(CNN) – La primera vez que Jasmijn van Waalwijk van Doorn acompañó a su padre piloto, Jorrit van Waalwijk van Doorn, al trabajo fue un día memorable.

Corría el año 2006. Jasmijn, de ocho años, se unió a Jorrit en un vuelo de KLM que iba de los Países Bajos, su país natal, a Uganda.

El piloto Jorrit pilotaba el Boeing 767 de ida y vuelta. Jasmijn y su madre, Ellen, iban de pasajeras. Antes de que despegara el vuelo a Uganda, Ellen tomó una foto de su marido y su hija en la cabina del piloto.

En la foto, Jorrit está en los controles mientras que Jasmijn abraza a su querido león de peluche. Ella tiene un brazo alrededor de su padre. Ambos están ampliamente sonriendo.

Jorrit y Jasmijn volvieron a encontrarse juntos en la cabina de un avión en 2019. Fue otro día para recordar. Esta vez, Jasmijn no era una pasajera, sino una piloto cualificada de KLM que volaba junto a su padre por primera vez.

Cuando Jasmijn hizo la maleta esa mañana, se aseguró de incluir el querido león de peluche entre sus pertenencias. Antes de despegar, Jasmijn y Jorrit recrearon la foto de hace más de una década.

Una vez más, Jorrit se agarró a los mandos y Jasmijn al león de peluche. Ambos sonreían orgullosos. ¿La principal diferencia entre las fotos? Jasmijn adulta lleva un uniforme de piloto de KLM y justo después de tomarse la foto,  se puso detrás de los controles, lista para volar el Boeing 777 a Hong Kong.

Fue la madre de Jasmijn, Ellen, quien sugirió a su marido y a su hija recrear la foto de 2006.

“Me dijo: ‘Tenemos esa foto de ustedes en la cabina. ¿Por qué no te llevas el peluche y se toman la misma foto otra vez?”, cuenta Jasmijn a CNN Travel. “Me alegré de seguir teniendo el peluche porque es muy especial tener esa foto”.
“Empezó como algo divertido”, cuenta Jorrit a CNN Travel. “Pero fue bonito ver las dos fotos juntas, antes y ahora”.

Crecer con la aviación

La foto de 2006 fue tomada en ruta hacia Uganda. Jasmijn recuerda que le hacía mucha ilusión acompañar a su padre de viaje. Crédito: Jorrit van Waalwijk van Doorn y Jasmijn van Waalwijk van Doorn

El vuelo a Uganda de 2006 fue la primera de las muchas veces que la joven Jasmijn acompañó a Jorrit en vuelos. Jasmijn recuerda lo emocionante que fue ir de safari y ver leones que se parecían a su querido peluche. Jasmijn, de ocho años, se enamoró de viajar y, con el tiempo, de volar.

“Así es como conocí el trabajo y donde empezó”, dice Jasmijn.

Cuando Jasmijn era pequeña, Jorrit hacía vuelos intercontinentales para KLM. A menudo pasaba varios días fuera. Si podía llevarse a Jasmijn y a sus hermanos, lo hacía.

“Puedes invertir en tu relación con tu hija, y ella puede ver lo que haces. Y entonces es más normal para ella”, dice. “Siempre hacíamos cosas bonitas en las rutas”.

Ellen, la madre de Jasmijn, es auxiliar de vuelo, así que volar para ganarse la vida era algo “normal” para Jasmijn.

“No es solo por mi padre por lo que me interesa la aviación”, dice.

Jasmijn aspiraba a ser piloto desde muy pequeña. A los 12 años recibió su primera clase de vuelo. A los 14 se embarcó en un curso de vuelo sin motor.

Cuando estaba en el instituto, Jasmijn ya había decidido su carrera.

“Fue entonces cuando la cosa se puso seria”, dice hoy. “Pensé: ‘Éste es mi sueño, quiero ser piloto’”.

Volando juntos

La foto recreada fue tomada en el primer viaje juntos de Jorrit y Jasmijn. Volaban en un Boeing 777 a Hong Kong.Crédito: Jorrit van Waalwijk van Doorn y Jasmijn van Waalwijk van Doorn

Jasmijn se formó en la Academia de Vuelo de KLM, obteniendo el título en 2018, cuando tenía 20 años. Desde ese primer vuelo juntos en 2019, Jorrit y Jasmijn han volado juntos 17 veces.

