productos alternativos de origen vegetal, no mostraron ninguna asociación con el riesgo”, dijo Córdova en un comunicado.
“Nuestro estudio subraya que no es necesario evitar por completo los alimentos ultraprocesados; más bien, debe limitarse su consumo y dar preferencia a los alimentos frescos o mínimamente procesados”, señaló Freisling, coautor del estudio, en un comunicado.