El dúo de pilotos padre e hija aprendió rápidamente cómo alternar entre la comodidad familiar y el profesionalismo; por ejemplo, Jasmijn decidió desde el principio que tenía sentido llamar a su padre por su nombre de pila cuando estaban en el trabajo.

Jorrit dice que volar juntos siempre fue “muy natural”, y añade que tienen una “bonita dinámica”.

Jorrit y Jasmijn se toman su trabajo muy en serio, pero sus vuelos juntos siempre están impregnados de diversión. Les gusta encontrar el humor y la alegría en el aire.

Jasmijn también aprecia la oportunidad de aprender de la experiencia de Jorrit y verlo trabajar, pero Jorrit dice que el aprendizaje va en ambas direcciones.

Jasmijn y Jorrit dicen que ambos aprenden el uno del otro cuando vuelan juntos. Crédito: Jorrit van Waalwijk van Doorn y Jasmijn van Waalwijk van Doorn

“Ella es una piloto de nueva generación”, dice él. “Su forma de ver las cosas es un poco diferente de cómo yo aprendí a hacerlo”.

Antes de cada vuelo, la tripulación recibe lo que se llama un manifiesto de tripulación: una lista de quién va a trabajar en el vuelo de ese día, normalmente con una foto adjunta. Los compañeros suelen deducir que Jasmijn y Jorrit son parientes por compartir apellido, pero si no se dan cuenta, son las fotos del manifiesto de la tripulación las que los delatan. Jasmijn y Jorrit utilizan una selfie de los dos, recortada en dos retratos individuales. Siempre disfrutan viendo quién suma dos más dos.

Y cuando los compañeros de KLM se dan cuenta de que son parientes, Jasmijn dice que siempre están entusiasmados y emocionados.

Tiempo de calidad en familia

Una de las ventajas del trabajo de Jasmijn y Jorrit es que pueden explorar el mundo juntos. En la foto, en Machu Picchu, Perú. Crédito: Jorrit van Waalwijk van Doorn y Jasmijn van Waalwijk van Doorn

Para Jasmijn y Jorrit, trabajar juntos significa también viajar juntos por el mundo.

El verano pasado, Jorrit y Jasmijn llevaron a la madre, el hermano y la hermana de Jasmijn a Río de Janeiro, Brasil, para pasar unas vacaciones familiares inolvidables.

Jasmijn, que ahora tiene 25 años, es cada vez más consciente de que pasar tiempo con su padre es un privilegio.

“Soy consciente de que es muy, muy especial poder ir a muchos sitios los dos solos”, dice. “Se crean muchos recuerdos”.

“Si tienes la oportunidad de hacer cosas así juntos, disfrútalo todo lo que puedas”.

La aviación sigue siendo una profesión dominada por los hombres, y Jasmijn agradece que su padre la animara a seguir sus pasos. También espera que la marea esté cambiando y el panorama de la aviación sea cada vez más diverso. “Hay más mujeres piloto”, dice. “Eso me gusta mucho”.

Jorrit también quiere animar a cualquiera, independientemente de su sexo o procedencia, a quien le apasione la aviación a plantearse entrar en el sector.

“Cuando tenía 10 años y le decía a la gente que quería ser piloto, la gente la miraba y pensaba: ‘Vaya, qué tierna’, o ‘qué graciosa’”, dice. “Pero si realmente quieres conseguir algo y vas a por ello, es posible”.

Jorrit tiene ahora 55 años y se acerca a la jubilación obligatoria. En estos momentos, además, trabaja en un área de KLM distinta a la de Jasmijn, por lo que el equipo de padre e hija piloto considera que sus días de vuelo juntos están contados.

“Voy a extrañar que Jasmijn vuele conmigo. Pero tengo bonitos recuerdos de volar juntos, que fue muy, muy especial”, dice.

Además, la jubilación de Jorrit no supondrá el fin de las aventuras familiares. Jasmijn está trabajando para convertirse en primer oficial, lo que significará realizar despegues y aterrizajes ella misma. Esto, dice, creará otro día memorable.

“Uno de mis sueños es llevar a mi padre conmigo en un vuelo para que vea mi aterrizaje”, dice.